1.3. La lluvia y la sequía.

 

             Son los dos grandes motivos de preocupación para una sociedad enraizada en la tierra, como la giennense en los siglos estudiados. Es indudable que la realidad y la vivencia del tiempo atmosférico abarcaban fenómenos mucho más amplios, con una evidente influencia en la vida diaria, como las heladas, los vientos, las nevadas y los temporales. Pero, en última instancia, eran las sequías las que, normalmente, arruinaban las cosechas y por tanto ,condenaban a la comunidad al hambre, la enfermedad y el dolor. Alrededor del miedo a la sequía y de la esperanza por las lluvias se articulan devociones, rogativas y acciones de gracias. Las sequías alteraban los precios, producían trastornos sociales y condicionaban todos los aspectos la vida de las comunidades. Gran parte de los problemas con los que se tuvo que enfrentar el Cabildo Municipal de Jaén en siglos pasados, tuvo relación con la evolución de ambos fenómenos atmosféricos. 

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