C
L A U S T R O P O É T I C O
Revista
de Promoción
e
intercomunicación
literaria
MAYO-AGOSTO,
1.997, N1 7
Redacción:
Francisco Javier Cano Expósito
Juan Carlos García-Ojeda Lombardo
Miguel Maestre Muñoz
Rafael Lizcano
Colaboran en este número:
Manuel Morales Borrero.
Felipe Molina Verdejo.
Vicente Oya Rodríguez.
Manuel María Morales Cuesta.
Miguel Calvo Morillo.
Francisco Javier Cano Expósito.
Ramón Molina Navarrete.
Rafael Lizcano.
Juan Carlos García-Ojeda Lombardo.
Domingo F. Faílde.
Guillermo Sena Medina.
Miguel Maestre Muñoz.
Pedro Luis Casanova.
Antonio Negrillo Fuentes.
Diego Sánchez del Real.
Rafael Valdivia Castro.
Josefa Serrano Buitrago.
Ana María Macías López.
José Luis González Brotóns.
Manuel Ángel Pérez del Moral.
Mariano Cárdenas Palacios.
Juan Manuel Molina Damiani.
Dibujos:
Antonio Higueras.
Francisco Javier Ochando Melgarejo.
Rosa Sabariego.
Maquetación e Impresión:
Imprenta Electrónica "A Demanda"
(953) 28-12-06. Jaén.
Edita:
Parroquia de
C/, Merced Alta, 13. Jaén.
Depósito Legal:
J-120-1.995.
ISSN 1135-2639
PALABRAS
PREVIAS
Cuando
tuve la honra de prologar el magnífico libro de sonetos Las piedras
angulares, publicado en 1.989 por Felipe Molina, le recordaba los versos
iniciales de
(Ay
Póstumo, mi Póstumo, los años
se
deslizan veloces, e inquietante
nos
llega la vejez con sus arrugas
y
su anuncio de muerte inevitable,
sin
que ni la virtud ni las plegarias
a
detenerla basten!
Hoy, después
de ocho años, me cabe la pena de glosar la estrofa sexta de este canto
horaciano para decir de Felipe
que
todo lo dejó, campos y casa,
y
amorosa mujer, y en el paisaje
que
cantaba en sus versos no le queda
sino
un ciprés oscuro y vigilante.
Ha
desaparecido el hombre, pero su poesía y sus palabras seguirán hablando por él
y no dejarán de sonar dentro de nosotros, aunque ya no podamos oír la cálida
entonación con que él las pronunciaba. Y resultaban de tal fuerza porque Felipe
Molina gestaba la poesía dos veces: cuando la escribía y cuando la recitaba.
Eran como dos partos de una sola criatura que adquiría su mayor dimensión con
el segundo intento. Si crear un poema significa perpetuarse en la memoria de
las gentes, escucharlo de boca de Felipe era como sentir que con el tiempo se
fuese prologando en los oídos la voz de aquél que por su virtud hizo a su
poesía merecedora de una cadencia y un ritmo perdurables.
Aquí
llegan sus últimos poemas, Salvados del Leteo, en los que el autor ha
sabido volcar con fórmulas maravillosas todo su mundo de religiosidad, de
esperanzas humanas y de melancolías. El primero de ellos se abre con estos dos
versos que me sugieren la idea de una despedida terrena y en los que parece que
siente próxima la llegada del visitante definitivo; porque, lo mismo que ha
sucedido en su mortal acabamiento, el fin al que tendió una buena parte de su
poesía fue al encuentro del uno con el otro:
Jesús,
vengo a decirte que mañana,
antes
de amanecer, saldré a buscarte.
Desde
los albores de su vida consciente la expresión religiosa estaba ya enraizada en
su espíritu, y desde ahí se trasladó después a sus poemas. La religión fue
desde entonces la luz que le condujo por las insondables cavernas del sentido.
Y aunque el contenido de su poesía es eminentemente religioso, en ella han
jugado también con fuerza los efectos humanos, porque entendió muy bien que
dichos elementos eran necesarios para sazonar aquello que toda obra de arte
puede ofrecer de divino. El misterio espiritual, expresado poéticamente con
exclusión de todo detalle terreno, nos orienta hacia regiones prohibidas.
Mejor
que nadie, Felipe supo asumir su condición de desterrado, de simple peregrino
en este mundo, y sus poemas nos enseñan el talante que mostró ante la vida;
asumiendo por un lado su participación en el dolor universal humano, que
siempre vio desde una óptica cristiana:
La
cruz, Señor, que recoger me ordenas
ha
mucho tiempo ya que está conmigo,
y
aceptando también la parte que pudo tocarle de felicidad en este mundo. El
autor nos explicará en diversos poemas la razón de esa alegría recóndita, de
esa especie de consolación que le llegó desde una fuente lejana.
Desde
una fuente lejana cuyas aguas quedaron transparentemente retenidas en
adonde,
por lo menos, cuando oprima
nuestro
cuerpo la tierra, dirá alguno
(blanda le
sea!, al derramarla encima.
El
título que Felipe Molina le ha dado a este manojo de poemas es significativo:
salvados del olvido; porque en la mitología el Leteo era el río del Olvido y
allí bebían los trashumantes para perder le memoria y los recuerdos de su vida
terrena. Y quedarán a salvo del olvido porque hay en su poesía ciertos encantos
imperceptibles y ocultos atractivos que alcanzan el corazón antes que a la
memoria. Sentimos confusamente que algo le queda por decir, porque en sus
poemas no hay vivas pinturas, aunque lo parezca; pero hay ciertas cosas
inefables, como los misterios. Felipe Molina nos sumerge en esa experiencia
poética según la cual somos capaces de absorber de una sola mirada el poema
entero. A veces la lectura de dos o tres versos nos conduce al conocimiento de
la idea total. Ignoramos lo que va seguir, pero el encantamiento se ha operado,
nos ha sumergido en un estado de gracia poética:
Imagen
tutelar de mis primeros
perfumados
castillos interiores...
Se ha
producido ya la evocación; no hemos leído nada más que un jirón del poema, pero
su contenido entero ha entrado ya en nosotros, porque la emoción poética que
puede producirnos la lectura aislada de ciertos fragmentos es súbita,
dominadora. Tal ocurre cuando seguimos leyendo en Felipe:
Bien
puede descansar el caballero
en
la inmóvil orilla de su dama.
Aquí
hay que detenerse, porque los sentidos han quedado suspensos, porque la misma
temática de estos dos versos iniciales nos está convidando a la quietud y a la
reflexión y al ensimismamiento recostados en la ribera del amor )o de la
muerte? La intención del poeta es así doble, como un reflejo sobre el agua; es
la teoría de los espejos poéticos que llevan al deslumbramiento. A veces ese
estado de beatitud lírica se consigue con la simple lectura de las palabras
iniciales de un verso: "(Si bastara el
soñar..."! )No acaba
de manifestarse toda la poesía, no se encierra acaso toda una idea inmensa en
esta breve frase evocadora? Y a este ritmo del pensamiento hemos de sumar
después el ritmo palpable y la cadencia externa con que nuestro poeta supo
revestir no sólo la idea esencial sino también la arquitectura formal de sus
composiciones, porque si no hay fábrica no hay poema.
La
poesía de Felipe, como la de otros que todavía no han ahogado su alma, está
humedecida aquí y allá por el fresco rocío de la mística. (Con qué
fuerza deseó que su expresión lírica siguiera esa onda vital que, en medio de
tormentos, fue dejando san Juan de
Si
llegara mi voz donde has subido,
azor
de Fontiveros, tan alzado...
Para
que queden también salvadas del olvido, transcrito aquí, como final, tres liras
desconocidas que parecen inspiradas en el más puro Renacimiento, y que Felipe
me dejó escritas con su propia letra, como dedicatoria inolvidable, en la hoja
de guarda del ejemplar de su libro Las piedras angulares con que me
obsequió:
Manuel,
si considero
a
cuánto el don de tu amistad me obliga,
me
turbo y desespero
de
hallar cómo te diga
lo
que anticipa ya mirada amiga.
Bien
puede una mirada,
si
de limpio sentir se eleva pura,
suplir,
más alumbrada,
a
la palabra oscura
que
luego se confunde y desfigura.
(Mejor que
piedras fueran
los
cien ojos del Argos mis sonetos
y
en cien miradas dieran
noticia
a los discretos
de
cómo están a tu decir sujetos!
Salvados
del Leteo, salvados del Olvido estarán para siempre los poemas de Felipe
Molina; éstos y aquellos que su pluma y su voz fueron dejando hechos letra y
palabra y armonía
en su larga andadura por la tierra. Y él mismo, como
creador de todos ellos, vivirá largamente en la memoria. La muerte ha sido para
él nacer de la semilla de sus propios versos, nacer como una hierva, pero hacia
dentro, hacia la otra vida; supone, al fin, mirarse en un cristal divino que le
devolverá la verdadera imagen de su alma.
Al
retirarme, no de su recuerdo, sino de la última presencia del amigo entrañable
y del poeta -levantada ya su frente, cara a cara con Dios- le dirijo una
salutación final, robándole sus propios versos que brindo en su memoria para
decir a todos:
Confieso
que me aparto conmovido
de
la más prodigiosa sepultura
donde
yace )o se
yergue? su figura.
Sit
tibi terra leuis.
Manuel Morales Borrero
SALVADOS
DEL LETEO
FELIPE
MOLINA VERDEJO
RIMAS
DE AMOR A NUESTRO PADRE JESÚS DE LOS DESCALZOS
Jesús
vengo a decirte que mañana,
antes
de amanecer, saldré a buscarte,
cuando
te lleven a mis ríos de asfalto
los
rumbos de tu nave.
Tú
estarás, Capitán sobre su puente
-
malva y bronce los tintes de tu imagen -
con
los hombros curvados por el peso
de
ese abatido mástil.
Te
ceñirá la frente una corona
de
doradas agujas que derramen,
anticipos
de un mar que se desborda,
unas
gotas de sangre.
Por el
bordado nido de la manga
-
puerta divina de colgada llave -
asomará
la gracia transparente
de tu
mano inefable.
Y
será una paloma malherida
que,
anhelando dejarnos su mensaje,
incapaz
de volar, sobre la verga
de
ese mástil se pare.
avanzarás
a golpe de remeros
por
los meandros de nuestras viejas calles,
entre
riberas de ojos que, por verte,
de su
órbita se escapen.
Y no
serán ni cajas ni tambores
los
que el ritmo de tu hogar señalen,
que
un desbocado galopar de pechos
hará
vibrar el aire.
(Qué
tormenta de voces contenidas
estallará
en las bocas cuando pases,
como
dardos ardientes y saetas
que
en tu barca se claven!
Yo sé
que, al escucharlas, Nazareno,
la
fingida madera de tu carne
será
un temblor de enamorado llanto
que a
todos nos alcance.
He
venido, Jesús, para decirte
por
éso, que mañana voy a buscarme
un
lugar para verte, donde puedas,
al
pasar Tú, mirarme.
ROMANCE
DEL PENITENTE QUE DICE POR QUÉ QUIERE SER COSTALERO
Para
hallarle a mis quebrantos
y
a mis flaquezas remedio,
teniendo
por muy sabido,
según
la fe que profeso,
que
a curar males del alma
allí
sólo ejerce médico,
entré
la otra tarde, hermanos,
a
la soledad del templo.
((La
enfermería solitaria,
y
fuera tántos enfermos!)
Clavado
en
doctor
de padecimientos,
el
sanador de mi herida
estaba
de heridas lleno.
Era
su imagen un grito
desgarrador
de silencios
que
me inundaba los ojos
con
ensangrentados ecos.
(Ay,
medicina de amor,
que
sólo curas sufriendo
dolor
de llagas ajenas
en
las llagas de tu cuerpo!
"Señor
- le dije - si hubiera
algún
hueco en ese leño
en
donde más que los clavos
te
tiene el amor sujeto,
en él me cobijaría
para
aliviar tu tormento.
Si
la salud de las almas
alcanza,
Dios, tanto precio
que
en rubíes de tus venas
se
paga el medicamento,
consiénteme
que yo ponga
el
ochavo de mi cuerpo,
que
aunque es moneda de barro,
logra
en la fe mucho rédito."
No
sé si fueron palabras,
brillos,
estremecimientos,
miradas,
inspiraciones,
brisas,
susurros o ensueños.
Yo
sólo sé que era suya
la
voz que escuché aquí dentro,
donde
el corazón amasa
razones
y sentimientos.
"La
moneda que me ofreces,
en
alta estima la tengo,
que
si fue su ceca el polvo,
será
su alcancía el Cielo.
Ropa
que el Amo se viste,
ya
no es ropaje de siervos,
y
mira cuánto es humana
la
librea de mi cuerpo.
En
buenhora llegas, hijo,
con
tu costalico lleno
de
penas, que, siendo tuyas,
son
alivio de mis duelos.
En
buenhora, pues te digo
que
me da mayor contento
servicios
de los humildes
que
alardes de los soberbios.
Y
pues que estoy tan varado
en
la soledad del templo,
para
volver a las calles,
dame
tus pies costalero.
Para
que en ríos de asfalto
bogue
mi barca de nuevo
con
redes muy pescadoras,
dame
tus remos, remero.
Para
que vuelvan a andar
tullidos
del desaliento
mirando
mi Cruz alzada,
dame
tus brazos, andero.
La
renuncia de tus ojos,
dámela
para los ciegos;
la
obediencia de tus pasos,
para
atajar desenfrenos;
lo
velado de tu ofrenda,
para
acallar fariseos.
Y ara alentar las almas,
la
fatiga de tu cuerpo.
Cuando
al final nos regresen
a
la soledad del templo,
se
quedarán en el aire,
como
símbolos eternos,
la
sangre de mi costado
y
tu sudor, costalero."
Noticias
tenéis, hermanos,
por
lo que contado dejo,
del
milagro que convierte
esta
arcilla de mi cuerpo,
quebrado
de mil flaquezas,
en
forzado cireneo.
SI
Si
la prueba de amor más relevante
es
criatura en igual configurada
con
rendida sustancia de la amada
y
con materia misma del amante,
y
un Amador de esencia tan distante
como
el todo difiere de la nada,
e
reviste de ropa desgarrada
para
hacerse a la amada semejante;
y
sufre como suya lacería
que
ella arrastra penada en el camino,
y
a costa de su sangre la libera,
prueba
será de amor en demasía,
que
sólo puede dar pecho divino,
porque
en otro distinto no cupiera.
"El que quiera venir en pos
de mí,
niéguese a sí mismo,
y tome su cruz, y sígame"
(San
Mateo XVII.24)
La
cruz, Señor, que recoger me ordenas,
ha
mucho tiempo ya que está conmigo,
en
esta carne débil que fatigo
con
pesares de atávicas cadenas.
En
ella arrastro leños de condenas,
la
torpe servidumbre a que me obligo,
consintiendo
por dueño al enemigo
que
izó su pabellón en mis arenas.
Y
yo quiero seguirte por la vía
que
han abierto tus pasos angustiados.
Y
quiero levantarme si cayere.
Y
en tu Gólgota alzar esta cruz mía,
y
que me crucifiquen los pecados,
porque,
de ellos muriendo, me libere.
ANTE
UNA IMAGEN DE
Imagen
celestial, visión de gloria,
culmen
de la pureza y la hermosura,
que
has llenado de luz la oscura Historia,
y
nuestra vida hostil de tu ternura...
Imagen
tutelar de mis primeros
perfumados
castillos interiores,
cuando
todo era un sueño de corderos
que
balaban detrás de los pastores.
Imagen
de mis místicos arrobos
que
escuchaba mi súplicas vehementes,
cuando
el sueño empezaba a ser de lobos
que
vagaban detrás de las serpientes.
Imagen
de mis horas maduradas,
al
fuego de sufridos desengaños,
cuando
fueron pavesas aventadas
los
sueños ilusorios de otros años.
De
extáticos luceros un sistema
del
que eres centro y sol resplandeciente,
(oh, Reina
de
prodigiosa,
se ordenan en tu frente.
Tus
pupilas de luz atravesadas,
palomas
son que vuelan a los Cielos.
Tus
maternales manos enlazadas,
vértices
de esperanzas y consuelos.
El
manto azul de estrellas tachonado,
es
un girón de cielo que tú estrenas,
regalo
del divino Enamorado
que
apacienta su amor entre azucenas.
Nauta
de tan excelsas singladuras,
media
luna de plata es barca breve
que
a tocar de tus pies las plantas puras,
obligada
y humilde, no se atreve.
Sobre
nimbos lucientes, sobre nubes
que
en tu místico trono se levantan,
un
cortejo de extáticos querubes
gozosos
miran y arrobados cantan.
(Bajo tanto
portento de belleza,
rigor
de la precisa alegoría,
de
la enemiga sierpe la cabeza
quebrantada
a tus pies, triunfal María!
MIRANDO
EL CUADRO DE SAN JUAN DE
I
No
sé que turba más mi pensamiento
cuando
miro, Fray Juan, vuestra pintura:
si
aquella alzada voz que os transfigura,
o
ese negror que os ata al aposento;
si
aquel vuestro mirar de arrobamiento
por
el que os vuela el alma, o la atadura
de
esa mano que dais a la escritura
de
vuestro enamorado testamento.
Huésped
del cielo ya se os representa;
pero,
a la vez, os miro tan cercano,
que
bendigo al pincel que así os pintura.
De
vuestra imagen, Juan, tanto me alienta
el
humano quehacer de vuestra mano,
como
el gozo triunfal de vuestra cara.
II
Si
llegara mi voz donde has subido,
oh,
azor de Fontiveros, tan alzado,
supieras
de mi pecho lastimado
de
un no sé qué con tu valor traído.
Cautivo
en la pihuela, alicaído,
nunca
podré llegar donde has llegado,
por
más que entre azucenas olvidado
me
ensueñe en soledad de amor herido.
(Si bastara
el soñar!... Tu cetrería
tan
encendido corazón requiere
que
a noche oscura vuelva claro día.
Tu
Cántico es la chilla que nos hiere:
tu
ballesta una Cruz... (Y tu poesía,
un
continuo morir que nunca muere!
III
Un
continuo morir, un ir dejando
en
surcos de tus liras acordadas
el
incendio de vivas llamaradas
que
está todas las muertes anhelando.
n
forzado vivir y andar buscando
en
prados y espesuras y majadas
al
que dejó mil gracias derramadas
y,
escondido, te tiene tan penando.
Tu
poesía, fray Juan, es como vuelo
de
solitario halcón muy peregrino,
que
lo remonta con el ala herida.
Y
escalando las cuestas del Carmelo,
tánto
se acerca al ápice divino,
que
los ojos no llegan donde anida.
ORACIÓN
A UN ARCÁNGEL
"Pidiendo ayuda al ángel
guardián del santuario.
Porque allí donde está ELLA,
siempre hay un arcángel."
Arcángel
traspasado de luces en la aurora,
alígero
del aura que tienes privilegio
de estremecer
las cuerdas del gran arpa sonora,
y
derramar la gracia sublime de un arpegio.
Tú,
músico celeste, que al despertar el día,
cuando
las nuevas flores sacuden el rocío
levantas
de la tierra la augusta sinfonía
que
canta entre las rocas el tímpano del río.
Tú,
que acompasas todos los místicos rumores
que
tiemblan suspendidos de aristas y de ramas,
cuando
la sierra entera se llena de cantores,
y
cada cresta tiene su pínfano de llamas,
oye mi
voz que apenas a levantar se atreve,
en
medio de ese himno polífono y gigante
-
como una negra mancha sobre campo de nieve -
la
torpe melodía, la nota discordante.
(Oh, alado
centinela de impávida figura,
que
ves entre las sombras pasar la cabalgata
de
antiguos caballeros con fúlgida armadura,
cuando
la luna vierte sus torrentes de plata.
Cuando
cruzan los valles mil sombras fugitivas
que
libran de su abrazo las piedras seculares,
y
todas las estrellas son lámparas votivas
que
brillan sobre todos los rústicos altares.
Tú, que de los cantuesos en la noche
embriagada
de
aromas infinitos haces un incensario,
recoge
de mis versos la humilde flor ajada,
y
ponla en los umbrales de nuestro Santuario.
Yo,
juglar sin ventura, me declaro rendido
de amor como rendida quedó naturaleza
montaraz
al celeste prodigio sucedido
que
hizo a un cabezo trono de virginal Cabeza.
SIGÜENZA,
ORACIÓN DE
El
alma enamorada se arrodilla
al
borde rumoroso del Henares,
para
escuchar, Sigüenza, entre tus lares,
la
oración sempiterna de Castilla.
Torres
soberbias que la edad no humilla;
salmodias
juntas a épicos cantares;
tajos
que fueron, a la vez, altares,
presto
el hisopo y pronta la cuchilla.
Aquella
edad heroica en que ceñiste
o
mitra o yelmo a tus doradas sienes,
se
me vuelva oración en la memoria.
Mis
ojos lloran hoy lo que perdiste,
pero
enjugan su llanto en lo que tienes,
Sigüenza,
relicario de tu gloria.
EL
DONCEL QUE LEE A MANRIQUE
Confieso
que me aparto conmovido
de
la más prodigiosa sepultura
donde
yace - )o se
yergue? - la figura
de
un doncel muy temprano entristecido.
Sereno,ausente,
ya desentendido
del
marcial aparato y vestidura,
monjes
le son los ojos en clausura
del
libro que lo tiene tan prendido.
El
alma le arrebata y le enternece
la
voz que sube herida a su mirada,
un
murmullo de coplas levantando.
Y
cuanto más lo miro más parece
un
río si figura derramada
que
está muchas riberas contemplando.
EN
Bien
puede descansar el caballero
en
la inmóvil orilla de su dama,
y
rédito cobrar puede a la fama
que
en lid ganó de noble y de guerrero.
A
gloria más subida lo requiero
si
el fruto que arrancaron de su rama,
a
un pavés muy lucido lo encarama,
de
su propio dolor sepulturero.
Hacer
que sirva de memoria eterna,
igual
que versos, esta piedra dura,
quitarle
fue sus triunfos a la muerte.
Aquí
descansa la piedad más tierna:
duerme
un hijo en labrada sepultura,
y
un padre espera, al lado, a que despierte.
LLANTO
POR SEGUIDILLAS
En
la entraña caliente
de
besana,
palpita
semilla
de
una esperanza.
(Mal hayan
manos
que
la espiga granada
han
malogrado!
Por
la mar navegaba
barquito
nuevo,
y
las ondas querían
llevarlo
a puerto.
(Ay,
noramala,
que
han hundido mi barco
junto
a la playa!
Una
chispa buscaba
prender
pabilo,
que
alumbrara la senda
con
brillos vivos.
(Y un soplo
torpe
la
ha devuelto a la nada
de
negra noche!
LLANTO
CON PRETEXTO DE UN NIÑO QUE SE HA PERDIDO
Un
niño se ha perdido.
En el
gran almacén donde todo se compra,
y
todo se vende,
el
niño se ha perdido.
(Allí
se pierden hoy niños que antaño
se
perdían en los bosques de los cuentos).
Esa
frágil cadena
de la
mano y la falda
desoldó
su eslabón,
ha
cedido al envite
de un
feroz oleaje.
El
niño se ha quedado con la mano extendida,
y da
vueltas sin rumbo,
igual
que una gabarra
que
trae la sirga rota,
empapado
de llanto
el
mascarón de proa.
Una
voz muy aséptica,
una
prosodia lejos del riesgo de emociones,
compone la noticia, la derrama
en
insaciables bocas situadas
estratégicamente
en las esquinas:
"Atención,
atención: se ha perdido
un
niño de estas señas.
Y
sigue un inventario apresurado
de
una somera prosopografía
que
no deja lugar a la ternura,
porque
una lista espera
con
ofertas de bolsos y pañuelos.
Y al
niño, )quién le
para
su
niño corazón desbrujulado
de
ave que golpea
la
jaula de su pecho?
)Qué
garganta se acorda al grito herido
que
ha taladrado la tiniebla espesa
desde
un pozo remoto y en la boca
del
niño es como un eco?
Como
un eco de fritos que desgarran
infinitas
gargantas de infinitos
hombres
perdidos, hombres y mujeres
sin
brújula en sus naves,
a la
deriva, siempre a la deriva,
procurando
ocultar bajo cubierta
sus
alijos de espantos y de dudas.
(Oh, sí!
Ese niño somos
todos
alguna vez, o muchas veces.
Caminamos
por una larga calle
de
encendidas vitrinas oferentes
de
credos y doctrinas,
de
códigos y símbolos,
vaticinios,
promesas y programas,
de
edenes al alcance de la mano,
de
tabúes, de infiernos insalvables...
Caminamos
por una calle llena
de
carteles, carteles y carteles,
que
dicen imperiosos:
"por
aquí, por aquí;
éste
es el buen camino que no engaña"
Y
señalan opuestas direcciones!
Nos
empujan, nos llevan, empujamos.
(Por aquí,
por aquí!
)Será
cierta la ruta?
Y el
guardia nos contesta: )quién lo
sabe?
Hay
que llegar al fin para saberlo.
- )Pues dónde
está la luz? - La luz, perdidos,
la
dejasteis bajo los celemines.
Lo
vuestro es caminar, ciegos, cegados,
conductores
de ciegos.
Y
sentimos, de golpe,
el
espanto ancestral de las tinieblas.
Y al
levantar los ojos descubrimos
un
cielo de apagadas constelaciones mudas.
Un
cansancio infinito,
alma
abajo se nos derrama y hace
insufrible
la marcha.
(Y hay que
seguir buscando la cadena
que
nos amarre a un puerto más seguro!
EXHORTACIÓN A PAJAREROS
Abrid
todas las jaulas;
no
más trinos cautivos,
no
más vuelos varados
en
alambreras doradas de egoísmos.
Abrid
todas las jaulas,
carceleros
del pío,
y
dejad que las plumas
pinten
los aires con rizados rizos.
Los
pájaros son libres,
igual
que los espíritus;
y
todos los espacios,
rutas
para sus hambres de infinitos.
Irán
a húmedos verdes
desde
los blancos tibios,
en un
soñar de rectas
y en
un frustrado despertar de círculos.
Que
los pájaros sueñan
-
como nosotros mismos -
azules
lejanías,
en la
obligada brevedad del giro.
Pero
traerán prendidas
lecciones
de caminos,
y
trémulos de cantos,
perpetuas
variaciones de los himnos.
Traerán
los desengaños
de
los áridos riscos,
y
ecos de melopeyas
del
sempiterno coro de graznidos.
Quizá
será más nuestra
el
aria de sus picos,
sacada,
nota a nota,
de la
espesa arboleda de los siglos.
......
Domésticos
jilgueros,
cantores
por oficio:
volad
a ramas nuevas,
donde
el viejo trinar suene distinto.
Bebed
el agua clara
de
veneros altivos;
pero
guardad memoria
del
infante frescor de los principios.
Pues
tornaréis un día,
más
canoros del rito,
más
hinchados de plumas,
y tal
vez, (ay!, más solos y
vacíos,
cuando
el ala, cansada
de
vuelos peregrinos,
añore
los alpistes
irredentos
del antiguo nido.
OLIVO-PUEBLO
Olivo,
padre olivo
de la
estirpe pagana de los dioses,
varón
atormentado
que
hundes tus raíces
como
manos crispadas
en la
tierra que enfeudas y arruinas.
)Sabes que
eres hermano
de
los viejos labriegos silenciosos,
como
tú silenciosos?
Jornaleros
con ojos de aceituna
y la
tez verdinegra.
Los
sufridos hermanos de los soles ardientes,
de
las albas heladas
en
los eneros paridores de tus frutos.
)Sabes tú
que eres pueblo,
que
tu unidad se pierde en muchedumbre
de
olivar infinito?
Infinito
olivar que multiplica
tu
imagen y la extiende
como
el pueblo fecundo
repite
al hombre,
lo
funde, lo confunde.
Tú
eres pueblo y vives de rodillas
en un
Getsemaní de plata sucia,
con
un destino negro
de
ser redentor apaleado.
Una
vez y otra vez como a los hombres
de
este inmenso olivar llamado pueblo,
te
arrancan a varazos,
a
dentelladas de manos como bocas
tu
fruto amargo,
el
fruto de tus cópulas secretas
con
la luna tendida entre los montes,
cuando
pasa el silencio entre tus fijas,
y los
braceros yacen con sus hembras
en
los cortijos negros,
para
darle a la tierra otra cosecha
de
braceros callados.
Los
valles, los alcores
se
han llenado de vuestra descendencia,
olivos
jornaleros de una gleba infinita,
horda
gris y mesnada
de
los viejos caciques
que
con vosotros cercan y sitian
- (con
vosotros, pacíficos olivos! -
la
cripta ciudadana,
donde
vuelan los bronces codiciosos
del
dorado sudor de vuestros frutos,
ese
sudor que sabe
a
llanto y amargura de los siglos.
Vosotros
sois testigos
de
mucho amanecer esperanzado,
cuando
agotan sus alas
en el
último vuelo las lechuzas
siempre
sedientas de vuestro espeso oro.
(Olivos jornaleros
de una gleba infinita!
Quizá
un nuevo viento
sacuda
vuestras ramas como brazos,
y os
traiga la conciencia
de
vuestro poderío de muchedumbre.
FELIPE
MOLINA VERDEJO
Hijo
de padres giennenses, aunque nacido en Madrid, en 1.924, vino a Jaén a los diez
años de edad, quedándose ya para siempre.
Estudió
bachillerato y Magisterio.
En
1.942 inició Humanidades y Filosofía en el Seminario de Jaén, estudios que
amplió después en el de Vitoria, estudiando luego Filosofía y Letras. Trabajó
durante muchos años en la enseñanza privada, y tuvo una intensa actividad como
colaborador de periódicos y revistas desde su juventud.
En
diario "Jaén", diario "Ideal", "Paisaje",
y "Senda de los Huertos", figuran muchos de sus trabajos de
bastantes años.
Simultaneó
sus inquietudes poéticas con su actividad docente en la academia
"Jaén", por la que pasaron varias generaciones de estudiantes. Fue
alma de la revista "Advinge" (1.952-1,956), que unificó a los
poetas de su tiempos en Jaén, dejándonos de aquella etapa los libros: "Del
ser y del sentir" (1.954), y "Poemas" (1.956).
Entre
sus últimas producciones destacan "Las piedras angulares"
(1.989), que contiene una selección de sus mejores sonetos y el libro "Èpico
Jaén - Lírico Jaén" (1.996).
Poeta
de sentido religioso profundo, clásico, y con una gran amor a los temas de
Jaén, falleció en su ciudad amada, el 20 de septiembre de 2.997.
Vicente
Oya Rodríguez
FELIPE
MOLINA VERDEJO
El
nombre de Felipe Molina Verdejo, don Felipe, llegó a mis oídos por primera vez
cuando yo apenas tenía uso de razón. Recuerdo que su nombre, don Felipe, sonaba
con frecuencia entre las paredes de mi casa debido, sobre todo, a que mi
hermano asistía a la conocida academia que él dirigía. Don Felipe era un profesor
amable, carismático, lleno de simpatía, del que mis padres solían hablar con
cariño. Pero, además, y esto era lo que más me interesó, era poeta.
Pasaron
muchos años hasta que lo conocí personalmente. Cuando comencé a moverme por el
mundillo literario y cultural giennense fui topándome, cada vez más, con la
figura impresionante del poeta, con su pelo blanco, su poblado bigote, con su
aspecto de poeta y, sobre todo, con sus palabras. Yo lo miraba y lo escuchaba
con respeto. Hicimos amistad y yo, al nombrarlo, lo llama don Felipe, con ese
tratamiento de respeto y de admiración con que designamos a don Antonio Machado
o a don Pedro Salinas. Pero él me decía que no, que lo llamara Felipe, a secas,
o mejor aún, "Felipillo", porque "yo no soy gran cosa", me
decía.
Hace
unos pocos meses lo invité a darle una charla y un recital poético a mis
alumnos de literatura. Acudió encantado, pero se fatigaba. Salí a recibirlo a
la puerta del colegio y subimos las escaleras despacio, agarrado él a mi brazo.
Caminamos hacia la clase charlando, con tranquilidad y, de vez en vez, se
paraba. No perdía el sentido del humor. "No me he muerto todavía -me
dijo-, porque no tengo tiempo".
Mis
alumnos lo escucharon con atención, con entusiasmo. No sabían que todavía
quedaban poetas de verdad. Sus propios versos, y los de Quevedo, y los de Lope,
volaron por el aula, con la cadencia rítmica que sólo él sabía imprimirles, y
el tono de su voz, sus gestos, su manera especial de sentir la poesía, quedaron
para siempre grabados en la memoria de aquellos ensimismados chavales.
El
mismo día que murió, mi buen amigo y excelente poeta Francisco Javier Cano
Expósito, me había llamado para pedir mi participación en el homenaje que
"Claustro Poético" va a dedicar a don Felipe. Hablamos de él, ajenos
completamente al desenlace que estaba a punto de producirse. Y ahora, justo
cuando estoy escribiendo estas palabras, llama a mi puerta Francisco Javier.
Viene a hablarme de otro asunto, de otra hermosa causa en la que andan
enfrascados los escritores de Jaén. Y yo no puedo dejar de pensar que la
antorcha cedida por don Felipe ha caído en buenas manos.
Manuel
María Morales Cuesta
PARTIR
A
Felipe siempre vivo en el
corazón
de mi memoria.
Alejarse
es olvidar el tiempo,
batir
las alas de las venas
junto
al jilguero
de
la aurora.
Construir
un silo
en
el mar de la esperanza,
para
que aniden
las
gabiotas de las horas,
cuando
la tarde se arrodilla
en
el reclinatorio de los montes
y
el velo de a brisa
resbala
por mi frente.
Partir
es arrancar los almanaques
de
la pared de la costumbre
y
dejar libre el gorrión
que
anida en nuestra frente.
Miguel
Calvo Morillo
Otoño
1.997
EL
DISCÍPULO
Le
decía mis versos; le decía
la herida abierta de mi voz. Yo andaba
aprendiendo
con él que me escuchaba
siempre
con gesto amable, y sonreía.
Hoy
en mis labios crece todavía
la
altura de su nombre; crece y cava
un
hoyo de silencio donde estaba
primaverando
un árbol de Poesía.
Un
árbol que el otoño ha derribado.
Un
corazón en hielo derramado
por
el ardiente cauce de sus venas.
(Y este ser
sin sentir; y es temprana
tristeza
de mi voz que, esta mañana,
sabe
otra vez a muerte, y sabe apenas!
Francisco
Javier Cano Expósito
FELIPE
AMIGO
El
color de la noche se ha hecho llanto.
La
campana del mundo tañe a olvido.
A
triste soledad saben las horas,
a
tarde de domingo.
Ya
no cabe más pena en el vasija
temblorosa
del verso que ahora escrito.
Se
me está derramando la tristeza
como
lluvia de siglos.
Todo
por ti, que andabas regalando
esperanza,
justicia, paz, racimos
de
poemas, silencios de ternura.
Amor,
Felipe amigo.
Todo
por ti, que ausente en tu presencia
nos
llenas de la luz de estar contigo,
y
estás aquí de nuevo para siempre,
entre
nosotros mismos.
Como
está el alma adentro de la carne,
como
en la espiga está el trigo limpio,
amasado
en los huesos, hasta el fondo,
llenando
el mar vacío.
Jamás,
Felipe, nunca olvidaremos
tu
voz como de fuego en el camino,
ni
tus versos con alas, ni tu abrazo,
ni
tu risa de niño.
Descansa
en paz, dormido entre la muerte,
despierto
por la orilla de estar vivo,
que
sólo muere el muerto que olvidó
que
morir es principio.
Descansa
en paz, Felipe, entre las rosas.
Descansa
en paz, amigo.
Ramón
Molina Navarrete
A
MOLINA VERDEJO
Soneto acróstico
Amigo
y compañero inolvidable,
Muy
querido Felipe en El Olivo,
Olivo
de Oro por tu gesta amable,
Lozano
corazón y verbo altivo.
Inspirado
cantor de lo inefable,
Narrador
colorista e intuitivo,
Amador
de la vida perdurable
Vislumbrada
en tu verso pensativo.
Embajador
literario de los cielos,
Ruega
por tus poetas, gran profeta
De
este pueblo arrastrado por los suelos,
En
este día sin verte, postrimero,
Jaenero
mayor, mayor poeta,
Olivista
del alma, compañero.
Rafael
Lizcano Zarceño
CENIZAS
A
Felipe Molina Verdejo. Sobre todo, maestro.
Las
voces prudentes del alba
asomaron
su son candoroso
a
un éter inmaculado de cenizas
que
templadas caían en el verbo
de
una breve estrofa onírica.
Presentí
la pureza de lo eterno
en
cada borbotón de vida,
en
cada abrazo al sentimiento
que
expandía el perfume poético
en
las hojas pastoriles del firmamento.
Oí
su voz, graveada en la noche,
como
una sentencia de fundamento sincero,
-
eclepsia sabia de fragancia sensible -.
Vi
su corazón palpitando ebrio
en
aquel epílogo de un viejo verso
declamado
entre el vitor terreno
y
la esperanza de luz, al alba.
Todo
tan frágil, tan sencillo, tan cotidiano
que
dejé una brizna en su obra;
la
lágrima fraternal de sentirlo
virtuoso,
lírico y humano.
Juan
Carlos García Lombardo
ADVIERTE
AL POETA DON
FELIPE
MOLINA VERDEJO
ACERCA
DE LAS FALACIAS DEL TIEMPO
Y
LAS INCERTIDUMBRES QUE
ENCIERRA
SU DEVENIR
Nunca
regresarán aquellos años
que,
envueltos en brocados de añoranza,
dejaron,
más que huella, su bonanza
y
un puñado de luz y desengaños.
Falaz,
en fin, el tiempo, de su danza
nadie
escapa y, esquivos cuanto huraños,
apuran
ya los últimos peldaños,
contados
los minutos de su andanza.
Vivid
en paz, aquellos que aún os quedan,
ardidos
sin remedio de antemano,
antes
de que advertir su paso puedan.
Nadie
responde al corazón humano
y
a un pozo de temor sus glorias ruedan,
salvo
que Dios le tome de su mano.
Domingo
F. Faílde
DEDICADO
A FELIPE
Cuando
me encuentro en alas de otro viaje
que
llevará mi vida hasta la cumbre
de
una ciudad colgada de las nubes;
cuando
me aturde y llama la marea
del
ritmo trepidante que vivimos
en
un tiempo de inquietas tempestades;
cuando
el hilo central de mi existencia
se
rompe en mil pedazos
llenándome
de duda en el trabajo
recibo
la llamada
que
me convoca para tu homenaje,
Felipe
amigo, poeta compañero,
fecundo manantial de hermosas rimas,
cantor
apasionado de Jaén,
cincelador
exacto del soneto,
y
mi silencio se tiñe de alegría
para
cantar contigo a la amistad,
a
la amistad que fluye del poema
y
nos abraza con el mismo sino,
y
con gozo te envío un fuerte abrazo
desde
mi claustro de
hasta
el tuyo poético jaenero
donde
se acordan notas de tu lira,
ensoñación
profunda de bondades
de
tu gran corazón apasionado,
y
elevo con tus piedras angulares
eterno
monumento a la grandeza
de
sabernos poetas, aunque a veces,
tú
lo sabes, no estemos para versos.
Guillermo
Sena Medina
A D. FELIPE MOLINA, POETA
Se
alzan sublimes piedras angulares,
por
tus manos de artífice forjadas,
clamando
tus verdades tan amadas
como
las del mejor de los juglares.
Tu
vida es un plantío de olivares,
un
gran mar de montañas azuladas,
un
claustro de columnas ya doradas,
un
sendero en los cielos estelares.
Buen
amigo, en tu verso va ternura;
me
fascinan el fuego de tu llama,
la
excelsa calidad de tu cultura
y
ese corazón tuyo que derrama
delirios
de pasión y emoción pura.
Permanece
inmortal con buena fama.
Miguel
Maestre Muñoz, cmf.
A
FELIPE MOLINA
Con
mi admiración y cariño.
Maestro,
que despiertas las palabras
buscando,
entre encajes de periplos,
el
aire que tus manos patriarcales
derraman
sobre el mar de tu experiencia.
Maestro,
que renaces en la orilla
de
esta polis que finge entre neones,
que
nos besa y nos entrega
el
último retoño que la vida
nos
deja retratar con la herramienta
de
los versos.
Y
qué importa...
Si
se hace nuevamente fresca y pura
la
flor que se deshoja en el Parnaso,
en
Tu Parnaso:
la
fuente que entre versos se desnuda
sembrando
la ciudad con tu memoria.
Sepan
vivir las calles con tu nombre,
maestro,
sepan vivir,
con
la misma magia con que miras
la
historia que atraviesa sus rincones.
Pedro
Luis Casanova
A DON
FELIPE MOLINA VERDEJO
No
pido versos para una elegía
ni
sílabas eternas de lamento,
no
quisiera cerrar este momento
ni
recordar la fecha de este día,
ni
tener ni sufrir melancolía,
ya
no quiero expresar ni lo que siento
pues
mi voz anda en triste pensamiento
y
huérfana ha quedado mi poesía.
El
otoño nació, mató al verano
y
con él se llevó tu pelo cano,
hoy
las letras ya duermen mansamente
y
derraman sonetos desde el cielo
con
poesía pura en pleno vuelo
inundando
de versos del presente.
Jaén, otoño de mil novecientos noventa y
siete.
Antonio
Negrillo
EN
TI ESTÁ
Cuando un
grupo de entusiasmados poetas y amigos te preparaban un homenaje, merecido en
vida, - que son los más auténticos - ofreciéndote poemas y entrañables
dedicatorias, te fuiste en el momento en que te escribía un primer verso:
Fuiste
la raíz de... (tantas
cosas!
Y la
noticia me dejó paralizado e interrumpí el discurso de la lírica, porque ahora
ya no me vale, no. Prefiero en estas circunstancias, más allá del
apasionamiento feroz de un poema triste que brotaría a raudales, después de
tanto tiempo de amistad y lucha por la cultura de nuestro pueblo, hablar de lo
auténtico de tu trabajo que debe ya estar en las páginas de nuestra historia.
Fueron muchos años, desde el principio muy tiernos, en los que nos entregamos
para levantar a Jaén de su cultura anclada y en abrir de par en par las
ventanas y que inundaran vientos nuevos a esa juventud ansiosa de inquietudes
en beneficio de la ciudad y de la provincia en general.
Vientos
que llevábamos a cada tertulia, a cada revista, a cada acto en
Y eso es
lo preciso que se tiene que recalcar por que a veces se pasa deprisa o se tiene
en el olvido. Allí nacimos, allí sembramos la cosecha de nuestro tiempo, de
allí partió el olivismo que ya es cantar y páginas imborrables entre los
acontecimientos más importantes de este signo, sin pecar de inmodestia...
porque es la verdad. Tú fuiste el que nos abrió con tu madurez y seriedad las
puertas del Instituto de Estudios Giennenses, y don Luis González López, medio
nos toleraba, por no aceptar en nuestra juventud a esos pontificados que
se imponían intolerantes. Habría que vivir en aquella horas para comprender el
sentido de esta exposición. Mas los investigadores tendrán ya materia para tu
mejor estudio.
Que todo
ello no se considere el oportunismo de un funeral apasionado, propio de las
ocasiones nostálgicas y parciales. Los que tienen que llorarte somos los tuyos;
pero Jaén te debe mucho más. Es el momento de que despierten las conciencias y
las responsabilidades para elevarte a la justa medida de tus merecimientos,
porque ya eres páginas importantes en
Diego
Sánchez del Real
LUZ
Y PRESENCIA
Al amigo Felipe,
al
maestro poeta que se nos fue.
Cómo
duele la soledad vacía
del
triste hueco abierto por tu ausencia;
es
marcha que nos deja la existencia
flotando
en la nostalgia dura y fría.
Compañera
nos queda tu poesía,
aroma
rezumante de tu esencia,
es
bella flor, es brisa y es presencia
que,
como luz, en el camino guía.
Alígero
cantor, fraguas belleza,
efluvio
perfumado de tu alma,
que
es playa sosegada, es la calma
que
canta al buen Jesús y a su grandeza.
Mariposas
de luz, fugaz revuelo,
alas
que te llevaron hasta el cielo.
Rafael
Valdivia Castro
A DON
FELIPE MOLINA VERDEJO
Amigo
respetado:
De
forma expresa quiero
agradecer
sentidamente a la vida
el
premio de haberte conocido.
Hoy,
que no me has dicho adiós,
he
abierto tu libro,
que
ha quedado en silencio
como
también tu pelo blanco
que,
cual rosal de otoño, prisionero
de
abundantes y minúsculas espinas,
no
dejará crecer más rosas blancas.
Y
así queda el lugar
aquel
de la tertulia
que,
combinada en la sonrisa
y
el buen gusto,
se
afanaba en compartir minutos
del
reloj que colgaba en la pared
junto
al justo sentido del humor
y
la amable seriedad
más
delicada.
Tu
palma abierta
tomando
mi mano
besó
con cortesía aquel saludo.
Hoy
ya las cosas están quietas.
Sólo
queda la mitad
del
buen amigo ausente
y
deseo estrenar melancolía
al
leerte un soneto.
Porque
sabe a soneto
tu
poesía y será él
quien
siempre seguirá
hablándonos
por ti.
Por
mi parte
nada
más que decir:
(Gracias
por no despedirte!,
no
me ha gustado jamás decir adiós.
Jaén,
10 de octubre de 1997
Josefina
Serrano Buitrago
RECORDANDO
AL POETA FELIPE MOLINA VERDEJO
Ahora,
que te has ido, allende los azules,
al
más allá, es hermoso rememorar
tu
trayectoria filosófico-poética,
tu
alma rebosante siempre de ideas
enriquecidas
en la universidad de
la
vida, en tu múltiple paternidad
florecida
en nuevos de esperanzas.
He
querido plasmar aquí, en el homenaje a tu
figura
venerable de vate profundo,
transcendida
ya por
de
juventud y eternidad, en lo bello y en
lo
bueno.
(En
el IV Centenario de
DESPUÉS
DE LEER LAS COPLAS DE AMOR DIVINO DE SANTA TERESA DE JESÚS (Felipe Molina Verdejo. Jaén, 26-3-82)
"He
leído, Teresa, tus coplas de amor vivo
que
dicen de la vida y dicen de la muerte.
Y he
sentido llenarse mi corazón esquivo
del
miedo irrefrenable de volver a leerte.
Porque
esas coplas tuyas están hechas de fuego
y
avivan en mi entraña una llama perdida.
Son
coplas que se cantan para el desasosiego
de
quien espera sólo la hora de su partida.
Las
hiciste paloma de arrebatado vuelo,
las
hiciste arrullos de tu alma prisionera
que
desde la altiva cumbre nevada del Carmelo
anhelaba
el aliento de eterna primavera.
Pero
yo tengo, Santa, mi corazón varado:
Soy
un barco sin velas, hundido por su carga.
Y al
escuchar tus versos ardientes, me ha embargado
una
pena infinita y una tristeza amarga"
Ana-María
Macías López
LIDIANDO
Soneto
taurino dedicado a un giennense
que
escribe sonetos taurinos.
Banderas
al sol. En órdago a la muerte
frente
a frente están ya mástil y ola
envueltos
en la ronca caracola
que
zumba cada vez más y más fuerte.
En un
quite de rezos se convierte
una
mujer que está trémula y sola,
cuando
un ciclón acosa a la amapola
y a
distancia de un tris está la muerte.
Se
parten sombra y sol en media luna
y la
tarde que avanza tiene un toque
indeciso
entre el drama y la fortuna.
La
ola busca el choque ciegamente,
y
otra vez, quieto, el mástil burla el choque;
)qué podrá
suceder la vez siguiente?
José
Luis González Brotóns
Déjame,
vereda,
con
mi duelo pobre,
viendo
noches blancas
con
estrellas negras
que
escriben mi nombre.
Déjame
que busquen
mis
ojos sin norte
lo
que fue ventura,
lo
que fuera dicha
lo
que fuera goce.
Déjame
que olvide
que
he nacido y donde,
pues
me duele tanto
que
se abrace a mí
el
recuerdo noble.
Déjame,
sendero,
que
ya no responde
ni
siente tu polvo
mi
paso enlutado,
calado
de bronce.
Déjame
que palpen
tus
hiervas y rocen
mis
manos claustradas
de
llantos de fiebre,
la
paz que a ti sobre.
Déjame,
camino,
que
al alma destrone
y
entierre en tu piel
tanto
amor creado,
rasgado
de golpe.
Déjame
en mi frío,
solo;
no te importe,
pues
ya no hay ternura
que
a mi sangre anime
y
a mi sien conforte.
Déjame
que estreche
mis sandalias ocre
y
lleve mi cruz
con
cilicios anchos
y
sudario pobre.
Déjame
que vierta
mi
copa y entone
mil
canciones malva
que
dicen nostalgias
y
hablan de flores.
Déjame,
perdido,
desnudo;
soy hombre
y
estoy esperando
que
Dios, apiadado,
de
azules me arrope.
Déjame,
vereda,
que
llore y que llore
sin
más compañía
que
tus soledades y
un
ángel sin nombre.
Manuel
Ángel Pérez del Moral
APUNTES
BIBLIOGRÁFICOS
PARA EL ESTUDIO
DE
FELIPE MOLINA VERDEJO
J.
M. Molina Damiani
como niño
que vuelve del campo,
y
que no trae nada que contar,
sino
piedras y mariposas, y alguna
lagartija...
José María Valverde
Eras
la imagen, la lámina brillante
de
ese libro de cuentos que llevamos
en
el atril del corazón los niños.
Felipe Molina Verdejo
Sabiéndolo,
he perdido lo poco
que
tenía.
José García Nieto
Hijo
de jaeneros nacidos en Madrid (1924) pero avecindado en Jaén desde 1934, acaso
sea Felipe Molina Verdejo el poeta más representativo de la literatura
giennense de la segunda mitad de este siglo. Siempre que no me equivoque, el
debut editorial de nuestro autor se remonta, no obstante, a
La
década en que las inquietudes literarias de Molina Verdejo cristalizan de
manera definitiva va ser, con todo, la de los años cincuenta. Instalado ya en
Jaén, documentan la intensa actividad poética de nuestro autor a lo largo de
este decenio las páginas del Boletín del Instituto de Estudios Giennenses
(julio-diciembre 1953/...) y las de las revistas Úbeda (enero 1950/mayo
1968), Linares (enero 1951/diciembre 1958) y Advinge (octubre
1952/abril 1955), ésta última, como se sabe, empresa donde nuestro poeta
publicó de modo regular -había sido uno de sus fundadores- y cuya colección
habrán de ver con calma los estudiosos que quieran medir con rigor el alcance
de la obra con que estamos dentro de la literatura giennense contemporánea.
Editado con el sello de Advinge, compendia las variables estéticas por
que transita la poesía de Felipe Molina Verdejo a lo largo de este período Del
ser y del sentir (Poemas de la vida doliente) (A:1954b), un libro distante de
los postulados del simbolismo y enemistado con la tradición de la vanguardia
donde nuestro autor, para hacer frente formal a los agónicos problemas
existenciales de su tiempo, reviste la clásica mirada romántica de su poética
con un decadente rebrillar modernista, partiendo, por más señas, de la res
adánica a la que siempre estará religado y de la verba aristocrática a la que
nunca dejará de ser fiel[2].
Llegados
los sesenta -fuera de Jaén los jóvenes autores que se las verán a lo largo de
la década siguiente con la vida hecha historia; esterilizados por las
mezquindades de nuestra clase académica los escritores que no supieron
sobreponerse a los excesos provinciales de la dictadura-, el llamativo parón
editorial que acusa la poesía giennense a lo largo de esos años afecta también,
en efecto, a Felipe Molina, durante esta etapa de enriquecimiento económico de
la inmensa minoría y desarrollo social de la mayoría silenciada, absorbido por
su profesión como enseñante de un centro privado y su trabajo como
administrativo de una agencia de seguros, escritor sin tiempo para ponerse a
escribir. Aunque la creación del "Grupo El Olivo" a comienzos de 1969
dinamizó los ambientes literarios del Jaén de los setenta, lo cierto es que Molina
Verdejo nunca acabó de identificarse del todo a lo largo y ancho de la década
de la muerte de Franco con el proyecto populista de agitación literaria
alentado por Diego Sánchez del Real, no sé si debido a que se sintió
editorialmente incómodo junto a la manifiesta incapacidad artística de algunos
de sus compañeros de viaje, a que rara vez sintonizó con el versolibrismo
informalista por que apostaba el sector más comprometido del grupo o a que
prefirió asistir a los acontecimientos históricos de nuestra transición a la
democracia desde un espacio menos contradictorio que el demarcado por la
trepidante poética política olivista. Sea como fuere, lo cierto es que la
poesía de Molina Verdejo acaba decantándose conforme avanzan los setenta, como
ejemplificará en su momento
Con
la publicación de Las piedras angulares (A: 1989g), recopilación
antológica de cien sonetos pertenecientes a distintos momentos de su
trayectoria poética, Felipe Molina acomete un balance temático de toda su obra,
manifiestamente distante de cualquier experimentalismo barraco pero
radicalmente ajustada a un constructo manierista. Retrato organicista del mundo
cuyos principios éticos y estéticos remiten a nuestra literatura doctrinal del
Siglo de Oro, si tuviera que quedarme con un ramillete del centenar de piezas
de que consta este libro, elegiría, a buen seguro, aquéllas que dan fe del
atemperado ensimismamiento emocionado y la estoica actitud cosmovisionaria con
que nuestro autor encara retóricamente los conflictos existenciales que
escinden su vida. No es obvio destacar que la aparición de Las piedras
angulares señala el comienzo del período creativo más fructífero de Felipe
Molina Verdejo, durante sus últimos diez años de vida, respetado por todas las
familias poéticas giennenses, colaborador habitual de las cabeceras editoriales
sostenidas por los "Amigos de san Antón", esto es: La senda de los
huertos (Jaén, enero-febrero-marzo 1986/...), donde nuestro autor ha dejado
hasta poco antes de su muerte tanto noticia detallada del discurrir provinciano
de la cultura local cuando un considerable número de muestras del curso
sucesivo de su obra poética, y
Anotado
quede, por último, que el repertorio que ahora presento, inventario provisional
de la producción esencial de Felipe Molina Verdejo, no persigue sino sentar las
bases bibliográficas para el estudio critico que merece su obra poética, una de
las más paradimáticas de las letras giennenses de la segunda mitad de este
siglo pero evaluada hasta hoy de modo algo superficial. De aquí, sin duda, que el
catálogo que sigue -pergeñado para atender la invitación que el coordinador de
Claustro Poético, el poeta Francisco Javier Cano, antes de morir Felipe Molina,
me hizo para sumarme a este homenaje; puesto a punto gracias a la generosa
colaboración del profesor Enrique Molina Molina, quien de nuevo me ha abierto
las puertas del gabinete de trabajo de su padre; pero procedente, en fin, del
original inédito de mi tesina, donde ya me acerqué a la obra de nuestro autor
(B: 1985)- disponga las entradas bibliográficas que reúne inventariándolas sin
más en dos vastos epígrafes que completa un apéndice, a saber: a/ Obra de
Felipe Molina Verdejo, donde cronológicamente catalogo la producción en
verso y prosa de nuestro comprovinciano; b/ Reseñas, apuntes y comentarios
sobre su obra, memoria de las entradas bibliográficas que se ocupan de nuestro
poeta alfabéticamente ordenada a partir de los apellidos de su autores; y C/ Índice
de abreviaturas y siglas, que da cuenta del significado de las claves que
he puesto en juego a lo largo de este artículo para abreviar su extensión.
A/ OBRA DE FELIPE MOLINA VERDEJO
001 MOLINA
VERDEJO, Felipe (1940A): "Soneto" en LM 9, septiembre 1940, p. 3.
002 (1940b):
"(Ay qué hermoso es!
(Villancico)" en LM 12, diciembre
1940, p. 3.
003 (1941):
"Notas religiosas. Una oración a Santiago en Id 25-VII-1941, p. 2.
004 (1943a):
"Aspirantes" en LM 43, julio 1943, p. 8.
005 (1943b):
"Lo que el Amo te pide" en LM 45, septiembre 1943, p. 5.
006 (1943c):
"!La muerte de Javier" en LM 48, diciembre 1943, p. 4.
007 (1944a):
"Benedicta tu in mulieribus" en LM 53, mayo 1944, p. 9.
008 (1944b):
"Santa Bernardita y el Escultor" en LM 60, diciembre 1944, p. 8.
009 (1948a):
Tota pulchra, Jaén, 1948, inédito, mecanografiado,
por atención del autor. Extenso poema dividido
en cuatro partes, a saber: "Contemplación y Plegaria" -veinticinco serventesios y un soneto-, "
010 (1948c):
"Villancico" en LM 93, noviembre 1948, p. 3.
011 (1948c):
"Caminito de Belén" en LM 94, diciembre 1948, p. 3.
012 (1951a):
"Pregón de Feria" en Programa Feria y Fiestas de san Lucas 1951, Jaén, Palomino, 1951, p.
3.
013 (1951b):
"
015 (1952b):
"Pregón de Feria" en Programa Feria y Fiestas de san Lucas 1952, Jaén, viuda de Cobo,
1952, p. 2.
016 (1952c)
"Jaén desde el cerro" en Programa Feria y Fiestas de san Lucas 1952, Jaén, viuda de Cobo, 1952, p. 14.
017 (1952d):
"A
018 (1952e):
"Tristeza" en Ad 3, diciembre 1952, p. 6.
019 (1953a):
"La oración del poeta" en Ad 4, enero 1953, p. 2-3.
020 (1953b):
"Meditación de la nieve" en Ad 5, febrero 1953, p. 8-9.
021 (1953c):
"Canción de primavera" en Ad 6, marzo 1953, p. 2.
022 (1953d):
"Al pie de
023 (1953e):
"Calbalguemos en paz" en Ad 9, junio 1953, p. 2.
024 (
025 (1953g):
"Mi hijo" en Ad 10, julio 1953, p. 11.
026 1953h):
"Mi corazón anda loco..." en Ad 11, agosto 1953, p. 4.
027 (1953i):
"El lucero,, el puente, el río... (Acuarela)" en Ad 12, septiembre 1953, p. 2.
028 (1953j):
"Mañanita en el campo. (De regreso a la ciudad)" en Ad 13, octubre 1953, p. 11.
029 (1953k):
"Pregón de Feria" en Programa Feria y Fiestas san Lucas 1953, Jaén, Más, 1953, p. 3.
030 (1953l):
"
031 (1953m):
"Fantasía de medianoche" en Lin 28, octubre 1953, p. 11.
032 (1953n):
"La oración por la tarde" en Ad 14, noviembre 1953, p. 2.
033 (1954a):
"Romance de las niñas tontas" en Pa 87, noviembre 1953, enero 1954, p. 697.
034 (1954b):
Del ser y del sentir. (Poemas de la vida doliente), Jaén, Advinge, p. 39.
035 (1954c):
"Oración por el agua. (Fragmento)" en Ad 16, enero 1954, p. 8.
036 (1954d):
"Estaba escribiendo al sol" en Lin 31, enero 1954, p. 9.
037 (1954e):
"Chopin, Bécquer: dos románticos" en Ad 17, febrero-marzo 1954, p. 6.
038 (
039 (1954g):
"Encuentro con la fantasía" en -Ad 18, abril- mayo, p. 14.
040 (1954h):
"...Et pax hominibus" en Ad 19, agosto- septiembre 1954, p. 5.
041 (1954i):
"Jaén desde el cerro" en DJ 18-X-1954, "Extraordinario Feria de san Lucas 1954", p. 16.
042 (1954j):
"Evocación poética de
043 (1954k):
"Nocturno en la plaza de san Ildefonso" en Ad 20, octubre-noviembre 1954, p. 13.
044 (1954l):
"Pregón de Feria" en Programa Feria y Fiestas de san Lucas 1954, Jaén, viuda de Cobo, p.
3.
045 (1955a):
"Señor: entre tus manos..." en Ad 21, diciembre 1954, enero 1955, p. 12.
046 (1955b):
"Soliloquios ante Jesús, Preso" en Ad 22-23, abril 1955, p. 30, s. p.
047 (1955c):
"A modo de pregón" en Programa Feria y Fiestas de san Lucas 1955, Jaén, Rodríguez Puche,
1955, p. 1.
048 (1955d):
"El Olivo, árbol de la paz" en Programa de Feria y Fiestas de san Lucas 1955, Jaén,
Palomino, 1955, p. 7.
049 (1956):
"Pregón para
050 (1957):
"A las piedras que pisó Nuestra Señora cuando descendió a Jaén, en Manuel López Pérez (ed.): Once de Junio. (Miscelánea de Estudios Marianos),
Jaén, Real Cofradía de Nuestra Señora de
051 (1958a):
"Dominus Tecum" en Alberto López Poveda (ed.): II Fiesta de la poesía, Linares, Revista Linares,
1958, p. 21-24.
052 (1958b):
"La primavera hizo su milagro"; "A un almendro en primavera" en Pa 103-104,
noviembre-abril 1958, p. 1773.
053 (1958c):
"La cruz, las nubes y las águilas", en Pa 103- 104, noviembre-abril 1958, p. 1776-1777.
054 (1959a):
"La ciudad y el poeta". Jaén en la poesía de Bernardo López García" en BIEG 20-abril-junio 1959, p.
9- 13.
055 (1959b):
"Haz y envés del Jaén poético" en DJ 18-X-1959, "Extraordinario de
056 (1959c):
"La ciudad y el poeta" en Pa 107-108, noviembre- marzo 1959, p. 1972-1975.
057 (1959d):
"Ante
058 (1960):
"Historia de un rayo de luz" en DJ 15-IV-1960, p. 10.
059 (1961a):
"Pregoncillo de Feria" en Programa Comercial Literario san Lucas 1961, Jaén, Unión
Tipográfica, 1961, p. 2.
060 (1961b):
"La tarde (Acuarela)" en DJ 18-X-1961, "Extraordinario Feria y Fiestas de san Lucas 1961", p.
26.
061 (1962a):
"La saeta" en DJ 15-IV-1962. "Extraordinario de
062 (1962b):
"Oración para una tarde de octubre" en Programa Oficial de
063 (1964a):
"Al pino del Yelmo" en Programa de las Fiestas en honor de
064 (1964b):
"Versos para la nueva ciudad" en Programa Oficial de
065 (1966a):
"Nocturno en Úbeda" en Ub 140, junio 1966, p. 5.
066 (1966b):
"Un libro de historia con 8000 fascículos" en DJ 17-VII-1966, "Extraordinario 25
años", p. 11-12.
067 (1969A):
"Gracias, Señor" en Diego Sánchez del Real (ed.): Antología Breve, Jaén, "El Olivo", 1969,
p. 6.
068 (1969b):
"Del cuaderno de un forastero" en DJ 30-III- 1969, "Extraordinario de
069 (1970):
"Tu alma de rodillas" en Diego Sánchez del Real (ed.): Jaén y sus poetas, Jaén, El
Olivo, 1970, p. 7.
070 (1972a):
"A
071 (1972b):
"Nocturno en Úbeda" en DJ 28-IX-1972, "Extraordinario Úbeda", p. 21.
072 (1973):
"Ante el Cristo de
073 (1974):
(4 villancicos) en Juan Ruano León: "Poetas y pintores giennenses en Navidad" en DJ 24-XII-1974, "Extraordinario de Navidad 1974", p.
14-16, s. t.
074 (1976a):
"Romance de Viernes Santo o de ver salir a Jesús" en DJ 11-IV-1976, "Extraordinario de
075 (1976B):
"Esta ciudad que se renueve y crece" en DJ 17-X- 1976, "Extraordinario de
076 (1976c):
"Jaén, otoño... (Vivencias y evocaciones)" en DJ 5-XII-1976, "Magazine" n. 69,
p. 16.
077 (1977):
"Entrevista" de (Vicente Oya Rodríguez) en DJ 22- 1-1977, p. 7.
078 (1978a):
"Entrevista" (de Vicente Oya Rodríguez) en DJ 20-II-1978, p. 7.
079 (1978b):
"Unas palabras de introducción" en María Paz Unghetti: Catálogo de exposición, Jaén, Caja General de Ahorros y Monte de Piedad de Granada, 1978, p.
1.
080 (1979a):
"Entrevista" (de Vicente Oya Rodríguez) en DJ 1-11-1979, p. 7.
081 (1979b):
(Presentación) en Antonio Velasco: Catálogo de exposición, Jaén, Casa de
082 (
083 (1979d):
"Pregón de Navidad" en DJ 23-XII-1979, "Extraordinario de Navidad, p. 3.
084 (1980a):
"Santander de Francisco Santa Matilde" en DJ 20- 1-1980, p. 13.
085 (1980b):
"Los espejos cóncavos", en DJ 2-III-1980, p. 3.
086 (1980c):
"Entrevista" (de Vicente Oya Rodríguez) en DJ 21-III-1980, p. 7.
087 (1980d):
"Los espejos cóncavos (II)" en DJ 13-IV-1980, p. 13.
088 (1980e):
"Los espejos cóncavos" en DJ 27-IV-1980, p. 19.
089 (
090 (1980g):
"Los espejos cóncavos: VI Perdidos" en DJ 26-X- 1980, p. 32.
091 (1981a):
"A Antonio Velasco, por su cuadro de mujer desnuda" en Antonio Velasco: Catálogo de exposición, Jaén, Cica, 1981, p. 1.
092 (1981b):
"Entrevista" (de Vica (heterónimo de José Villar Casanova) en DJ 19-III-1981, p. 3.
093 (1981c):
"
094 (1982a):
Ven a pasear conmigo sobre el Arco Iris, Martos, Ayuntamiento, 6 p.
095 (1982b):
Sonetos y niños, Jaén, 1982, mecanografiado, por atención del autor. Colección conformada por cuatro sonetos, todos ellos incorporados años después
a Las piedras angulares, y dos
poemas, uno editado recientemente,
"Niños con hambre", y otro, inédito a día de hoy, titulado "Llanto del niño que ya no es ángel", una
elegíaca canción medieval de
veinticuatro versos.
096 (1982c):
"Aviso de caminantes que lleguen a Baeza" en DB verano 1982, p. 6.
097 (1982d):
"Prologuillo" en José Sánchez del Moral: Aventando pesares. Caminos de mi tierra, Jaén, e.a., 1982, p. 5-7.
098 (1982e):
"Entrevista" (de V.(icente) O.(ya) R.(odríguez) en DJ 20-VII-1982, p. 3.
099 (1983a):
Úbeda, palabra emocionada, Jaén, 1983, mecanografiado,
por atención del autor. Extenso poema que conforman
dos silvas, inéditas a día de hoy; seis sonetos, incorporados en su momento a Las piedras angulares; y una canción de cierre, a fecha de hoy también
inédita.
100 (1983b):
"Cuando miro tu tronco torvo y fiero" en Juan Manuel Molina Damiani (ed.): 44x18. (Un vistazo por la poesía giennense de postguerra), Jaén,
Diputación Provincial, 1983, pl. IV.
101 1983c):
"He leído Teresa tus Coplas de amor vivo" en Guillermo Sena Medina (ed.): A santa Teresa de Jesús. Ecos del Centenario.
102 (1983e):
"En el homenaje a Antonio Velasco" en DJ 3-VI- 1983, p. 7.
103 (1983e):
"En el homenaje a Antonio Velasco" en DJ 3-VI- 1983, p. 7.
104 (
105 (1983g):
Entrevista (de J.M.M.D.), Jaén, 16-XII-1983, inédita,
mecanografiada,
106 (1984):
"Llanto por unas ruinas. (Las del convento de san Francisco de Baeza)", en DB verano 1984, p. 7.
107 (1985a):
"El Palacio de las Cadenas.
108 (1985b):
"Homenaje a Cambil, lugar idóneo para un Parnaso,
quinientos años después de la conquista que lo hizo,
en verdad, el gran conquistador de voluntades" en Vicente Oya Rodríguez (ed.): 1485-1985 V Centenario de
109 (1985c):
"Pregoncillo para las fiestas de mi barrio" en Juan Carrillo Rozas (ed.): Programa de Fiestas
de
110 (1985d):
"Epopeya de un hombre vulgar"; "Retrato de mujer" en José Chamorro Lozano (ed.): Crónica
de la "Cena Jocosa" de
1984, Jaén Amigos de san Antón, 1985, p. 18-20, s.p.
111 (1986a):
"Castillo de santa Catalina"; "Alameda de Capuchinos"; "
112 1986b):
"La calle del Pozo" en SH 2, abril-mayo-junio 1986, p. 96.
113 (1986c):
"Pregón para las fiestas de Nuestra Señora de
114 (1987a):
"Cante!" en SH 5, enero-febrero-marzo 1987, p. 98.
115 (1987b):
"Aquel tren descarrilado" en SH 7, julio-agosto- septiembre 1987, p. 109-110.
116 (1987c):
"Añoranza y canto del antiguo ochío, hoy, como tantas cosas, desvirtuado"; "Elogio del buen gusto y del sencillo yantar en el canto de pan y
aceite" en José Luis Buendía López
(ed.): Crónica de la "Cena Jocosa" de 1986, Jaén, Amigos de san Antón, 1987, p. 25-26, s.p.
117 (1987d):
"El ciprés del convento" en SH 8, octubre- noviembre-diciembre 1987, p. 107-108.
118 (1987e):
"Crónica cultural" en SH 8, octubre-noviembre- diciembre 1987, p. 97-100.
119
(1988a):"Rimas de amor a Nuestro Padre Jesús de los Descalzos en Juan Cuevas (ed.): Semana
Santa 1988, Jaén, Ayuntamiento, p.
cc.
120 (1988b):
"Crónica cultural" en SH 9, enero-febrero-
marzo
1988, p. 101-106.
121 (1988c):
"Silencio y humildad" en AG 1988, p. 18.
122 (1988d):
"Aquella luz, María..." en DJ 11-VI-1988, "Fiestas de Primavera. Virgen de
123 (1988e):
"Crónica cultural. Segundo trimestre de 1988" en SH 10, abril-mayo-junio 1988, p. 93-98.
124 (
125 (1988g):
"Una velada en el casino" en Luis Coronas Tejada (ed.): Crónica de la "Cena Jocosa"
de 1987, Jaén, Amigos de san Antón,
1988, p. 50-52, s.p.
126 (1988h):
"Evocación de mi amigo muerto" en SH 12, octubre-noviembre-diciembre 1988, p. 111-112.
127 (1988i):
"Crónica cultural. Cuarto trimestre de 1988" en SH 12, 97-103.
128 (1989a):
"Crónica cultural. Primer trimestre de 1989" en SH 13, enero-febrero-marzo 1989, p.
97-101.
129 (1989a):
"Arrodillado ante el Cristo de
130 (1989b):
"Luis Espinar" en Luis Espinar Barranco: Catálogo de Exposición. Acuarelas, 1964-1982, Jaén, Escuela de Artes Aplicadas y Oficios
Artísticos/Cajasur, 1989, p. 1.
131 (1989c):
"Crónica cultural. Notas para una crónica cultural
del segundo trimestre de 1989" en SH 14, abril- mayo-junio 1989, p. 99-102.
132 (1989d):
III Pregón para
133 (1989e):
"Crónica cultural" en SH 15, julio-agosto- septiembre 1989, p. 107-108.
134 (
135 (1989g):
Las piedras angulares. (Sonetos), Jaén, e.a., 128 p.
136 (1989h):
(Ed.) Crónica de la "Cena Jocosa" de 1988, Jaén, Amigos de san Antón, 1989, 71 p.
137 (1989):
"Sonatina en el parque" en Felipe Molina Verdejo (ed.): Crónica de la "Cena
Jocosa" de 1988, Jaén, Amigos de
san Antón, 1989, p. 47-48.
138 (1989j):
"Crónica cultural. (Cuarto trimestre de 1989)" en SH 16, octubre-noviembre-diciembre 1989,
p. 109-112.
139 (1990a):
"Crónica cultural. (Primer trimestre de 1990)" en SH 17, enero-febrero-marzo 1990, p.
101-105.
140 (1990b):
"Crónica cultural. Jaén en América; América en Jaén; hoy" en SH 18, abril-mayo-junio 1990, p. 151-155.
141 (1990c):
Crónica cultural" en SH 19, julio-agosto- septiembre 1990, p. 129-130.
142 (1990d):
"Donde sucintamente se dice de suceso memorable y, veladamente, se pondera" en Pedro Jiménez Cavallé (ed): Crónica de la "Cena Jocosa" de
1989, Jaén, Amigos de san Antón, 1990, p.
7.
143 (1990e):
"Crónica cultural. Cuarto trimestre de 1990" en SH 20, octubre-noviembre-diciembre 1990,
p. 111-116.
144 (1991a):
"Crónica cultural. Primer trimestre de 1991" en SH 21, enero-febrero-marzo 1991, p.
115-123.
145 (1991b):
"Viendo salir, de
146 (1991e):
"Ante la imagen del Jesús de
147 (1991d):
"Crónica cultural" en SH 22, abril-mayo-junio 1991, p. 109-119.
148 (1991e):
Recuerdo de una dama boba" en Ángel Viedma Guzmán (ed.): Crónica de la "Cena Jocosa" de
1990, Jaén, Amigos de san Antón, 1991,
p. 45-47.
149 (
150 (1992a):
"Reseña cultural. Primer trimestre de 1992. Consideraciones y notas sobre actos culturales" en SH
25, enero-febrero-marzo 1992, p. 132.
151 (1992b):
"Al Cristo mutilado de Beas" en LVV 0, marzo 1992, p. 41.
152 (1992c):
"Donde un costalero dice los motivos que le llevaron a serlo" en AG 1992, p. 10.
153 (1992d):
"Reseña cultural" en SH 26, abril-mayo-junio 1992, p. 123-129.
154 (1992e):
"Reseña cultural. Anotaciones para la reseña de actos culturales del tercer trimestre de 1992" en SH
27, julio-agosto-septiembre 1992, p.
125-131.
155 (
156 (1992g):
"El coloquio de las estatuas" en Antonio Martínez Lombardo (ed.): Crónica de la "Cena Jocosa"
de 1991, Jaén, Amigos de san Antón, 1992,
p. 52-55.
157
M.(OLINA)V.(ERDEJO), F.(elipe) (1992i): "Anotaciones para un rincón poético denominado
"Aljófar" en LVV II-III, diciembre
1992, p. 67.
158 MOLINA
VERDEJO, Felipe (1992j): "Reseña cultural. Anotaciones para una crónica. Cuarto trimestre de 1992" en SH 28, octubre-noviembre-diciembre
1992, p. 119-128.
159 (1993a):
"Reseña cultural. 1993 Apuntes para una crónica cultural del primer trimestre" en SH 29, enero-febrero- marzo 1993, p. 119-123.
160 (1993b):
"Cuando mis ojos miraron a María Santísima de
161 (1993c):
"Reseña cultural. Segundo trimestre 1993" en SH 30, abril-mayo-junio 1993, p. 109-115.
162 (1993d):
"Reseña cultural. Apuntes de los actos culturales
en el tercer trimestre" en SH 31, julio-agosto- septiembre 1993, p. 117-122.
163 (1993e):
"Catedral luminosa,
164 (
165 (1994a):
"Reseña cultural. Crónica correspondiente al primer trimestre de 1994" en SH 33, enero-febrero-marzo
1994, p. 133-140.
166 (1994b):
"A modo de saetas" en Ebi 13, febrero 1994, p. 58.
167 (1994c):
"A los penitentes que llevan el paso de
168
M.(OLINA) V.(ERDEJO), F.(elipe) (1994): "Manuel Garrido Chamorro" en LVV IV, abril 1994, p.
72.
169 MOLINA
VERDEJO, Felipe (1994e): "Reseña cultural. Anotaciones para la crónica cultural del segundo trimestre de 1994" en SH 34, abril-mayo-junio
1994, p. 115-125.
170 (
171 (1994g):
"Poeta de
172 (1994h):
"Coplillas" en José María Pardo Crespo (ed.): Crónica de la "Cena Jocosa" de
1993, Jaén, Amigos de san Antón, 1994,
p. 48-49.
173 (1994i):
Al Cristo de Getsemaní" en SH 25-36, julio- agosto-septiembre y octubre-noviembre-diciembre 1994, p. 211.
174 (1995a):
Épico Jaén, lírico Jaén. (Rapsodia en morado), Jaén, Ayuntamiento, 114 p.
175 (1995b):
"Reseña cultural. Anotaciones para una crónica cultural del último trimestre de un año, el de 1994, y el primero de otro, el de 1995", en SH
37, enero-febrero- marzo 1995, p.
117-129.
176 (1995c):
"Creer, esperar, amar" en CP O, enero-abril 1995, p. 81-83.
177 (1995d):
"Ante la imagen de Jesús Preso, que se venera en la parroquia de san Pedro, en Torredonjimeno, y que es obra de Palma Burgos" en En 7,
1995, p. 34.
178 (1995e):
"Reseña cultural. Anotaciones para una crónica cultural del segundo trimestre de 1995, SH 38, abril-mayo- junio 1995, p. 127-138.
179 (
180 (1995g).
"De nuevo ante tu reja" en RD 7, 20 época,
junio 1995, p. 9-10.
181 (1995h):
"La vida... No arranquéis... Coplas y romances" en CP 1, mayo-agosto 1995, p. 59-63.
182 1995i):
"Al Deán Martínez de Mazas, después de leer su Retrato al natural de la ciudad de Jaén" en Ignacio Ahumada Lara (ed.): Crónica de la
"Cena Jocosa" de 1994, Jaén,
Amigos de san Antón, 1995, p. 57-59.
183 (1995j):
"Reseña cultural. Anotaciones de las actividades habidas en el cuarto trimestre de 1995" en SH 39-40, julio-agosto-septiembre y
octubre-noviembre-diciembre 1995, p.
195-203.
184 (1995k):
"Cómo en este redil pastor extraño. Los pastores"
en CP 2, septiembre-diciembre 1995, p. 69-72.
185 (1996a):
"Apuntes y consideraciones sobre actos de hoy, para conocimiento y estimación de curiosos de mañana" en SH 41, enero-febrero-marzo 1996, p.
107-116.
186 (1996b):
"La saeta" en CP 3, enero-abril 1996, p. 71.
187 (1996c):
Presentación del libro Inventario medido, de Francisco Javier Cano Expósito, texto inédito, mecanografiado,
188 (1996d):
Anotaciones para una posible Crónica Cultural. (Segundo
trimestre de 1996)" en SH 42, abril-mayo-junio 1996, p. 103-109.
189
M.(OLINA) V.(ERDEJO), F.(elipe) (1996e): "Atento estoy, por gusto y por oficio..." en LVV
V, julio 1996, p. 56.
190 MOLINA
VERDEJO, Felipe (
191 (1996g):
"Temprano levaron anclas" en Juan Eslava Galán (ed.): Crónica de la "Cena Jocosa"
de 1995, Jaén, Amigos de san Antón,
1996, p. 73-75.
192 (1996h):
"A veces..." en CP 5, septiembre-diciembre 1996, p. 69-71.
193 (1996i):
"Uno de los poetas más representativos del Jaén de nuestro tiempo. Felipe Molina Verdejo" (entrevista de Vicente Oya Rodríguez) en SH 43-44,
julio-agosto- septiembre y
octubre-noviembre-diciembre 1996, p. 7-18.
194 (1996j):
"Anotaciones para una crónica de los actos culturales habidos desde septiembre a diciembre de 1996" en SH 43-44, julio-agosto-septiembre y
octubre-noviembre- diciembre 1996, p.
165-173.
195 (1996k):
"Versos de ayer, y quizá de mañana" en SH 43-44. julio-agosto-septiembre y
octubre-noviembre-diciembre 1996, p.
179-190.
196 (1996l):
"Ante el Cristo de
197 (1996m):
"A Rafael Alfaro" en Rafael Lizcano (ed.): Antología. Homenaje de bienvenida a Jaén a Rafael Alfaro, Jaén, Institución Literaria Federico Mayor
Zaragoza/El Olivo, 1996, p. 75.
198 (1997a):
"Exhortación a los que van a ser anderos de las imágenes de
199 (1997b):
"Mi brindis" en CP 6, enero-abril 1997, p. 109.
200 (1997c):
"El homenaje a Jesucristo no puede ser otro que la certidumbre de su divinidad" en Rafael Lizcano (ed.): Exaltación a Jesús. Antología poética,
Jaén, Cajasur/Obispado de
Jaén/Institución Literaria Federico Mayor
Zaragoza/El Olivo, 1997, p. 99.
201 (1997d):
Salvados del Leteo, Jaén, 1997, inédito, mecanografiado, por atención de Francisco Javier Cano Expósito. Colección de dieciseis poemas
acordada a distintos formatos métricos
-sonetos, romances y canciones- cuya
preocupación temática dominante es la religiosa.
202 (1997e):
Del amor y otras razones. (En renglones como venas), Jaén, 1997, mecanografiado, por atención de sus viuda e hijos. Libro de poemas integrado
por treinta y tres sonetos y tres
canciones de voltaje preferentemente existencial.
203 (
B/ RESEÑAS, APUNTES Y COMENTARIOS SOBRE
204 AHUMADA
LARA; Ignacio (1995): "A propósito de Épico Jaén, lírico Jaén. Rapsodia en morado.
Sobre la poesía de Felipe Molina en DJ
30-III-1995, "Cultura", p. 34.
205 BUENDÍA
LÓPEZ, José Luis (1987): "Panorama de la poesía jiennense de postguerra" en SH 8, octubre-noviembre- diciembre 1987, p. 79-86; más tarde,
incorporado a "Literatura jiennense
del siglo XX", en José Fernández García
(ed.): Jaén, Granada, Ediciones Anel, 1989, t. IV, p. 1313-1356.
206 CALVO
MORILLO, Miguel (1996): "Felipe Molina Verdejo" en SH 43-44, julio-agosto-septiembre y
octubre-noviembre- diciembre 1996, p.
181.
207 (1997):
"Felipe Molina, in memorian" en DJ 28-IX-1997, p. 27.
208 CANO
EXPÓSITO, Francisco Javier (1997): "Hasta siempre, maestro" en DJ 24-IX-1997, "Paisajes", p. 35.
209 GONZÁLEZ
LÓPEZ, Luis (1954): "Del ser y del sentir. (Poemas de la vida doliente)" en Pa 89, mayo-julio
1954, p. 850.
210 LÓPEZ
PÉREZ, Manuel (1997): "Molina Verdejo" en Id 26-IX- 1997, p. 24.
211 LORITE
GARCÍA, Fernando (1981): "Verbo y verso en grande del poeta Felipe Molina Verdejo pregonaron con emoción
212 MARTELL
LÓPEZ, Manuel (1997): "Un adiós inesperado" en DJ 23-IX-1997, p. 37.
213
MARTÍNEZ, Pedro Enrique (1997): (Sobre Felipe Molina Verdejo) en DJ 15-X-1997,
"Paisajes", p. 43 s.t.
214 MOLINA
ÁLVAREZ, Carlos (1954): "Libros: Del ser y del sentir" en Lin 40, octubre 1954, p. 15.
215 MOLINA
DAMIANI, Juan Manuel (1983): (Ed.) 44X18. (Un vistazo
por la poesía giennense de postguerra), Jaén, Diputación
Provincial, 18 p.
216 (1985): Bibliografía
y fuentes para el estudio de un episodio
de la poesía de postguerra en Jaén: el grupo "El Olivo" en la panorama poético de los últimos quince años (1969-1984), Memoria de Licenciatura,
Universidad de Granada, 1985,
dirigida por Concepción Argente del Castillo
Ocaña, inédita,
217 (1987):
"Apuntes bibliográficos para el estudio de la poesía giennense de postguerra (1939-1987)" en BIEG
132, octubre-diciembre 1987, p. 75.106.
218 (1991): Aljaba
y Advinge (1951-1955) en
219 MORALES
BORRERO, Manuel (1989): "Prólogo" en Felipe Molina Verdejo: Las piedras angulares, Jaén, e.a., 1989, p. 5-8.
220 MORALES
CUESTA, Manuel M. (1997): "Felipe Molina Verdejo" en DJ 6-X-1997, p. 50.
221
O.(LIVARES) B.(ARRAGÁN), F.(rancisco) (1986): "Quién es quién. Felipe Molina Verdejo " en
Francisco Olivares Barragán (ed.): Crónica
de la "Cena Jocosa" 1985, Jaén, Amigos
de san Antón, 1986, p. 61, s.p.
222 OYA
RODRÍGUEZ, Vicente (1989): "Cien sonetos" en Id 6-XI- 1989, p. 5.
223 (1997):
"Felipe Molina Verdejo" en Id 24-IX-1997, p. 8.
224 SÁNCHEZ
DEL MORAL, José (1988): "Cien sonetos" en DJ 24- V-1988, p. 2.
225 SÁNCHEZ
DEL REAL, Diego (1954): "A modo de introducción" en Felipe Molina Verdejo: Del ser y del
sentir. (Poemas de la vida
doliente), Jaén, Revista Advinge, 1954, p. 7-8.
226 (1969):
(Ed): Antología Breve, Jaén "El Olivo", 8 p.
227 (1970):
(Ed.) Jaén y sus poetas, Jaén, "El Olivo", 35 p.
228 TORRE
ORTEGA; Juan de Dios (1969): "Hoy como ayer" en Diego Sánchez del Real (ed.): Antología Breve,
Jaén "EL Olivo", 1969, p.
sol.
229 UTRERA,
Pablo (1997): "Andaluces de Jaén" en DJ 28-II- 1997,
p. 42.
230
VALLADARES REGUERO, Aurelio (1989): (Ed.) Guía literaria de la provincia de Jaén, Jaén, Instituto
de Estudios Giennenses, 393 p.
231 VICA
(heterónimo de José Villar Casanova) (1997): "Hoy loran los olivos" en DJ 25-IX-1997, p. 12.
C/ ÍNDICE DE ABREVIATURAS Y SIGLAS
ACJ: Anales
de
Ad: Advinge, Jaén.
AG: Alto Guadalquivir, Jaén.
BIEG: Boletín del Instiutto de Estudios
Giennenses, Jaén.
cc:
"contracubierta".
CP: Claustro
Poético, Jaén.
DB: Desde Baeza.
Cuaderno Literario e Histórico de
DJ: Diario
Jaén, Jaén.
e.a(a).: edición de autor(es).
Ebi: Estrella,
Boletín Informativo de
(Ed.) (ed.): edición a cargo de.
En: Encuentro.
Boletín de
et alii: (y otros).
f.: (folio(s).
GMJ: Gaceta Municipal de Jaén, Jaén.
Ibi: Ibiut,
Úbeda.
Id: Ideal,
Granada.
Lin: Linares,
Linares.
LM: Lux
Mundi, Jaén.
LVV:
n.:
número(s).
p.:
página(s).
Pa: Paisaje,
Jaén.
PG: Pasión
y Gloria. Revista de
pl.: planas.
RD: Retablo
del Descenso. Cuaderno Informativo de
s.p.: sin paginar.
s.t.: sin título.
SH.: Senda
de los Huertos, Jaén.
sol.: solapa.
SR: Santo
Rostro. Boletín de
t.: tomo(s).
Ub: Úbeda,
Úbeda.
Jaén,
23 de octubre de 1997
Colaboran:
Caja
de Granada
Imprenta Electrónica A Demanda
[1]Las
fotocopias que me facilitara Molina Verdejo de estas dos muestras éditas de sus
inicios como escritor no dejan ver las fechas en que fueron publicadas.
[2]Siempre
que he tenido que dar apresurada cuenta bibliográfica de la obra de Felipe
Molina Verdejo (B: 1983, 1985, 1987 y 1991), he hecho referencia a un libro
suyo titulado Poemas (Barcelona, Rumbo, 1955), volumen del que alguna
vez, si no recuerdo mal, me habló nuestro autor. Que esta nota previa y el
repertorio que sigue lo pasen por alto no se debe, e efecto, sino a que hasta
la fecha no he logrado hacerme con este poemario, que podría haber visto la luz
al abrigo de Rumbos, una revista madrileña operativa entre mediados de
los cuarenta y principios de los sesenta, descrita por la profesora Fanny Rubio
en Las revistas poéticas españolas (Madrid, Turner, 1976, p. 141-142),
cuya colección no he podido ver todavía.