Cuevas del Chorreadero.

Comprende toda una zona de cuevas que se extienden desde aquellas situadas en la parte superior de la calle Maestra a las que se encuentran en las proximidades de la calle Chorreadero, un cinturón que incluso se extiende monte arriba por el camino rural del Chorreadero. Esta zona está prácticamente deshabitada, aunque existen algunas edificaciones intercaladas entre estas cuevas.

El crecimiento demográfico empujó a las clases desfavorecidas a horadar nuevas viviendas en la ladera de la Serrezuela, continuando un cinturón urbano marginal paralelo al crecimiento hacia el Este que estaba experimentando la población, y siendo una continuación de las cuevas del Romeral. Es muy probable que ya desde la segunda mitad del siglo XVIII comenzase a estar habitada esta zona, pero cuando empezó a tener un importante auge poblacional fue a partir de la segunda mitad del XIX; hasta que, como el resto de las cuevas del pueblo, fueron desalojadas en 1963, a causa de las importantes lluvias de aquel año, y sus moradores pasaron a ser albergados provisionalmente en locales públicos y privados en espera de las viviendas protegidas que se iban a realizar. No hay que olvidar que por estos años gran parte de las cuevas estaban deshabitadas, debido a la fuerte emigración de esta época, válvula de escape de muchos pegalajeños, no sólo de la población marginal.

El interior de las cuevas es muy diverso. Las hay grandes, de cinco o seis habitaciones, o pequeñas, con un par de ellas; unas están más ventiladas que otras, y también es muy distinto su estado de conservación. Hoy día algunas de ellas están abandonadas, pero muchas otras son utilizadas como albergue de animales, almacén u otras funciones. A causa de su ubicación anárquica muchas son de difícil acceso para los vehículos, pero un plan de adecuación y recuperación sería una solución deseable para esta zona, respetando su identidad histórica, como hechos palpables de una realidad social que no se debe olvidar.