4.1. La Granja

 

            En 1904, la Diputación Provincial cedió un terreno al Ministerio de Agricultura donde se comenzó a edificar la Estación de Olivicultura, lo que más tarde sería denominada Granja Regional Agrícola y después Estación de Olivicultura y Elayotecnia. Un proyecto científico docente pensando en la revitalización del agro giennense, basado en los nuevos métodos y técnicas agropecuarias. En un principio debía acoger a veinte alumnos en régimen de internado. El edificio, obra del ingeniero Eduardo Noriega, mantiene la tradición decimonónica, donde alterna el aparejo de piedra en el muro con el ladrillo en los vanos, renunciando al ornamento. La Granja estaba compuesta por un conjunto de edificios funcionales destinados a espacios de trabajo y experimentación, junto con administración y viviendas.

            Desde 1923 y hasta 1928 en la Granja-Escuela de Capataces Agrícolas se habían realizado diversas edificaciones, estudios agrícolas y ganaderos. Se transformó en un amplio complejo, con una docena de pabellones, por donde se distribuían los servicios, aulas, capilla, laboratorios,... Todo el conjunto estaba rodeado de una verja.

            La idea del proyecto de la Granja, como otros en la ciudad, partió de José del Prado y Palacio, por entonces diputado por Jaén. Para agradecerle a este personaje su labor, siendo director de La Granja José María Santa Úrsula de Francia, se construyó una capilla en el jardín colindante bajo la advocación de Nuestra Señora del Pilar, en recuerdo de Pilar del Palacio, madre de Jóse del Prado. La capilla se bendijo el 19 de octubre de 1920 y durante muchos años fue atendida por el clero de La Magdalena. El lugar era muy concurrido. En él se concentraban los romeros del cerro de la Cabeza, los de la Virgen Blanca, paseantes, lavanderas, etc.

            La capilla cubría las necesidades espirituales del escaso vecindario que se fue estableciendo en las proximidades, estimulado por la Cooperativa Española de Casas Baratas y del Presidente de la Caja de Previsión Social Gabriel de Bonilla y Mir. Se trataba de levantar viviendas destinadas a las clases más necesitadas, algunos de los vecinos poblaban cuevas y chabolas en las proximidades, sometidos a la insalubridad, desprendimientos y desgracias.

            Como la zona era lugar de mucho tránsito, antes de entrar a la ciudad, a la derecha del camino, junto a las eras del ejido de Santa Isabel, se construyó un pilar abrevadero. Hasta allí llevaron el agua procedente de la fuente que nacía al abrigo de los peñascos cercanos a la casería de Valcrespo, que fue propiedad de los padres Dominicos. Se le denominó “Pilar Nuevo”, nombre que adquirió también el paraje.

            A partir de mediados del siglo XX se perdió el conjunto arquitectónico de La Granja, salvándose solo algún pabellón, desapareció la ermita de Nuestra Sra. del Pilar y también el Pilar Nuevo. El edificio principal fue restaurado hace pocos años por la Diputación Provincial y dedicado a servicios de ésta.

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