CAPÍTULO II. EPIDEMIAS

 

1. Miedo a la Peste.

            Durante el siglo XIV y hasta  principios del XVI, la peste aparecía todos los años en unos u otros lugares en Europa Occidental. Cada ocho, diez o quince años, en las ciudades solían producirse violentos brotes que llegaban a provocar la desaparición de un 10, 20 30 o hasta un 40 por ciento de su población. Razón suficiente para que la peste originara gran pánico colectivo en cualquier lugar donde se detectaba su presencia, y creara todo un modo de comportamiento en torno a ella durante los cuatro siglos que corren de 1348 a 1720. Sin olvidar otras enfermedades que también producían gran pánico, como eran la fiebre miliar en los siglos XV y XVI, llamada inglesa en las Islas Británicas y Alemania; el tifus en los ejércitos de la guerra de los Treinta Años; la viruela, la gripe pulmonar y la disentería, las tres todavía activas en el siglo XVIII. El cólera no apareció en esta parte del mundo hasta el 1831([1]).

            Las epidemias de peste más violentas en España fueron en  1596-1602, 1648-1652 y 1677-1685, todas ellas en el siglo XVII. Después de 1721 desapareció de Occidente. Las tres grandes epidemias antes señaladas se llevaron en nuestro país 1.250.000 vidas. Barcelona perdió en 1652 unos 20.000 habitantes de sus 44.000. Sevilla, en 1649-1650 enterró 60.000 muertos de los 110.000 o 120.000 habitantes([2]).



([1]) Delumeau, Jean: El miedo en Occidente. Taurus. Madrid, 1989, pág. 155-156.

([2]) Domínguez Ortiz: La Sociedad española en el siglo XVII. Madrid, 1963, pág. 81.

 

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