7.2. El Seminario El Seminario en la ciudad de Jaén tiene una larga historia. El Concilio de Trento dio disposiciones concretas sobre la creación de seminarios en el año 1563, pero ya unos años antes, en 1520, en Jaén se había abierto un seminario que tenía su iglesia en la capilla de la antigua parroquia de San Lorenzo. Fue este seminario de corta duración. Felipe II instó al obispo Francisco Sarmiento de Mendoza para que, de acuerdo al espíritu de Trento, fundase un seminario diocesano como tal. Desde entonces surgió la rivalidad entre las ciudades de Jaén y Baeza por su ubicación. Funcionó en 1620 y años siguientes en Jaén, pero el obispo Fernando de Andrade y Castro fundó en Baeza el Seminario San Felipe Neri en 1660, independiente de la Universidad de Baeza. A finales del siglo XIX, el obispo Victoriano Guisasola inició el estudio de un nuevo seminario que había de llamarse Seminario Diocesano de la Inmaculada y San Eufrasio, cuya primera fase comenzó en 1899. A principios de 1903 se iniciaron las obras principales del nuevo Seminario, el cual se inauguró el 6 de enero de 1905, con la bendición del obispo de la Diócesis Salvador Castellote y Pinazo (1902-1906). El autor del proyecto fue el arquitecto Justino Flórez Llamas. Las obras inauguradas sólo comprendían un ala del actual edificio. En 1911, siendo obispo Juan M. Sanz y Saravia (1909-1919) se abrió la capilla mayor, eje central del edificio. Tras diversas dificultades, como en 1919 cuando el Ayuntamiento intentó adquirir el edificio para transformarlo en cuartel, se continuó la edificación siendo obispo Manuel Basulto (1920-1936) y bajo la dirección de Luis Berges Martínez. Durante la Guerra Civil las obras se paralizaron y el edificio fue militarizado. Se reanudaron en 1944 bajo la dirección de los arquitectos Francisco de Paula López Rivera y Juan Piqueras Menéndez hasta su terminación en el pontificado de Rafael García y García de Castro (1942-1953). Los últimos detalles se terminaron unos años después, con el obispo Félix Romero Mengíbar (1954-1970). El edificio fue concebido en el estilo arquitectónico historicista de la época, con equilibrada fachada y dos grandes patios, inspirado en la tradición del monasterio de El Escorial. La capilla mayor, de planta de cruz latina y con una nave central inspirada en el Renacimiento, fue bendecida en 1911. El presbiterio se cubre con una bóveda pintada al fresco por Pablo Martín del Castillo, y destaca un retablo que realizó Francisco de Palma Burgos en 1953. Los dos grandes patios están presididos por imágenes modernas en piedra blanca del Corazón de María y Corazón de Jesús, obra del escultor Antonio González Orea. Desde su creación en Jaén hubo dos seminarios en la Diócesis (Jaén y Baeza) hasta 1936. Tras el paréntesis de la Guerra Civil volvió a abrirse el Seminario, pero ya sólo en Jaén. No obstante, en la década de 1960 se abrió de nuevo el de Baeza, como Seminario Menor durante diez años. Desde 1967, los alumnos desde Seminario Mayor se trasladaban a Granada, a la Facultad de la Cartuja, hasta que en 1974 vuelve a abrirse el edifico de Jaén por iniciativa del obispo Peinado, en un edifico secundario por estar en malas condiciones el principal. En 1995 fue remodelado el edifico por iniciativa del obispo García Aracil, tras haberse usado para otros servicios anteriormente, volviendo los seminaristas a vivir y formarse en el edificio tradicional. Junto al Seminario, a finales del siglo XX, el Ayuntamiento construyó un parque que lleva su nombre, con el fin de servir de recreo a los limítrofes barrios San Felipe y La Glorieta. Fue inaugurado el 4 de agosto de 1998, con una superficie de 40.000 m2, adaptados los jardines y paseos a la orografía del terreno en pendiente. Un trazado irregular que rompe con la imagen tradicional geométrica de los jardines, en el que se incluyen áreas deportivas y de juegos infantiles. |