LA HUÍDA DEL COMANDANTE MILITAR DE JAÉN, MANUEL GASSET, POR LAS SIERRAS DE LOS VILLARES Y VALDEPEÑAS EN JULIO DE 1856.

Juan Antonio López Cordero

(Publicado en Crónica de la Cena Jocosa 2008. Amigos de San Antón. Jaén, 2009, pp. 81-84).

 

Durante los años del Bienio Progresista (1854-1856), Jaén disponía de una importante fuerza de Milicia Nacional,[1] baluarte del régimen liberal progresista, respaldada por la lealtad al general Espartero, líder progresista, que había demostrado en diferentes ocasiones. Al frente de la Milicia giennense se encontraba un Subinspector, Antonio Romero Hidalgo, Coronel retirado de Infantería, de larga tradición revolucionaria liberal. Fue fiel defensor de sus ideales políticos durante el Trienio Liberal (1820‑1823). Formó parte de los reales guardias de Infantería y, entre julio de 1821 y agosto y septiembre de 1822 fue el encargado de la formación de la Milicia Provincial activa en la ciudad de Jaén, de la que obtuvo el mando. Como comandante del Regimiento Provincial de Jaén, salió a batirse con las tropas realistas en el asedio de Murbiedro, en donde fue hecho prisionero. Vuelve a escena política con el ascenso liberal tras la muerte de Fernando VII y en 1835 aparece como tesorero de rentas y es nombrado diputado a Cortes por Jaén en 1837. Pronto entra a formar parte del grupo de seguidores del general Espartero, figura que comienza a emerger con gran fuerza como héroe en la Guerra Carlista. Fidelidad que le lleva a ser miembro de la Junta Provisional de Gobierno de Jaén en 1840, formando parte del movimiento que eleva a Espartero al poder. Esta fidelidad a Espartero le valió el cargo de intendente, jefe político y subinspector de la Milicia Nacional de la provincia; y a la que nunca renunció, incluso en momentos difíciles, como fueron los acontecimientos de 1843, cuando surgió contra Espartero una coalición de progresistas parlamentarios y de generales moderados. En la capital jiennense, Antonio Romero Hidalgo fue clave para mantener Jaén leal al Gobierno esparterista. Su figura vuelve a surgir con gran ímpetu durante el Bienio Progresista, 1854‑1856, como cabeza visible del alzamiento progresista en la capital. Fue Gobernador Civil provisional, y el 14 de octubre de 1854 designado Subinspector de la Milicia Nacional en la provincia por el Ministerio de la Gobernación.[2]

Por otro lado, existía una escasa fuerza del Ejército, ubicada en el castillo de Santa Catalina, puesto de quinta categoría, dependiente de la Capitanía General de Granada.[3] Al frente del Gobierno Militar de Jaén se encontraba el brigadier Manuel Gasset. Nació en Neufchatell (Francia) el 28 de febrero de 1814, y murió en Alcira el 16-octubre-1887, Su padre, Jaime Gasset, era militar, participó en la Guerra de la Independencia, en la defensa de Gerona, y fue hecho prisionero. Manuel Gasset quedó huérfano de padre a los cuatro años y a los quince inició su carrera militar. Participó durante la Primera Guerra Carlista en el frente de Cataluña como subteniente, siendo herido en cinco ocasiones (brazo, pierna derecha, omóplato izquierdo, mano izquierda y muslo derecho). Se le concedió la Cruz de San Fernando de Primera Clase y la General de distinción concedida a aquel ejército. Ascendió a teniente en 1837, un año después a capitán, y en 1839 a comandante y teniente coronel. Participó en la reacción antiprogresista de 1843. Fue nombrado coronel, y brigadier en 1854. Tras la revolución progresista de julio de ese año fue encarcelado, estando con su nuevo regimiento en las provincias vascongadas. Por orden del ministro de la Guerra fue liberado y destinado a San Fernando, y el 14 de marzo de 1856 fue nombrado gobernador militar de la provincia de Jaén hasta julio del mismo año, cuando se inició el movimiento revolucionario consecuente con la salida del gobierno del general Espartero,[4] que presentó la dimisión por falta de respaldo por parte de la Reina. Ésta llamó al general O’Donnell para formar Gobierno. Los progresistas vieron en peligro su revolución, se reunieron en el Congreso  en sesión permanente, mientras que la Milicia de Madrid se levantó contra el nuevo Gobierno. El 14 de Julio comenzaron las luchas callejeras, en las que Espartero no participó ni quiso intervenir, cuando con el pueblo de su parte y grandes influencias en el Ejército hubiese podido triunfar.

Jaén, tradicionalmente progresista y esparterista, levantó en armas a su Milicia, formó una Junta de Gobierno que esperó el respaldo del Gobernador Militar de la provincia. Aunque el puesto militar del Castillo de Santa Catalina de Jaén no disponía de gran número de soldados, la actitud del Gobernador Militar de Jaén en los acontecimientos políticos era decisiva a la hora de secundarlos la población, sobre todo porque de él dependía también otra tropa militarizada distribuida por toda la provincia, como era la Guardia Civil. Sin embargo, en los años del Bienio Progresista (1854-1856), la posición del Gobernador Militar estaba más debilitada por la existencia de otra fuerza armada, la Milicia Nacional, más potente en número y armamento.

El Gobernador Militar Manuel Gasset se mantuvo fiel al nuevo Gobierno decretado por la Reina, pero falto de apoyo y de recursos, acompañado del secretario del gobierno militar de Jaén y la fuerza de la Guardia Civil que pudo reunir, huyó de la capital hacia el pueblo de Los Villares, donde había congregado a la Guardia Civil de todos los puestos, con el fin reunir fuerzas con qué enfrentarse a la Junta de Jaén.[5] Tras pernoctar en Los Villares, se le presentó el Alcalde del pueblo de madrugada con orden de la Junta para encarcelarle, por lo que se vio en la necesidad de internarse en la Sierra de Valdepeñas, dejando confidentes que le indicasen a la Guardia Civil y la Remonta de Úbeda el camino que seguía para salirles a su encuentro:

“En su marcha fue ladeándose el fugitivo por entre breñas hacia Granada, a fin de hallar disposición de comunicarse con el capitán General y de recibir sus auxilios, aunque siempre con el intento de no abandonar la provincia, cuya comandancia militar le había sido confiada.”

Durante tres días anduvo errante por la sierra, atravesando cortijos. El día 19 se le reunieron algunas parejas de Guardia Civil más y emprendió el camino hacia Noalejo, el último pueblo de la provincia, confinante con Granada, estratégicamente situado al dominar la carretera entre las capitales de las dos provincias. Allí se le incorporaron diez individuos de tropa, tres oficiales y el teniente coronel del escuadrón de Remonta, más otras parejas de Guardia Civil. Poco a poco fueron acudiendo a su encuentro los oficiales del batallón provincial de Jaén y algunos otros de reemplazo que andaban fugitivos de la capital, que le notificaron el triunfo del Gobierno en Madrid frente a la Milicia progresista. La lealtad de Manuel Gasset le valió ser nombrado Gobernador Civil de Jaén. No obstante, todavía permaneció un tiempo en Noalejo esperando la llegada de la Guardia Civil. El día 24 ya disponía de 86 infantes y 50 caballos, fuerza con la que inició un movimiento hacia la capital, avistándola la mañana del día 25. A su encuentro salió una representación de la Junta para negociar la capitulación con las condiciones de conservar sus armas la Milicia, no perseguir a los revolucionarios y respetar el Ayuntamiento; pero Manuel Gasset sólo aceptó la rendición incondicional. Finalmente, hizo su entrada en la capital a las nueve de la noche, sin hallar resistencia, siendo ocupado el núcleo principal revolucionario de la provincia y puesto en libertad el capitán general Antonio Blanco y sus ayudantes, que la Junta tenía presos. Por ello recibió la Gran Cruz de Isabel la Católica y el nombramiento de Segundo Cabo y Capitán General interino del distrito que comprendía las cuatro provincias de Andalucía Oriental y el mando de todas las tropas de sus guarniciones, con amplias facultades. Poco después Granada también se rindió, así como Málaga. En Jaén nombró nueva Diputación, renovó cuarenta y un  ayuntamientos, y desarmó a la Milicia Nacional. Posteriormente la Reina lo nombró Gobernador Civil de Málaga y dejó como sucesor en la provincia al mariscal de campo José Orozco.

Manuel Gasset pasó en unos días de vivir escondiéndose en la soledad del monte, prácticamente sin apoyos, a reunir las fuerzas necesarias para regresar a la ciudad de Jaén y recuperarla para el Gobierno, obligando a los revolucionarios a entregar las armas. Durante estos días hizo uso de una estrategia militar propia su larga experiencia en el ejército. En su huida, la sierra Sur de Jaén le proporcionó el tiempo necesario que le permitió concentrar las tropas leales, con las que recuperó el gobierno de la provincia. Ello se vio favorecido por la derrota de la Milicia en Madrid y la inhibición del general Espartero.

Tras abandonar la provincia de Jaén, Manuel Gasset continuó su activa carrera militar ascendiendo puestos. En Málaga tuvo que enfrentarse con una insurrección de tipo republicano; después fue destinado a Ceuta, donde tuvo combates con los marroquíes. En 1861 fue nombrado Segundo Cabo de la Capitanía General y Subinspector de Infantería y Caballería de la Isla de Cuba, desde allí organizó la expedición a Méjico, siéndole encargado el mando de ella. Enfermó en Veracruz y en 1863 regresó a España. Fue nombrado Senador del Reino por la provincia de Lérida,  Teniente General, Senador Vitalicio, Capitán General de Cataluña en 1866-1867. Alfonso XII le otorgó el título de Marqués de Benzú en 1875. El Archivo del Senado conserva numerosa documentación sobre el período en que fue senador.


 


[1] Sobre la Milicia Nacional giennense ver LÓPEZ CORDERO, Juan Antonio: “La Milicia Nacional de Jaén durante el Bienio Progresista: 1854-1856”. En Senda de los Huertos, nº 7 (1987); pp. 23‑29.

[2] Sobre Antonio Romero Hidalgo ver LÓPEZ CORDERO, Juan Antonio: "Un liberal progresista del siglo XIX: Antonio Romero Hidalgo y Arjona". Senda de los Huertos. Revista Cultural de la Provincia de Jaén, nº 45-46. Asociación de Amigos de San Antón. Jaén, enero-junio 1997, pp. 123-132.

[3] Sobre el Gobierno Militar de Jaén ver LÓPEZ CORDERO, Juan Antonio: "El Gobierno Militar de Jaén durante el Reinado de Isabel II". En Senda de los Huertos, nº 20 (1990); pp. 63‑72.

[4]  “Biografía del Excmo. Sr. Teniente General D. Manuel Gasset y Mercader”. OVILO y OTERO, Manuel (director). Escenas Contemporáneas. Revista Política, Literaria y de Ciencias, Artes, Comercio, Agricultura y Teatros. Noticia biográfica de la carrera pública de los hombres más notables del siglo XIX, y bibliográfica de los escritores españoles y americanos. Madrid, 1864, p. 217 y 261.

[5] V. G. Kiernan recoge la noticia de que el Gobernador Militar tuvo que “huir a los montes”, tras formarse la Junta de Salvación y Gobierno en la capital giennense (KIERNAN, V.G. La Revolución de 1854 en España, Madrid, 1970, p. 263-273).

 

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