Construcciones de piedra seca en el paisaje de olivar de Sierra Mágina.

Juan Antonio López Cordero

(En El Olivar, Paisaje, Patrimonio y Desarrollo Sostenible. Edición de las actas del Seminario Hispano Francés. Asociación para el Desarrollo Rural de Sierra Mágina. Cambil, 2009 p. 163-177). 

  

1. Introducción

             Sierra Mágina presenta una geología diversa. Las tierras de montaña forman parte de las cordilleras Subbéticas. Son sierras formadas por rocas carbonatadas, consistentes y ricas en bases, con calizas, dolomías y margas en su mayor parte. Son materiales de origen sedimentario, las rocas más antiguas datan del Triásico, y la mayoría son del Jurásico y Cretácico. Estos materiales se depositaron en medios marinos a diferentes profundidades. Destacan entre ellos las calizas nodulosas rojas con abundantes ammonites del Jurásico medio y superior. Existen algunas intercalaciones de rocas subvolcánicas al sur de Cambil y materiales cenozoicos dispersos en distintos puntos. La piedra caliza, la más abundante en la comarca, siempre ha estado muy presente en una amplia gama de construcciones tradicionales de piedra seca, como eras, chozos, albarradas, mojones, vallas, y demás construcciones de gran valor etnológico e histórico.

Estas construcciones tienen un antiquísimo origen, al menos del Neolítico, y se han seguido construyendo hasta nuestros días, como una arquitectura tradicional que constituye una de las expresiones culturales más significativas de Sierra Mágina, producto de la actividad de sus gentes, especialmente agroganadera, y de las condiciones climáticas y geográficas de la misma. Muchas de ellas se encuentran dispersas por el paisaje de olivar, el cual fue paulatinamente invadiendo tierras anteriormente dedicados a cereal y vid, y terrenos de monte, antiguas y seculares majadas. Desde mediados del siglo XIX, con la mejora de las vías de comunicación y el desarrollo del ferrocarril que favorecen la especialización comarcal de los cultivos, y hasta nuestros días la progresión de paisaje olivarero ha sido arrolladora. No obstante, como testigos de la antigua actividad humana, en el actual paisaje de olivar de Sierra Mágina aún hoy día quedan restos de construcciones en piedra seca, que están en peligro de desaparición por haber perdido la funcionalidad que tuvieron en el pasado; muchas de estas construcciones están derruidas o bien se van arruinando y derrumbando por su abandono.

 

2. Tipologías de construcciones en piedra seca en el paisaje de olivar.

             Las tipologías de estas construcciones responden a la funcionalidad para la que fueron creadas. Forman parte del paisaje antropizado, perfectamente integrado en el medio, por lo que también le dan al paisaje de olivar actual de la comarca singularidad y belleza. Entre los diversos tipos de construcciones que se encuentran dispersos entre los olivares podemos destacar las siguientes.

 

2.1. Eras de trilla.

             Son construcciones de piedra seca muy frecuentes en Sierra Mágina, que se extienden por toda la comarca, recuerdo de un pasado de economía principalmente cerealística. La mayor parte de ellas se encontraban concentradas en los ejidos, junto a las poblaciones. En la actualidad han desaparecido casi todos ellos al caer en desuso y ser absorbidos por la ampliación de los núcleos urbanos. Otras eras, muchas de las cuales aún se conservan, se encuentran diseminadas por la geografía rural; la mayoría entre olivos, testigos de un pasado que tenía en el paisaje la imagen del cereal.

Las eras son de diferente tamaño y construcción. En los terrenos de pendiente, la horizontalidad del terreno donde se ubican se realizaba a través de hormas de piedra[1] en la parte inferior, mientras que en la superior otra horma elevada la protegía de la caída de tierra por la erosión. Se obtenía así una superficie con la horizontalidad necesaria para empedrarla. La solería es de cantos rodados, aproximadamente del tamaño del puño, sin argamasa de unión; colocados uno junto a otro eran hincados en el suelo con pisones de madera. Los huecos del empedrado se rellenaban de tierra, alcanzando el suelo una gran fortaleza para poder soportar el paso continuo de las bestias y la trilla.[2]

El empedrado de las eras requería pericia. Primeramente se trazaban unas guías, cuyo nivel servía para empedar el resto de la era. Según la situación de las guías, las eras presentan figuras geométricas diversas que le dan singularidad a cada una de ellas. La gran mayoría tienen forma circular. Las hay también cuadradas y rectangulares, e incluso grandes superficies empedradas hasta de 1.500 metros cuadrados que permitían el uso múltiple de trillas.[3]

 

Era de Bornos (Cambil)

 

2.2. Cercas de piedra y corrales de ganado.

             Otras figuras omnipresentes en la sierra maginense son las cercas de piedra y los corrales de ganado, construidos con técnica muy similar, a dos caras; o sea, colocando las piedras recogidas del entorno a uno y otro lado de la cerca, siempre buscándole “la cara”, o parte de la piedra más lisa, hacia el exterior de ambos lados de la cerca. En el interior se colocan pequeñas piedras. Por sus características también este tipo de construcciones están plenamente integradas en el paisaje. Se distribuyen por toda la geografía de Sierra Mágina.

Las cercas de piedra, llamadas también cercados o linderos, separan los campos de cultivo del monte. Su fin era evitar el paso de ganado a las parcelas agrícolas. Su altura es variada, en su mayoría entre 0,60 y 1 metro; mientras que su anchura suele ser entre 0,40 y 0,70 metros.

Cuando las cercas forman corrales de ganado suelen alcanzar una mayor altura, entre 1,50 y 2 metros; con una superficie diversa, entre 20 y 300 metros cuadrados. En estos casos suele haber una choza o chozo, junto o adosado al corral. Era el refugio del pastor, que por proximidad cuidaba del ganado, cuando en el pasado estaba expuesto a robos o ataque de lobos. Entonces los pastores solían estar acompañados de perros mastines, aquellos que por su tamaño podían enfrentarse con los lobos, éstos desaparecieron de la comarca a principios del siglo XX. Aún hoy en día, como costumbre de otros tiempos, algunos pastores de Sierra Mágina llevan mastines.

Algunos corrales aprovechan elementos naturales para su ubicación, como cuevas, simas o abrigos.

 

Corral del Toril (Pegalajar)

 

2.3. Muros de contención.

Los muros de contención, que también reciben el nombre de paratas, albarradas u hormas, presentan gran diversidad por su forma y tamaño. Su fin es el aterrazamiento del suelo de cultivo, salvando así la dificultad de la orografía del terreno y la pérdida de suelo, para aprovechar mayor superficie agrícola. Son frecuentes tanto en los cultivos de secano como también en los de regadío. Pero es especialmente en estos últimos donde alcanza su mayor desarrollo y se complementan perfectamente con una red de kilómetros de acequias para repartir el agua a cada bancal. El paisaje de estas zonas es de singular belleza al alcanzar una perfecta armonía el elemento arquitectónico humano con el natural. La piedra utilizada depende del entorno que le rodea. Es frecuente en algunas zonas de la comarca, como es el caso de la Huerta de Pegalajar, utilizar la tosca para la realización de estos muros de contención, porosa, fácil de trabajar y menos pesada; unido al hecho de usar como cantera el mismo paraje de la Huerta. En estos casos la piedra suele estar labrada, pues era extraída con una escoda[4] dándole forma de paralelepípedo. En la zona más alta de la Huerta, a la vez que se obtenían las piedras se iba recortando la pared superior del terreno del bancal, mientras se levantaba en la inferior el muro de contención, cuyos aparejos suelen ser de soga para las piedras labradas, utilizando algunas toscas a tizón para mejor trabar el muro.

La Huerta de Pegalajar es sin duda el lugar de Sierra Mágina que presenta mayor concentración de hormas. La construcción de toda una amplia red de bancales a lo largo de la ladera, incluso en zonas abruptas, aprovechando al máximo el terreno, supuso una gran obra de ingeniería para la época. El fin de las hormas era allanar el terreno para evitar la erosión y permitir el riego a manta que proporcionaban las aguas de la Fuente de la Reja. Algunos bancales de la zona más alta de la Huerta, construidos sobre la misma roca, se rellenaron de tierra proveniente de las periódicas limpiezas que se hacían del cercano estanque que embalsaba las aguas de la Fuente de la Reja, estanque que también acumulaba la fuerte erosión de la Serrezuela desnuda de vegetación. Las frecuentes labores en las que influía la proximidad al núcleo urbano, el agua y el abundante abono animal que recibía, le daban a la huerta una fertilidad de la que carecía el resto del terreno agrícola del término. Era un lugar ya cultivado en la Edad Antigua, pues en ella han aparecido restos de cerámica y piedras de molino romanos, junto con otros restos árabes que confirman su utilización medieval; y ya en época bajo medieval las crónicas cristianas citan la Huerta de Pegalajar como zona de cultivo, relacionada con las aguas de la Fuente Vieja o de la Reja.[5]

 

Albarradas. Huerta de Pegalajar

 

2.4. Chozos.

             Con la denominación de chozos, caracoles, monos o cuevas se designan en las poblaciones de la comarca de Sierra Mágina a las construcciones que forman un pequeño habitáculo de falsa bóveda, con muros y cobertura de piedra caliza sin labrar y sin ningún tipo de argamasa, formada por aproximación sucesiva de hiladas. Las hay de diferentes altura y planta, desde el que escasamente cabe un cuerpo agachado para entrar, hasta los que presentan una puerta de entrada, que suelen ser más excepcionales. Es esta abertura la única que suelen tener al exterior, aunque algunos de ellos presentan en el centro de la cúpula un orificio para salida de humos cuando dentro se realizan fogatas. Se encuentran dispersos por el entorno rural de la sierra. Estos refugios recuerdan un pasado ganadero, aunque más tarde hayan sido utilizados y construidos también por canteros como habitáculo de los peones en el lugar de trabajo (canteras de piedra de Jimena o del Mercadillo[6] en Pegalajar), y por agricultores cuando los cultivos se extendieron por la sierra. También era utilizados como “guardaviñas” en los terrenos dedicados a este cultivo. Son en Sierra Mágina muy abundantes. Algunos de estos chozos son de gran envergadura, en estos casos utilizan en su base un amplio anillo de piedra de refuerzo o contrafuerte. Los materiales utilizados se encuentran alrededor de la obra y por la sencillez de su construcción, sin argamasas de unión, están plenamente integrados en el paisaje.

  

Chozo de Vendéñigo (Pegalajar)

 

2.5. Chozas.

El término chozas es usado en Sierra Mágina para definir una variedad de chozo que mantiene la planta circular, las paredes de piedra, pero está rematado por una cubierta vegetal, por lo general cónica; también presenta otras variedades. Su función es eminentemente pastoril, aunque en algunas ocasiones era utilizado por agricultores, incluso por los neveros. La abundancia de ellos en Sierra Mágina ha quedado en la toponimia, como en la Cañada de las Chozas, ubicada en la Loma del Ventisquero (Albanchez de Mágina).

La cubierta vegetal se hacía con un soporte de ramas resistentes de árboles como la encina, entrelazadas unas con otras, a continuación se cubría con una capa de hiniesta, a la que seguía una segunda capa, ésta de lastón, y terminaba en el vértice con un cerramiento de esparto cosido, con lo que se conseguía una perfecta impermeabilidad. Su utilización era temporal y la cubierta vegetal podía durar varios años pese a la inclemencia del tiempo. Una variedad de choza tiene la planta rectangular, está adosada a un ribazo y la cubierta es vegetal. Incluso hay otro tipo con cubierta de losas de piedra y grava sostenidas sobre viguetas de madera, más excepcional.

Rancho o Choza de los Charcones (Torres)

 

2.6. Casillas.

             Otras construcciones son las casillas de muros de piedra seca, ubicadas en la sierra, de planta rectangular, una sola altura y cubierta de teja árabe sobre vigas de madera. El peso del tejado era compensado por unos gruesos muros con piedras seleccionadas. Estas casillas solían disponer sólo de una sala con chimenea. A veces se incluía también una pequeña cuadra que compartía espacio con la sala de estar, de suelo empedrado. Son construcciones ubicadas en la sierra que eran utilizadas por los agricultores durante largos períodos. En su mayor parte hoy día están derruidas, y las que se conservan en buen estado presentan refuerzos de mortero en sus muros.

 

Casilla-cortijo de Domingo Moya (Albanchez)

 

2.7. Majanos.

             En muchos de los terrenos de cultivo de Sierra Mágina se pueden observar apilamientos de piedra, formando hilera o bien de forma circular o poligonal, a veces con horma en su perímetro a modo de contenedor, que en Sierra Mágina recibe el nombre de majano[7]. Son consecuencia de la limpieza del terreno pedregoso para las labores agrícolas. Este apilamiento se realizaba periódicamente, pues a medida que se araba el campo iban saliendo más piedras. Muchas de estas reutilizadas para aterrazar las zonas en pendiente, marcar las lindes o vallado de las parcelas, construir chozos, casas y corrales para el ganado.

 

Majanos de La Nogueruela (Pegalajar)

 

2.8. Minas, acequias y albercas.

                 En piedra seca se realizaban las minas, con el fin de concentrar la captación de aguas de las fuentes. Son estrechas y pequeñas galerías con una solera y dos paredes con bóveda de piedra en seco que conducían el agua al caño exterior y las depositaban en la alberca. Otro tipo de minas de piedra seca se realizaban para dar paso a las acequias salvando los desniveles del terreno de los bancales. Las minas son bastante frecuentes en las zonas de riego y de longitud variable.

A las minas se asocian otros elementos de piedra seca, como son las acequias y las albercas. Las acequias a veces utilizan la piedra como refuerzo en sus laterales y otras veces piedras labradas en formal de canal. Las albercas están impermeabilizadas en el interior con mortero; de piedra seca son las hormas que protegen el entorno de la alberca y las canalizaciones de piedra de caces y acequias, además de pilas y piletas (piedras de diferente tamaño vaciadas para contener el agua). Aún hoy día son utilizadas este tipo de construcciones en diferentes lugares de huerta de Sierra Mágina.

 

Acequia del Pomar (Jimena)

Alberca fuente de los Mochos (Pegalajar)

Mina de acequia. Huerta de Pegalajar

 

2.10. Pozos.

 Los pozos entre los olivares suelen ubicarse cerca de los cortijos en lugares donde no existen fuentes de agua. Son pozos de planta circular, forma cilíndrica, revestidos en su interior por piedra seca y terminados con una pequeña cúpula de mampostería con una puerta.

 

Pozo del Carretón (Pegalajar)

 

2.11. Senderos.

  La piedra se utilizaba también para la construcción de senderos. Debido a su acusada pendiente, están nivelados en gran parte de su trayecto por hileras de piedra seca, cuya altura varía, desde la simple hilera de piedras a "rastrillos" de más de tres metros para poder salvar los barrancos y ramblas que drenan las aguas pluviales.

 

Sendero Fuente de los Mochos (Pegalajar)

 

3. Conclusiones.

           Actualmente podemos destacar una serie de debilidades y amenazas para las construcciones en piedra seca de Sierra Mágina, como consecuencia del tradicional olvido de las administraciones a este patrimonio y la pertenencia a la propiedad privada de la mayor parte de los terrenos.

De igual forma destacamos las fortalezas y oportunidades para la puesta en valor de este patrimonio en el fácil acceso a algunas de sus localizaciones, proximidad a la ciudad de Jaén y a importantes vías de comunicación, así como el creciente interés por el desarrollo sostenible en el mundo rural.

  Las actuaciones para su protección deben iniciarse con un plan que tenga en cuenta los siguientes puntos:

• Inventario del patrimonio arquitectónico rural en piedra seca (la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía ya ha iniciado en algunos pueblos de Sierra Mágina el inventario de estas construcciones para su inclusión en el CGPHA).

• Estudio y conservación, para evitar su progresiva destrucción.

• Divulgación y valoración patrimonial.

• Rehabilitación y restauración de parte de estos bienes de interés cultural.

• Creación de un centro interpretación del patrimonio cultural de alta montaña con una especial dedicación a la piedra seca.

• Campañas de divulgación del patrimonio, guías turísticas, cursos, seminarios, excursiones, exposiciones...

 

4. Bibliografía específica comarcal.

 - ESCOBEDO MOLINOS, Enrique. “Dólmenes, tholoi, cuevas de piedra, monos y caracoles”. Sumuntán: Anuario de Estudios sobre Sierra Mágina, núm 18. CISMA. Cambil, 2003, pp. 129-141.

- ESCOBEDO MOLINOS, Enrique. “Cuevas de piedra, caracoles y monos”. Mágina +. Número 2. Asociación para el Desarrollo Rural de Sierra Mágina. Cambil. Noviembre 2001, p. 20.

- ESCOBEDO MOLINOS, Enrique. “Las cuevas de piedra en la zona sur de la comarca de Magina”. Actas del VII Congreso de Cronistas de la provincia de Jaén. Jaén, 2003, pp. 447-458.

- ESCOBEDO MOLINOS, Enrique. “Construcciones en piedra seca en la comarca de Magina”. Actas del I  Congreso Nacional de arquitectura rural en piedra seca. Núm. 38. Zahora, 2003, pp. 501-508.

- ESCOBEDO MOLINOS, Enrique. “Los Chozos de piedra”. Jaén, pueblos y ciudades. Jaén, 1997-2000, p. 2095.

 - FERNÁNDEZ, Ana; IBÁÑEZ TORRERO, Manuel. “La catalogación de la Huerta de Pegalajar como lugar de interés etnológico y su inclusión en el catálogo general del patrimonio histórico andaluz”. Sumuntán. Revista de Estudios de Sierra Mágina. Número 13. CISMA. Carchelejo, 2000, pp. 69-82.

- GALIANO TORRES, Ramón. “Arquitectura Rural en Pegalajar: la importancia y belleza de lo sencillo”. Jácena. Revista del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Jaén. Jaén, octubre-diciembre-1997, pp. 8-16.

- GALIANO TORRES, Ramón. “Arquitectura Rural en Pegalajar: edificaciones integradas en el entorno”. Feria y Fiestas en honor de la Virgen de las Nieves. Pegalajar, del 4 al 9 de agosto de 1998. Ayuntamiento. Pegalajar, 1998.

- LÓPEZ CORDERO, Juan Antonio. “La Fuente de la Reja, histórica seña de identidad de Pegalajar”. Sumuntán. Revista de Estudios de Sierra Mágina. Número 4. CISMA. Carchelejo, 1994, pp. 141-161.

- LÓPEZ CORDERO, Juan Antonio y GONZÁLEZ CANO, Jorge. Conocer Mágina. Curso de Educación a Distancia. Unidades Didácticas. Asociación para el Desarrollo Rural de Sierra Mágina. Cambil, 2001.

- LÓPEZ CORDERO, Juan Antonio y GONZÁLEZ CANO, Jorge. Patrimonio Cultural de Sierra Mágina. Asociación para el Desarrollo Rural de Sierra Mágina. Cambil, 2008.

- LÓPEZ CORDERO, J.A. y GONZÁLEZ CANO, Jorge. “La nieve, histórico comercio de Sierra Mágina”. En Sumuntán. Revista de Estudios de Sierra Mágina. Número 17. CISMA. Carchelejo, 2002, pp. 195-212.

- LÓPEZ CORDERO, Juan Antonio y LÓPEZ FERNÁNDEZ, Antonio Manuel. "La piedra seca, parte integral de la cultura tradicional de Sierra Mágina". Arquitectura Rural en Piedra Seca. II Congreso Nacional. Pegalajar, 25, 26 y 27 de junio de 2004. Asociación para el Desarrollo Rural de Sierra Mágina. Cambil, 2005, p. 85-109.

 

[1] El Diccionario de la Lengua Española recoge la acepción de “pared de piedra seca” en la palabra horma, definición que se recoge en algunas poblaciones de la comarca, como Pegalajar.

[2] Parecida técnica era utilizada para el empedrado de los portales de las casas, pues a través de ellos se accedía a las distintas dependencias, tanto las personas como los animales.

[3] La trilla o trillo es un instrumento que tiene varios discos de metal, que actúan como cuchillas al pasar sobre la mies en la era con el fin de separar el trigo de la paja. Sobre él se sentaba el trillador mientras era arrastrado por mulos en círculo.

[4] Herramienta en forma de martillo, con corte en ambos lados, para labrar piedras.

[5] Relación de los hechos del muy magnífico e más virtuoso señor, el señor don Miguel Lucas, muy digno Condestable de Castilla. Edición y estudio de Juan Cuevas Mata, Juan del Arco Moya y José del Arco Moya. Universidad de Jaén – Ayuntamiento. Jaén, 2001, pp. 372.

[6] Los chozos de la cantera del Mercadillo fueron destruidos en su mayor parte hace algunos años durante las labores de extracción de piedra, debido a la falta de protección  y al haber perdido el uso para el que fueron construidos. Esta cantera fue utilizada al menos desde época medieval, con cuya piedra se realizaron las más diversas construcciones, incluso monumentos como la Catedral de Jaén.

[7] El Diccionario de la Lengua Española define majano como “montón de cantos sueltos que se forma en las tierras de labor o en las encrucijadas y división de términos”.

 volver