SAN ANDRÉS EN LA CULTURA POPULAR.

Juan Antonio López Cordero.

(En Crónica de la Cena Jocosa 2009. Asociación de Amigos de San Antón. Jaén, 2010, p. 95-100)

El día de la Cena, que los amigos de San Antón celebramos el año pasado de 2009 en la sede de la Santa Capilla de San Andrés, no tuvimos oportunidad de ver la Iglesia. Aunque todos la conocíamos, hacía ya muchos años que algunos de nosotros la visitamos por última vez. Pero nuestro Prioste, siempre atento al decoro y a los más mínimos detalles no quiso hacer una visita grupal y nocturna a este lugar sagrado que pudiera herir sensibilidades en algún miembro de la Santa Capilla. El que esto escribe no tiene intención de hacer un estudio de la Iglesia o un relato de la misma, que eso ya lo han hecho otros cofrades mucho más instruidos en estos temas. Por nuestra parte pretendemos centrarnos en la figura de San Andrés, sus leyendas, y su implantación en la geografía giennense.

En la ciudad de Jaén San Andrés tuvo por advocación iglesia y parroquia desde el siglo XIII, mucho antes que don Gutierre fundara la Santa Capilla. La Iglesia fue probablemente antigua mezquita, como podemos deducir de la orientación de su planta y el giro de noventa grados al Este sobre la quibla que los cristianos realizaban para levantar el altar mayor, adquiriendo así la planta forma basilical, y el altar mayor una dirección más cercana a la salida del Sol, pues "Jesucristo es la luz del mundo”.

Tuvo San Andrés en época medieval gran devoción. Apóstol, uno de los cuatro primeros discípulos de Jesús, era hijo de Jonás de Betsaida y hermano de Simón Pedro. Anteriormente fue pescador y estuvo vinculado al movimiento de Juan el Bautista. Fue el primer apóstol llamado por Jesús, con el que tenía un contacto íntimo: es él quien en la multiplicación de los panes señala a Jesús la presencia del muchacho con cinco panes y dos peces; y en la última subida a Jerusalén, cuando algunos griegos deseosos de ver a Jesús se lo comunican a Felipe, éste se dirige a Andrés y después ambos a Jesús. Poco más sabemos de él. Su vida está envuelta en la leyenda. Muerto Jesús, predicó en Tracia y la Hélade. Murió en Patrás, Acaya. Allí convirtió a la mujer del procurador Egeates, por lo que éste le condenó a ser azotado y morir en la cruz, desde la cual aún estuvo predicando durante dos días. Se dice que murió martirizado el 30 de noviembre del año 60. Sus reliquias fueron trasladadas a Constantinopla en tiempos del emperador Constancio (356), y en el siglo XII a Amalfi; la cabeza fue llevada a la basílica de San Pedro en el Vaticano (1462), custodiada junto a la tumba de San Pedro, su hermano.

Su leyenda se encuentra en el apócrifo Hechos de San Andrés, de finales del siglo II o comienzos del siglo III[1]. La Leyenda Dorada (1255-1266) de Jacobo de Vorágine, dice que fue Andrés predicador entre los escitas, tuvo un encuentro con Mateo en la legendaria Mirmidonia de la Ilíada y realizó siete milagros. Se describe también su muerte con la flagelación, luz celestial, su descendimiento en los brazos de Maximila, el maná que brotó de su tumba…  Sus reliquias y veneración se extendieron desde Constantinopla hasta Bretaña, pues fue patrón de Escocia, Rusia, Grecia…, además de muchas ciudades e iglesias. Fue nombrado protector de la Orden del Toisón de Oro bajo el reinado de Felipe el Bueno, en 1429. También los pescadores lo consideraban su protector, invocado con mediador matrimonial y taumaturgo, sanador de enfermedades articulares.

Los atributos de San Andrés son el rollo o libro, el pez, la red o la cruz. Esta última en forma de X, por lo que recibe el nombre de Cruz de San Andrés. Su origen es incierto,[2] aunque hay leyendas que atribuyen su martirio en ella. Esta cruz, con color rojo y anaranjado, formó parte de los sambenitos de los condenados por la Inquisición, bordada en la espalda y en el pecho[3].  Este símbolo está muy generalizado y es muy utilizado en vexilología y heráldica. Una variante es la cruz de Borgoña, por ser San Andrés patrón de este antiguo país. De ahí la tomaron los tercios de España y posteriormente otros regimientos y las tropas carlistas.

Sus restos óseos, como buen santo, obraron supuestos milagros a lo largo de Historia. Uno de ellos lo recoge la leyenda de la reliquia del Obispo de Patrás que, cuando se dirigía en peregrinación a Santiago, al llegar a Estella murió en el anonimato. De su tumba un día salió un resplandor. Al abrirla descubrieron que era el obispo por el anillo y el báculo que portaba, también llevaba un omóplato de San Andrés. La reliquia fue expuesta a la veneración de los peregrinos y el santo elevado al patronazgo de Estella en 1626, coincidiendo con el milagro del día 2 de agosto de ese año, cuando la cruz de San Andrés de gran tamaño apareció sobre la torre de la iglesia de San Pedro.[4]

La relación con el apóstol Santiago y su peregrinación está también presente en la leyenda de San Andrés de Teixido, en la que el Santo manifiesta sus celos por el gran número de peregrinos que se dirigían a Santiago, mientras obviaban su santuario. El Señor le prometió que él no iba a ser menos y quien no visitara su santuario en vida había de hacerlo después de muerto. De ahí el dicho: “A San Andrés de Teixido, va de muerto el que no fue de vivo”.[5]  Es una de las muchas leyendas en torno al popular santuario gallego de San Andrés de Teixido, que se ubica en las vertientes del Cabo Ortegal. Tradicionalmente a él han peregrinado campesinos de toda Galicia y zonas limítrofes de Asturias y Portugal. Las peregrinaciones mantienen antiguas costumbres y ritos de ancestrales creencias. El que va por primera vez al santuario no cumple el voto si no arroja una piedra en alguno de los "amilladoiros" que se han ido formando durante siglos a los lados de los caminos que llevan a la ermita, y han de beber además de la "Fonte do Santo"[6]. También llaman a la vía láctea el camino de San Andrés, donde dicen que termina. Otras muchas tradiciones en torno a la romería unen creencias, bailes y gastronomía desde muchos siglos atrás.

La festividad de San Andrés, el 30 de noviembre, pocos días después de Santa Catalina, es una fecha de continua referencia en el mundo tradicional, cuando el santoral marcaba la vida del hombre en casi todas sus facetas. San Andrés era la época del juego de la taba que las leyendas relacionan con el santo[7].

El refranero tiene en San  Andrés un punto de referencia en el mes de noviembre y la climatología: “Dichoso mes que entra en Todos los Santos y sale con San Andrés”; “San Andrés, agua o nieve ha de traer”; “Por San Andrés, hielo en los pies”; “Por San Andrés, todo el tiempo noche es”.

Noviembre es el mes en que finaliza la simienza, los labradores guardan sus aperos de labranza, mientras que el frío marca la proximidad del invierno: “Por San Andrés, lo que había de sembrarse, sembrado esté”, “Obrada de San Andrés, ni la prestes ni la des”. La aceituna entra en su madurez y comienza a caer su fruto al suelo: “El vareo de San Andrés, mucha aceituna deja caer”. Otras labores agrícolas están finalizadas, ya no hay frutos en las higueras, y el vino se encuentra en bodega: “En buen tiempo, San Andrés, guarda los higos para él”; “En llegando San Andrés, el vino nuevo añejo es”.

También el ganado tiene en San Andrés su lugar de encuentro. Paren los corderos: “Por San Andrés, corderitos tres”, y se realizan las matanzas: “Por San Andrés, mata tu res, gorda o flaca o como esté”, “Por San Andrés, el que no tenga cochino que mate a su mujer”. También por San Andrés cumplían los arrendamientos y se abonaban las rentas anuales.

En la geografía giennense San Andrés ha esparcido su nombre por parroquias, calles, cerros, colegios, empresas… La advocación de San Andrés está presente en varias poblaciones. La  iglesia de San Andrés de Jaén, con su Santa Capilla y el alto valor histórico-artístico de la misma es la más conocida. Destaca en estas advocaciones la iglesia de San Andrés de Baeza, Por la época de la  fundación de la Santa Capilla, comenzó en Baeza la edificación de esta iglesia, terminándose en 1579. Parte de su construcción se hizo con el material de derribo del Alcázar. Entre los siglos XVIII y XIX ostentó el título de Colegial.  Resalta la portada principal, de la época del obispo constructor D. Alonso Suárez de la Fuente del Sauce cuyos escudos ostenta. La torre es cuadrada, rematada por una crestería calada, con flamencos y gárgolas llevando en las esquinas los escudos del obispo D. Esteban Gabriel y Merino (1523-1535). La portada norte corresponde al episcopado de don Diego Tavera (1555-1560). Es San Andrés también patrón de la ciudad de Baeza, cuya imagen se encuentra en lugar preferente de la cabecera de la Catedral, en el cuerpo superior, entre pilastras y columnas. Frente a su iglesia se realiza un gran fuego en su día, 30 de noviembre, fecha en que fue conquistada a los musulmanes la ciudad de Baeza.

La iglesia de San Andrés de Villanueva del Arzobispo, fue construida en el  siglo XVII . Destaca por sus grandes proporciones y magnífica labor de sillería. La planta es de cruz. La mayor parte de la ornamentación es del XVIII, destacando el retablo mayor. La portada, clasicista, se erigió durante el obispado de Sancho Dávila (1600-1615). Sobre la portada principal hay una hornacina con la imagen titular.

San Andrés tuvo también conventos, como el Úbeda, de dominicos, Fundado en el siglo XV, cuyos frailes atendían espiritualmente a los condenados y les proporcionaban cristiana sepultura. El convento fue demolido a mediados del presente siglo, conservándose tan sólo una portada, situada en la calle San Juan de La Cruz. Su lugar hoy lo ocupa el Instituto de Enseñanza Media Francisco de los Cobos. En este convento residía la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno desde su fundación, en el siglo XVI, de donde partía cada año la procesión de la imagen.

Y también en el siglo XVI, la mística Santa Teresa de Jesús escribe su poema dedicado a San Andrés:

A SAN ANDRÉS

Si el padecer con amor

puede dar tan gran deleite,

¡qué gozo nos dará el verte!

¿Qué será cuando veamos

a la inmensa y suma luz,

pues de ver Andrés la cruz

se pudo tanto alegrar?

¡Oh, que no puede faltar

en el padecer deleite!

¡Qué gozo nos dará el verte!

El amor cuando es crecido

no puede estar sin obrar,

ni el fuerte sin pelear,

por amor de su querido.

Con esto le habrá vencido,

y querrá que en todo acierte.

¡Qué gozo nos dará el verte!

Pues todos temen la muerte,

¿cómo te es dulce el morir?

¡Oh, que voy para vivir

en más encumbrada suerte!

¡Oh mi Dios, que con tu muerte

al más flaco hiciste fuerte!

¡Qué gozo nos dará el verte!

¡Oh cruz, madero precioso,

lleno de gran majestad!

Pues siendo de despreciar,

tomaste a Dios por esposo,

a ti vengo muy gozoso,

sin merecer el quererte.

Esme muy gran gozo el verte.

                 Santa Teresa de Jesús.

        Con estas líneas hemos intentado trazar una breve visión panorámica de la figura de San Andrés y su influencia en nuestra cultura popular, que estuvo muy presente en la época de la fundación de la Santa Capilla por don Gutierre González Doncel. Su culto tuvo especialmente significación en Jaén, además de la fundación de la Santa Capilla, en la construcción de las iglesias de su advocación en Baeza y Villanueva del Arzobispo; y sobre todo estuvo permanentemente vinculado al refranero del mundo campesino giennense, mientras sus leyendas circulaban por vía oral en esta sociedad tradicional sacralizada.


 

[1] LEONARDI, C.; RICCARDI, A. ZARRI, G. Diccionario de los Santos. Vol. I. San Pablo. Madrid, 200, p. 167-168.

[2] GOOSEN, Louis. De Andrés a Zaqueo. Temas del Nuevo Testamento y la literatura apócrifa en la religión y las artes. Akal. Madrid, 2008, p. 15-17.

[3] DIATZO, Jerónimo. Leyendas de la Inquisición II. Herejía y Sambenitos. México, 2005, p. 10-11.

[4] ATIENZA, Juan G. y SÁNCHEZ Ricardo. Leyendas del Camino de Santiago: la ruta jacobea a través de sus ritos, mitos y leyendas. EDAF, 1998, p.102-103.

[5] GONZÁLEZ REBOREDO, Xosé M. Leyendas gallegas. Galaxia. Vigo, 2004, p. 92-94.

[6] RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, Eladio. Diccionario enciclopédico gallego-castellano. Tomo III. Editorial Galaxia. Vigo, 2000.

[7] LERALTA, Javier. Madrid. Cuentos, leyendas y anécdotas. Vol. II. Sílex ediciones. Madrid, 2002, p. 30-31.

 

 volver