Claustro Poético

Boletín virtual de poesía, edición trimestral. Nº 28. Primavera-2012

Asociación Cultural Claustro Poético

 

  Director: Juan Carlos García-Ojeda Lombardo

  Coordinadores: Fernando R. Ortega Vallejo y Juan Antonio López Cordero

D.L. J-309-2005

ISSN 1699-6151

CONSEJO DE REDACCIÓN

Poemas

Alboreá de una madre soltera

El Alma serena

Entre fantasías

Tu cante

Fov and I will be alone again tonight, my dear

Cavando tumbas

A Rafael Morago

Bésame despierta

En la noche pienso en ti

No existe la Navidad

Soy un ser que...

Arqueros del alba

El alba despertaba

Acaso en el umbral de la mañana

Amor de Dios al hombre

Caminamos sin saber o sabiendo nada

El amor alivia los días

El querer es todo en la vida

El templo de Dios


Colaboraciones

Aforismos sobre el tiempo

Análisis métrico de un poema cervantino de José Hierro

Bestiario


Noticias

I Premio de Poesía Bal Hotel

IX Premio César Simón

VI Premio de Poesía Antonio Gala


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Bestiario*


 

Recordando a la Pepandría, bestiecilla bicéfala

del bestiario giennense contemporáneo.

 

La Fe es la primera virtud teologal. Se ha representado en el cristianismo como una mujer con los ojos vendados, porque la Fe es ciega, es creer sin ver. Pero la fe con frecuencia atenta a la razón en los textos sagrados, muchos de ellos llenos de poesía, que exigen una interpretación no literal de los mismos. Por ello no creía que, como dice el Genésis, las serpientes hablaran o, como narra el Éxodo, que las zarzas ardiendo también lo hicieran; pero cuando leí que además la burra de Balaam habló (libro de los Números) me surgió la duda. Y hoy no sólo creo que las bestias emitan palabras, sino que también saben escribir e incluso dirigen instituciones académicas, sin importar que sean sangrantes las consecuencias.

"Los monos trenzaban un hilo

interminablemente erótico

en las riberas de la aurora,

derribando muros de polen

y espantando el vuelo violeta

de las mariposas de Muzo.

Era la noche de los caimanes,

la noche pura y pululante

de hocicos saliendo del légamo,

y de las ciénagas soñolientas

un ruido opaco de armaduras

volvía al origen terrestre".

               Algunas bestias. Pablo Neruda.

 

5133.jpg

Dibujo del Bestiario de Leonardo Da Vinci

 

      Cuando lo racional pierde el sentido, cuando la sandez crece y pulula, cuando la estupidez se maquilla de oro y plata, surge un Olimpo oligofrénico que se enajena de la realidad. Son las deidades clásicas del pasado, reproducidas de nuevo en su más patética esencia. Bestias que quieren ser dioses y juegan con los hombres a su antojo, seres de pesadilla que provocan dolor, mucho dolor, que alimenta su orgasmo desenfrenado, amparado por un ridículo coro de palmeros que adoran a la gran madre de las bestias.

 

"Me paré sobre la arena del mar, y vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo. Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad" (Apocalipsis 13.1-2).

 

Lo quieren todo, lo abarcan todo, lo envuelven todo con sus pestilentes brazos y todo lo contaminan. Entierran a la razón en lo más profundo de la tierra, encadenan la sensatez en oscuras mazmorras y aterran a la libertad con seres de pesadilla que no dejan libres ni los más íntimos sueños.

 

"Escarabajos con cuernos

de marfil

vienen todas las noches

a mi sueño

Brindo con el abuelo

de los escorpiones

y recojo piedras de los libros

Hay mares y ríos y lagos

y muchas comarcas de agua

y no puedo ahogarme".

                Bestias y ansiedades. Eleazar Rivera.

 

Vendrá un día en que los hombres no sean esclavos de las bestias, dejarán de formar parte de su alimento, sellarán con fuego sus fauces insaciables y arrancarán sus parásitos tentáculos de los cuerpos. Les aplicarán el yugo del trabajo, como bestias que son irracionales, roturarán los campos de esperanza, aquellos que dejaron ensangrentados; porque en el hombre la esperanza es la única virtud que nunca se pierde, pues nuestra madre Pandora olvidó sacarla de su caja.

 

"Es necesario esperar, aunque la esperanza haya de verse siempre frustrada, pues la esperanza misma constituye una dicha, y sus fracasos, por frecuentes que sean, son menos horribles que su extinción".

      Samuel Johnson.

 

             *Juan A. López Cordero.               

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