2.4. Conjuros.

Hay numerosos datos que nos informan del uso de conjuros para acabar con las plagas de langosta. También tenemos referencias de exorcistas, como un clérigo de Guadix que conjuró la langosta en 1597, o el licenciado Bela, cura de San Ildefonso y padre Doncel que actuaron al año siguiente.([1]) En 1605 se detectó la presencia de la langosta en el término de Jaén, hazas de Lerix, vado de La Guardia y La Parrilla “Ay muy gran cantidad que nunca tal se a visto” y se informó en el Cabildo Municipal que el Obispo ha “ynbiado clérigos que la conjuren”.([1])

Otro exorcista fue el licenciado Ascanio Talento, que se trasladó desde la villa de Mula a Jaén, a petición del gobierno de la Ciudad. Era hombre de buena fama y prestigio y antes de pasar a su cometido fue objeto de un minucioso examen por parte del Cabildo Municipal, como se recoge en las correspondientes actas capitulares, donde hubo preguntas que distaban mucho de ser ingenuas. El licenciado Talento explicó su método que consistía en ordenar unas previas rogativas y ceremonias religiosas, para después pasar a conjurar la plaga en el campo, donde los resultados serían satisfactorios con la voluntad de Dios. Y así se hizo, y debió de quedar contento el Concejo, pues como pago se le entregaron a dicho clérigo la nada despreciable cantidad de 100 doblas de oro por sus servicios.([1])

También actuó como exorcista fray Francisco de Bustos en Alcalá la Real en 1630([1]) y en Jaén en 1635([1]) Este clérigo estaba probablemente emparentado con un saludador del mismo nombre.([1])

Los conjuros más importantes debieron de ser los realizados desde la ermita del Calvario, muy cerca del que después será el cementerio de San Eufrasio. Dicha ermita está situada en un punto desde el que se divisa una extensa panorámica de la campiña giennense, donde estaban los principales cultivos que peligraban por los efectos de la plaga. En 1670 se recitaron los conjuros desde dicho lugar por el Obispo de Jaén, probablemente por la tarde.([1])

En 1707 el Cabildo Municipal de Jaén decidió buscar en el archivo los exorcismos “con que se conjuró la plaga en ocasiones anteriores”([1]). Meses más tarde, dicha institución, describe la plaga que se había extendido a tierras de Jaén “de la provincia de La Mancha” y se decide su extinción

 

“pidiendo en primer lugar a Dios use de su infinita misericordia con todos los pueblos y sus moradores y luego usar del medio de los conjuros”([1])

 

En ese mismo año se vuelve a recurrir a la necesidad de mover la piedad de Dios

 

“con rogativas se sirviese aplacar su justa yra y por medio de conjuros y otras dilixenxias y oraziones”([1])

 

En abril de 1708 el Cabildo Municipal ordenó buscar en su archivo los exorcismos

 

“con que se conjuró la langosta en ocasiones anteriores”([1])

 

El seis de mayo de 1708 el Cabildo catedralicio decidió llevar a cabo conjuros en el Calvario, sin embargo no se pudieron realizar por estar el tiempo “mui metido en aguas”, y se aplazaron para el día 23 del mismo mes.([1]) El 22 de mayo de 1708 el Cabildo Eclesiástico dispuso que al día siguiente se procediese al conjuro de la langosta desde el Calvario, de cinco a seis de la mañana. El proceso sería el siguiente: de cuatro a cinco de la mañana se oficiaría la primera misa del día en la parroquia de San Ildefonso, que sería cantada y a la Santísima Trinidad “con las conmemoraciones de Nuestra Señora y del glorioso San Gregorio Ostiense” y acabada se dirían “los tres conjuros que se siguen conforme están en el quaderno impreso “, después la comitiva iría al Calvario y se dirían “ los tres últimos conjuros”. A la ida y a la vuelta se iría cantando la letanía mayor. Conforme a las instrucciones del Conjuro se haría una cruz, que llevaría la parroquia de San Ildefonso “y acabada la función se coloque sobre un pino de la altura proporcionada y se quede en el sitio más alto que pareceire conveniente”. Para dichas ceremonias se construiría un tablado apropiado con un toldo, pues la ceremonia sería muy larga, desde las cuatro de la madrugada al mediodía.([1])

 

En mayo de 1708 se ordenó desde el Cabildo Municipal

 

“Se ponga en poder de Juan Teodoro, vecino della cinquenta libros de conjuros para la langosta para que los venda de quenta de la Ciudad y se notifique a Tomás Copado no imprima más de los que a ympreso hasta de presente ni venda ninguno”.([1])

 

Conjuros en otros lugares: en 1671 Cabra de Santo Cristo pedía al Cabildo Diocesano

           

“algún socorro para la matanza de la langosta y licencia para que se diga misa en el campo para conjurarla”.([1])

 

Y en ese mismo año Jódar solicitó permiso “para decir misa en el campo”([1]).

También en el santuario del Cristo de la Yedra se conjuró la langosta en 1594, 1673 y 1757.([1])

No sólo la langosta era objeto de conjuros, de estas forma en 1679 se conjuró la oruga en Matabegid.([1])

Los conjuros se realizaban a partir de unas pautas marcadas por la autoridad eclesiástica, lo contrario habría sido cosa de saludadores y hechicería, con las evidentes y peligrosas consecuencias de tales prácticas. Existían tratados adecuados para los exorcismos como el Libro de conjuros contra tempestades, langostas, pulgón, cuquillo y otros animales nocivos que dañan e infestan los frutos de la tierra, impreso por Tomás Copado, difundido en 1708 por el Cabildo Municipal de Jaén([1]). Estas prevenciones no impedían prácticas excéntricas y de dudosa ortodoxia, como eran echar un puñado de langostas en un barreño en determinado momento del conjuro e invocaciones a los ángeles para que quitasen los dientes a los ratones.([1])

Otra práctica existente en siglos pasados era la celebración de juicios contra la langosta, llevados a cabo por la Iglesia, y que podían culminar en la absolución o en la excomunión de dichos insectos., aunque no tenemos noticia de que se llevasen a cabo tales medidas en Jaén. ([1])



[1] López Cordero, Aponte Marín, pág. 103.

[2] A.M.J. Act. 1605. Cab. 24-4.

[3] Los datos de Talento extraídos de. Coronas Vida, L. y Aponte Marín, A. AUna plaga de langosta en Jaén en 1620@ en Actas del 11 Congreso de Jóvenes Investigadores. Salamanca, 1985.

[4] Juan Lovera, C. AAlcalá la Real. Año 1630. Exorcismo contra las plagas del campo. El fraile Francisco de Bustos y devoción Santa Ana.@ El toro de Caña. Revista de Cultura Tradicional de la Provincia de Jaén. Núm. 3, págs. 263 ss.

[5] López Cordero, Aponte Marín. Op. Cit., pág. 253.

[6] Juan Lovera, Op. Cit.

[7] Ibidem pág. 104.

[8] A.M.J. Act. 1707. Cab. 23-4.

[9] A.M.J. Act. 1707. Cab. 11-7.

[10] A.M.J. Act. 1707. Cab. 15-7.

[11] A.M.J. Act. 1708. Cab. 23-4.

[12] Para el ocho de mayo se decidieron llevar a cabo rogativas en el Calvario. Ver A.M.J. Act. 1708. Cab. 4-5.

[13] A.H.D.J. Act. 1708. Cabs. 6-5. y 22-5.

[14] A.M.J. Act. 1708. Cab. 21-5. Citado en López Cordero, Aponte Marín. Op. Cit., pág. 105.

[15] A.H.D.J. Act. 1671. Cab. 3-4.

[16] A.H.D.J. Act. 1671. Cab- 17-4.

([17]) Cruz Cabrera, Op. Cit., págs. 303-308.

[18] A.M.J. Act. 1679. Cab. 19-5.

[19] López Cordero y Aponte Marín. Op.Cit. Pág. 105. EL libro impreso por Copado ha sido reproducido y estudiado por J. Rodríguez Molina: ALos insecticidas en la etapa precientífica@ en B.I.E.G.. Núm. 153, págs. 685 y ss. 1994.

[20] Domínguez Ortiz, A. Hechos y figuras del siglo XVIII español, Madrid,  1980, págs. 194.

[21] El trabajo más conocido es el publicado por J. Zarco Cuevas en el Boletín de la Real Academia de la Historia en 1932 : APleito que se puso en la abadía de Parraces para el exterminio de la langosta@ sobre este trabajo un brillante análisis: Francisco Tomás y Valiente: ADelincuentes y pecadores@ en la obra colectiva Sexo barroco y otras transgresiones premodernas. Madrid, 1990, págs. 22, ss.

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