Alta.
Como el resto de las calles que surgieron lindando al barranco Villajos, tiene su origen a finales del siglo XVI, producto del importante crecimiento demográfico de estos años. Gran parte de las casas que forman la acera derecha de la calle son la parte posterior de otras pertenecientes a las calles Llana, Alta Fuente y Plaza del Campillejo.
En el siglo XVIII, esta calle aún limitaba el núcleo urbano por el Noreste. Allí su ubicaba una casa con tierras perteneciente a la fábrica de la Virgen de las Nieves, como así lo recoge el Catastro de Marqués de Santillana en 1752:
"... declaro que dicha fábrica posee por bienes propios una pieza de tierra en el sitio de la calle Alta de esta villa, ruedo de ella, de tres fanegas de tercera calidad de secano que tiene en su extensión ciento veinte y ocho olivos y le quedan dos celemines de tierra que se siembran con intermisión de dos años de trigo o cebada y tiene una casa de frente diez varas y de fondo cuatro y por bajo un portal y una caballeriza y por alto una cocina y una cámara, que todo está cercado con cerca de tapiería..."
Su denominación está en relación con su emplazamiento en la parte más alta del barrio de Santa María. Las partes traseras de las casas que abren sus puertas a esta calle formaban el límite del casco urbano en esta zona de la población, elevándose por la ladera de la Serrezuela sobre la que paulatinamente se fueron incorporando calles con sólo aterrazar el terreno. Esta denominación se hizo oficial al menos desde mediados del XVIII, permaneciendo con este nombre hasta 1931, cuando el nuevo Ayuntamiento republicano le dio el nombre de Jerónimo Bujeda, en memoria de este diputado socialista por la provincia durante la II República. Tras la Guerra Civil, volvió a su nombre primitivo de Alta, el cual se conserva hoy en día. Al comienzo de la calle estuvo situado un molino de aceite de tracción animal conocido popularmente con el nombre del "Juez Viejo".