Claustro Poético Boletín virtual de poesía, edición trimestral. Nº 30. Otoño-2012 Asociación Cultural Claustro Poético
Director: Juan Carlos García-Ojeda Lombardo Coordinadores: Fernando R. Ortega Vallejo y Juan Antonio López Cordero |
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Magia* Los seres humanos somos propensos a ejecutar ritos o ceremonias, forman parte de nuestro subconsciente más profundo. Con tales hechos buscamos solemnizar eventos comunitarios que necesitamos inmortalizar. Y en estos casos nada mejor que la magia como instrumento. Y la magia surge a través de la palabra, de la imagen, del contacto o de la aproximación. La magia está integrada en casi todos los aspectos de la vida y de ella se sirven todos, como los profesionales de la religión, comunicación, política… y también la poesía. A diferencia de los demás que suelen utilizar falsa magia para sus fines particulares y partidistas, unida a grandilocuentes gestos con los que pretenden perpetuarse en el poder y en el recuerdo, el poeta busca el alma solitaria, individual, ajena a esplendorosas pompas ceremoniales. Sólo el poeta es mago, su evento más solemne es la poesía, un tesoro de palabras de las que emana la magia que mueve el mundo, el rito que se personifica en cada persona, el conjuro que puede bajar las estrellas. "La magia es un abrazo sin culpas y sin lazos Es el agua que corre por la piel y los sueños Es placer escondido revelado en la carne, el último suspiro que se escapa de un verso ... La magia es esperanza, es taller, sombra fresca La poesía consigna, agua clara y escuela En el verso se funden el sudor y los libros En la magia el futuro se convierte en bandera
Verso y magia sembrando en el surco profundo Magia y verso viviendo el aquí y el ahora. Es la magia poesía constructora de mundos La poesía es el mundo de la magia creadora".
Magia-Poesía. Luis Carvajal
La magia no entiende que las endorfinas ordenen los pensamientos, que la noradrenalina nos empuje a las alucinaciones o que la tetosterona rija los sentimientos. La magia del poeta pretende rendir sus batallas en un plano más elevado, independiente de los elementos químicos que inervan nuestra materia y cuyos síntomas conocen bien los profesionales del timo, los recoveros de las pasiones y los arquitectos de las falacias. Por el contrario, el poeta puede con sus palabras crear en un momento todo aquello que vemos, cambiar de universo o reconstruir lo que asola el odio.
"Podéis destrozar todo aquello que veis porque ella de un soplo lo vuelve a crear como si nada, como si nada, la quiero a morir.
y me enseña a pintar transparente el dolor con su sonrisa, con su sonrisa, la quiero a morir.
Y levanta una torre desde el cielo hasta aquí y me cose unas alas y me ayuda a subir a toda prisa, a toda prisa. La quiero a morir.
Conoce bien, cada guerra, cada herida, cada ser, conoce bien, cada guerra de la vida, y del amor también.
Me dibuja un paisaje y me lo hace vivir, en un bosque de lápiz se apodera de mí. La quiero a morir.
Y me atrapa en un lazo que no aprieta jamás como un hilo de seda, que no puedo soltar…" La quiero a morir. Francis Cabrel.
El Sueño. Henri Rousseau El poeta atenta a la lógica y a la razón, su poesía no cabe en la dialéctica hegeliana ni en la psicología freudiana, e incomprensiblemente hace grandes las pequeñas cosas. Cada cual tenemos las nuestras que, envueltas en magia, nos emocionan, son lo verdaderamente importante y dan sentido a nuestra vida.
"Uno se cree que las mató el tiempo y la ausencia. Pero su tren vendió boleto de ida y vuelta. Son aquellas pequeñas cosas que nos dejó un tiempo de rosas en un rincón, en un papel o en un cajón. Como un ladrón te acechan detrás de la puerta. Te tienen tan a su merced como hojas muertas que el viento arrastra allá o aquí... Que te sonríen tristes y nos hacen que lloremos cuando nadie nos ve". Aquellas pequeñas cosas. Joan Manuel Serrat.
Durante siglos de Historia, el Poder ha querido hacer suya la magia, la ha intentado emular para utilizar al ser humano, o bien ha intentado destruirla para que los demás no puedan aprovecharla. Pero la magia es indestructible, aunque está ahí, entre la materia, desde antes que los poetas la tomaran para repartirla por doquier, porque la magia también se llama poesía.
de asuntos falta, enmudeció la lira; podrá no haber poetas; pero siempre habrá poesía.
palpiten encendidas, mientras el sol las desgarradas nubes de fuego y oro vista, mientras el aire en su regazo lleve perfumes y armonías, mientras haya en el mundo primavera, ¡habrá poesía!
las fuentes de la vida, y en el mar o en el cielo haya un abismo que al cálculo resista, mientras la humanidad siempre avanzando no sepa a dó camina, mientras haya un misterio para el hombre, ¡habrá poesía!
sin que los labios rían; mientras se llore, sin que el llanto acuda a nublar la pupila; mientras el corazón y la cabeza batallando prosigan, mientras haya esperanzas y recuerdos, ¡habrá poesía!"
Rima IV. Gustavo Adolfo Bécquer. *Juan A. López Cordero.
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