LAS MEZQUITAS DE JAÉN

Juan Antonio López Cordero

(Publicado en: GARCÍA GARCÍA, José. Crónica de la Cena Jocosa 2004. Asociación de Amigos de San Antón. Jaén, 2005, págs. 89-98). 

            La religión ha identificado a muchas culturas como una seña de identidad que lo engloba todo, porque ha constituido una de las manifestaciones exteriores más relevantes. Con frecuencia unos cultos sustituyen a otros utilizando las bases materiales de los anteriores. Es el caso de las nuevas iglesias que surgen en época medieval tras la conquista de las poblaciones musulmanas y consagrar sus mezquitas.

La mezquita tenía en el muro de la quibla el punto de referencia en la oración. La mayoría de las mezquitas de al-Andalus no están orientadas hacia la Meca. Ya en el siglo X, muchos alfaquíes estaban convencidos de ello, pero respetaban la tradición existente, basada en la astronomía popular. Los primeros árabes llegados a la Península orientaron las mezquitas de forma diversa, pues el concepto de quibla fue variando según el período determinado. También influyen otros factores como la disposición del terreno, la estructura de la ciudad, la utilización de anteriores templos cristianos como mezquitas[1],... Ya en la ampliación de la aljama de Córdoba se inició un debate por parte de los astrónomos sobre la orientación de la quibla.[2]

Los textos de la astronomía popular dicen que la quibla debe orientarse al cuadrante sureste, que comprendería el orto del Sol en los días de equinoccio y el Sur, buscando dirigirse hacia la estrella Suhayl, que no se ve desde esta latitud, excepto en los puntos más meridionales. Solía utilizarse para este fin la estrella polar. Decía al-Umawi al Qurtubi en el siglo XIII: “lograrás la qibla, en al-Andalus, colocando el Polo en el hombre izquierdo y dirigiéndote, luego, hacia el S. Donde quede tu vista, será la quibla”. Otros autores como Ibn Aviv (m. 853), aconsejaban dirigir la quibla al orto del Sol en el solsticio de invierno (120 grados).[3]

Al igual que algunas de las antiguas mezquitas se habían erigido sobre iglesias visigodas, la reconquista cristiana cambió de nuevo el tipo de culto de estos lugares.[4] En estos casos, el altor mayor de la nueva iglesia consagrada sobre la mezquita solía tomar un giro de 90º, tomando la dirección del culto hacia el cuadrante Noreste, en busca del orto del Sol de Verano o el Este como punto de referencia en la oración. Por otra parte, es una constante en todas ellas la planta basilical y su ubicación en plazas o plazuelas.

            La crónica del Condestable Miguel Lucas de Iranzo nos cita las iglesias de Jaén, a las que éste acudía rotatoriamente a oír misa: Iglesia Mayor, San Lorenzo, Santiago, San Juan, San Benito, La Trinidad, La Magdalena, Santa María de Consolación, San Miguel, Santa Catalina, San Andrés, Santa Cruz, Santa Clara, San Pedro, San Bartolomé, San Francisco, San Clemente, y San Ildefonso; algunas de las cuales estaban adscritas a conventos. Aún hoy día permanecen muchas de ellas. De algunas tenemos las referencias de que fueron mezquitas, y otras podemos suponerlo por la traza que presentan, asombrosamente similar en casi todas.

            De la Catedral no hay duda, la Primera Crónica General de España,[5] nos detalla el cortejo procesional que supuso la entrada triunfal de Fernando III en Jaén y como primer acto la purificación y conversión de la mezquita mayor de la ciudad en iglesia. También las Memorias para la vida del santo rey Don Fernando III nos dicen que Fernando III “con esta seguridad entró triunfando en Jaén año de 1246, y dio la posesión de la plaza a la religión católica, pues fue el triunfo de la cruz el que se llevó en procesión a la principal mezquita que el obispo de Córdoba don Gutierre purificó y consagró a María Santísima. El Rey no contento con esto la erigió catedral, y la dotó con lo más florido que había en el distrito.[6] Desde un principio, en ella se produjo el giro de 90 grados del altar mayor respecto a la quibla.

Catedral de Jaén

 

            La Iglesia de San Ildefonso puede ser otra antigua mezquita por su distribución, pues sigue la tendencia general ya descrita. A ello se une su antigüedad, pues el primer obispo de Jaén, Fray Domingo, promulgó en 1248, a los dos años de la conquista de Jaén, el Ordenamiento de la capilla de San Ildefonso, dependiente de la Catedral, junto a la que se habilitaba un cementerio. La zona comprendía un arrabal protegido junto a los muros de la ciudad con corrales para ganado y algún que otro edificio que se fue poblando en los siglos posteriores. Con frecuencia se la identificado con un arrabal cristiano, pero la habilitación temprana de esta capilla y la ubicación del primitivo palacio de Fernando III durante su estancia en Jaén en el luego convento de Santo Domingo, también en el arrabal, inducen a pensar como un lugar fortificado ya en época árabe como lo fue en la cristiana, y la ubicación de una antigua mezquita en el solar de la Iglesia de San Ildefonso.

Iglesia de San Ildefonso

 

            La iglesia de San Andrés, o capilla de San Andrés, muestra también un trazado semejante. De la antigua iglesia de la Santa Cruz, absorbida por el convento de Santa Clara, sólo nos ha quedado un muro lateral que nos recuerda su orientación. Por estar situada en la judería, suele identificarse con una anterior sinagoga, pero probablemente fuese mezquita pues aparece citada entre las iglesias medievales de Jaén, y su orientación así lo atestigua. Por ser un barrio de escasa feligresía no pudo mantener la iglesia, la cual se arruinó en el siglo XVIII.

Sobre San Andrés y larga trayectoria en la vida espiritual y cultural giennense nos han ilustrado con suficiencia, Manuel López Pérez, Enrique Fernández Hervás y, sobre todo, Maria Teresa López Arandia. En ella, el clérigo Gutierre Doncel creó en 1515  una institución benéfico-docente, la Santa Capilla y Noble Cofradía de la Limpieza Concepción de Nuestra Señora, institución muy influyente en la vida local.

 

Iglesias de la Santa Cruz y San Andrés

 

            La Iglesia de San Juan, de estilo gótico, es una de las parroquias más antiguas, por su planta, probablemente también erigida sobre antigua mezquita, pues cumple fielmente las leyes básicas de la consagración medieval de las mezquitas en iglesias, con el giro de 90 grados entre la quibla y el altar mayor. La celebración en su plaza de los concejos abiertos, de la pescadería y mercado de frutas y verduras, corridas de toros, etc., dejan constancia de ser el lugar uno de los puntos neurálgicos de la ciudad en época medieval.    

 

 

Iglesia de San Juan

 

La iglesia de Santiago ocupaba gran parte de la actual plaza de Santiago, probable antigua mezquita que fue consagrada en iglesia, pues el muro lateral de la plaza, donde estuvo ubicado el edificio, donde aún se conservan las criptas, mantiene la misma orientación que la catedral, antigua mezquita aljama de la ciudad. Tuvo esta iglesia notable importancia en el pasado, de ella salía la procesión general con la que se hacía la proclamación de la Santa Bula de la Cruzada, se arruinó en el siglo XVIII y fue demolida en 1810[7], y desde su torre, en el siglo XVII, se daba a golpe de campana el toque de queda de la ciudad, de nueve a diez en invierno y de diez a once en verano.[8]

Ubicación de la desaparecida iglesia de Santiago

 

            La planta de la iglesia de San Bartolomé es, junto a la de la Magdalena, ligeramente cambiante en su orientación respecto a las demás. El muro correspondiente a la quibla está ligeramente más orientado al Sur. Por lo demás cumple las reglas ya comentadas, giro del altar mayor respecto la quibla. Presenta planta basilical con tres naves.

 

 

 

Iglesia de San Bartolomé

 

La Iglesia de la Magdalena parece ser que fue también mezquita musulmana por su distribución, el patio porticado, la torre denominada morisca ya en el siglo XVI; y, por supuesto, también la orientación con el giro de 90 grados del altar mayor respecto al muro de la quibla, que presenta una orientación ligeramente más hacia el Este que la generalidad de las antiguas mezquitas de Jaén.

 

Iglesia de La Magdalena

Sin duda, la mezquita de Córdoba fue el modelo para la mayoría de las mezquitas de Jaén que, a su vez, estaba basada en el edificio de la Kaaba de la Meca, orientado según determinados fenómenos astronómicos. El eje mayor coincide con el orto de Suhayl (150 grados), estrella usada en la tradición musulmana como orientadora de la quibla que, sin embargo, no puede ser vista desde al-Andalus; y el menor al orto del Sol en verano. En Jaén, la mayoría de las actuales iglesias (San Juan, San Ildefonso, San Bartolomé y la Catedral o antigua de Santa María, junto con las desaparecidas de Santiago y la Santa Cruz) tienen una orientación similar de la antigua quibla, 158 grados, similar a la tendencia de la mezquita de Córdoba, construida por el emir Abd-al-Rahman I sobre el emplazamiento de la basílica visigoda de San Vicente entre 785-787. Sucesivas ampliaciones hicieron Abd-al-Rahman II, año 833, derribando la quibla y añadiendo 8 tramos; el califa Abd-al-Rahman III; Al-Hakem II, entre 961 y 969, añadiendo 12 tramos, una nueva quibla, el mihrab y las dependencias que lo rodean; y Almanzor, añadiendo ocho nuevas naves. Así pues, las mezquitas de Jaén se incluirían en la tendencia al Sudeste. En ella se incluyen las mezquitas que tienen como referente el orto del sol en invierno (120 grados aprox.). Se construyeron entre los siglos VIII y XIII.

Esta tendencia es la que siguen la mayoría de las iglesias, antiguas mezquitas, de las poblaciones de la provincia. Común a todas ellas es su ubicación junto o dentro del castillo de cada población, de una u otra forma dentro de un recinto murado, pues el castillo ampliaba sus murallas al resto de la villa. La peligrosidad de la frontera así lo exigía e, incluso, también solía existir un arrabal fortificado que ampliaba aún más el recinto fortificado de la villa.

            Además de la orientación, han perdurado en algunas iglesias rasgos que recuerdan a las antiguas mezquitas, como en la iglesia de Santiago Apóstol de Jimena, donde aparecieron restos de alicatado tras el altar de la Inmaculada, orientado hacia el Este, por lo que podrían pertenecer al antiguo mirhab. Está situada cerca del castillo. La denominación de Santiago Apóstol recuerda al Santiago Matamoros muy presente en la frontera cristiana medieval y las antiguas cofradías del Señor Santiago de las poblaciones del reino de Jaén. La iglesia parroquial de Albanchez se edificó sobre la antigua mezquita y recibió en un principio la advocación de Santa María, que aún perduraba en el siglo XVI. A finales del siglo XVII estaba en ruina, por lo que se inició su reconstrucción con piedra de la cantería extraída en las proximidades. Pese a su reconstrucción la iglesia posee la primitiva planta así como su orientación. Se encuentra dividida en tres naves sostenidas por columnas. La primitiva iglesia parroquial de Bedmar debió surgir también tras la consagración de la antigua mezquita. Su primitiva advocación era a Santa María.[9] También la de Pegalajar, bajo la advocación de la Santa Cruz, se encuentra se encuentra dentro del recinto murado medieval; su fábrica actual es del siglo XVI y XVII, pero utilizando elemento anteriores, como la torre del homenaje del castillo como campanario y  los restos de la antigua iglesia como sacristía, donde existe un muro que correspondería a la quibla, con los restos de un nicho con arco de herradura correspondiente a la parte superior del antiguo mirhab.

Dentro del cuadrante SE, con tendencia Sur, se enmarcan otras mezquitas. En la ciudad de Jaén  se encuentra la actual iglesia de San Bartolomé, cuya quibla tendría una dirección de 169 grados, tendencia muy similar a diferentes mezquitas repartidas por todo el al-Andalus, como la de Tudela (Navarra), la Aljama de Toledo o San Juan de Granada. Tendencia semejante tiene la catedral de Baeza (172 grados) y la antigua mezquita mayor de Jódar, actual iglesia de la Asunción (166 grados).[10]

En cuanto la tendencia al Este del cuadrante SE, se incluyen aquellas mezquitas orientadas a occidente con un error comprendido entre 1 y 28 grados hacia el Sur, responden a un cálculo de la quibla efectuado por los astrónomos, como en Medina Zahra. Esta corrección, cuando se intenta con otras mezquitas, suele encontrarse con la oposición de los alfaquíes, basada en la tradición.[11] En la ciudad de Jaén no existen antiguas mezquitas de tendencia Este, aunque sí en algunas poblaciones de la provincia, como en Huelma, donde la antigua mezquita, actual iglesia de la Inmaculada[12], tiene una orientación de 104 grados. Muchos casos de orientación de este tipo de mezquitas se fundamentan en el anterior uso de iglesia hispanorromana. En estos casos el altar mayor de la iglesia conserva la dirección de la antigua quibla.

 

 

 



[1] Teniendo en cuenta que los templos cristianos tenían el altar mayor orientado hacia el Este, la reconversión de las iglesias en mezquitas motivó un giro de la quibla hacia el Sur, que a la vez favorecía al rezo por su disposición transversal. En la Península las mezquitas están orientadas en un arco entre el Sureste y el Sur, entre 135 y 180 grados; mientras que la quibla moderna, calculada por coordenadas geográficas modernas, estaría situada entre el Este y el Sureste, entre 95 y 108 grados (RIUS, Mónica, La Alquibla en al-Andalus y al-Magrib al-Aqsa, Anuari de Filologia (Universitat de Barcelona) XXI (1998-99) B-3. Institut “Millás Vallicrosa” d’Història de laCiència Àrab, Barcelona, 2000, p. 105)

[2] JIMÉNEZ, Alfonso, “La qibla extraviada”, Cuadernos de Madinat al-Zahra, 3 (1991), p. 189-209; y RIUS, Mónica, La Alquibla ... , p. 104.

[3] RIUS, Mónica, La Alquibla..., p. 179-182.

[4] Así en los casos de movilidad de la frontera nazarí con la consiguiente conquista de poblaciones cristianas, las iglesias consagradas volvían a ser mezquitas. En referencia a la conquista de Belmez, Cambil y Alhabar, entre otros castillos, por parte de los musulmanes en la segunda mitad del siglo XIV, dicen las crónicas musulmanas: “... castillos en los cuales purificamos las casas de Dios de las profanaciones de los ídolos y sustituimos las campanas por la palabra de la verdad” (Fuentes Pereira, Francisco José. “Crónica de fin de milenio en Bélmez de la Moraleda (I)”. Sumuntán. Revista de Estudios de Sierra Mágina, núm. 15,. CISMA. Carchelejo, 2001, págs. 235-250).

 

[5] Primera Crónica General de España, editada por Ramón MENÉNDEZ PIDAL, Madrid, Editorial Gredos, 1997.

[6] BURRIEL, Andrés Marcos (1719-1761). Memorias para la vida del santo rey Don Fernando III, Imprenta de la viuda de don Joaquín Ibarra, 1800.

[7] LÓPEZ PÉREZ, Manuel, El viejo Jaén, Jaén, Caja Granada, 2003, p. 255.

[8] JAÉN, Pedro de, “El toque de queda desde la iglesia de Santiago”, Senda de los Huertos, núm. 39-40, Jaén, Amigos de San Antón, julio-diciembre-1995, p. 145-146.

[9]En el siglo XVI, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Asunción, fue restaurada, pero no fue terminada hasta 1801. Es una iglesia de planta rectangular, de tres naves, su portada es ejemplo del manierismo de Francisco del Castillo.

[10] Tras la conquista de Jódar en 1231, la antigua mezquita debió ser consagrada en iglesia, que también recibió la advocación de Santa María. Hasta el siglo XVIII no se le conoce por la actual advocación de iglesia de la Asunción. Presenta una orientación en el antiguo muro de la quibla más hacia el Sur que otras iglesias. Hasta los años setenta del pasado siglo existía en el patio trasero, tras el altar mayor, un estanque  que ya aparecía documentado en las Relaciones Topográficas del Felipe II y al que la tradición popular identificaba con la Fuente de las Abluciones, la cual tenía tres naves sostenidas por columnas de mármol según el geógrafo árabe Al-Himyari (ALCALÁ MORENO, Ildefonso, “La iglesia parroquial de la Asunción de Jódar. Patrimonio cultural de Sierra Mágina”, Sumuntán. Revista de Estudios sobre Sierra Mágina, núm. 21, Carchelejo, Colectivo de Investigadores de Sierra Mágina CISMA, 2004, págs. 185-246

[11] RIUS, Mónica, La Alquibla..., p. 106.

[12] En Huelma, una vez que en 1438 fue tomada la villa definitivamente a los musulmanes por Iñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, la mezquita fue consagrada en Iglesia. Para la Iglesia Iñigo López de Mendoza hizo traer una campana y un crucifijo del monasterio de Santa Catalina de Jaén, además de un cáliz de plata de la Iglesia de Santiago, de la misma ciudad (QUESADA QUESADA, Tomás, La Serranía de Mágina en la Baja Edad Media. Una tierra fronteriza con el reino nazarí de Granada. Granada, 1989).

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