3. Niños maltratados. No aparecen frecuentemente en los documentos. Los castigos corporales
estaban muy extendidos. Hay referencias al permanente uso de la vara y la
palmeta en distintas fuentes escritas. Usos que han estado vigentes y
favorablemente sancionados por la sociedad hasta nuestro siglo. Estos malos
tratos, de escuela y taller, de dómine y maestro, podían derivar en
actuaciones abiertamente brutales que superaban los límites, ya de por sí
muy duros, de la época. En este sentido hay ejemplos que nos muestran una auténtica
violencia de consecuencias mucho más trágicas. Así en 1629 dos individuos eran acusados de la muerte de Francisco de
Cárdenas, de un año y medio. Fueron perdonados a cambio de 100 ducados. [1].
Los malos tratos a niños y jóvenes de corta edad por parte de sus
amos y patrones constituían un hecho cotidiano, así en 1663 Juan Muñoz,
padre de Cristóbal Muñoz, se querelló de Pedro Negrillo "por malos tratamientos a el dicho su hixo por tenerlo en sus
casas al servicio del campo" [2].
A veces estas acciones tenían irreparables consecuencias: en 1687, un
vecino de Lopera, Manuel Murillo fue condenado "sobre la muerte alebosa que
dio a Pedro de Benzalá... de edad a nuebe años, poco más o menos, y aberlo
enterrado en la hermita que llaman de San Cristóbal, extramuros de esta dicha
villa, sin más motibo que el dezir le avía perdido una marrana el dicho mi
hermano, del ganado de zerda que guardaba". [3] Quizás uno de los hechos más horribles, relacionados con este
aspecto lo encontramos en las casas cuna y hospicios, donde niños expósitos y
huérfanos eran depositados. Las pésimas condiciones de vida, la falta de
dotaciones y la inhumanidad de los responsables de estas instituciones, así
como de las amas de cría, originaban una cifras de mortalidad altísimas, todo
ello en unas circunstancias dantescas. En la Casa Cuna de Andújar entre 1677 y 1700 de los 1.319 expósitos
ingresados, murieron 1.072, más del 80 % y menos del 1 % superaba los 24 meses [4].
En la Casa de los Niños Expósitos de la Madre de Dios, en Jaén,
durante 1820 ingresaron 94 niños, y no llegaron a alcanzar los tres años 54,
un 57 %, de 91 que ingresaron en 1821 murieron antes de llegar a la citada edad
58 y en 1822, de 80 niños ingresados murió el 64 % [5].
[1]
A. H. P. J. Leg. 1402. Fol. 228. (v). 1629. [2]
A. H. P. J. Leg. 1706. Fol. 86. 1663 [3]
A. H. P. J. Leg. 3922. Fol. 136. Fol. 136. 1687. El acusado del asesinato alegaba desde la cárcel
que el niño estaba "mendigando y viviendo de limosna" en Andújar
y que vivía. (Íbid. Fol. 169). [4] Gómez Martínez, E.
Los Niños Expósitos de Andújar. Córdoba, 1987, págs.
101 y 102. [5] Lara Martín Portugués,
I. Jaén (1820- 1823). La lucha por la
lbertad durante el Trienio Liberal. ,págs. 406 y 407. |