Virgen de las Nieves.
A propuesta de la Comisión Informativa de Urbanismo, en 1989, se acordó denominar a esta calle como Virgen de las Nieves. Anteriormente, a finales de la década de 1950, el primer plano urbano de Pegalajar recoge esta calle con el nombre de Callejón del Jardín, el cual le fue impuesto de forma oficiosa al trayecto que va desde la calle Baja Fuente, donde desemboca la Alta Fuente, hasta la antigua explanada de la Charca, hoy Plaza Autor Francisco Almagro. En su mayor parte está delimitada por La Charca y su parque por un lado, y el haza del Parral y un corralón por otro, siendo pocas las viviendas habitadas, de ahí la tardanza en oficializar una denominación a esta calle.
Su origen se puede fechar en la segunda mitad del siglo XIX, dentro del proceso de crecimiento urbano hacia el Este. Popularmente, desde la primera mitad del siglo XX, se le ha conocido como barranco de Castañetas, por pertenecer a Angel el de "Castañetas" la casa que hacía esquina entre la Baja Fuente y dicha calle, por la que pasa un importante torrente de agua en los días de lluvia, camino de La Charca, ya que tiene un notable cono de deyección monte arriba.
Más adelante, con el nombre de Callejón del Jardín, que no tuvo éxito, se intentó plasmar en esta calle la remodelación del limítrofe Parque de La Charca, dentro del impulso turístico que se le pretendía dar. Finalmente, la denominación de Virgen de las Nieves ha tendido a paliar cierta culpabilidad histórica en el callejero municipal, al nunca haber tenido la Patrona su nombre plasmado en una calle. Más aún cuando su culto se pierde en los siglos, pues existen referencias a la cofradía de la Virgen de las Nieves ya en el siglo XVII, e incluso su cetro fue donado por un devoto en dicho siglo.
En el corralón existente frente al parque, perteneciente a principios de siglo a Angel Gómez -luego fábrica de aceite de don Francisco Hermoso y hoy corralón propiedad de Miguel Navas-, se ubicó en 1918 una plaza de toros portátil, costeada por Rodrigo Cordero Ruiz. Durante la novillada con picadores en la que toreaba "Carrillo", un toro se pegó a un burladero por la zona de toriles, la gente se abalanzó hacia delante para ver mejor la faena y provocó el hundimiento de la plaza. Una mujer quedó atrapada entre los escombros y un manchego se ofreció a protegerla en el salto. Cuando lo hizo, el manchego se apartó y ella se rompió una pierna.
En las últimas décadas, por su proximidad al ferial, es calle muy concurrida durante los días de feria. Allí se ubican las casetas de churros y los tenderetes de quincalla, juguetes y diferentes artículos, que desde hace algunos años regentan inmigrantes magrebíes y africanos.