Claustro Poético

Boletín virtual de poesía, edición trimestral. Nº 51. Invierno-2018

Asociación Cultural Claustro Poético

 

  Director: Juan Carlos García-Ojeda Lombardo

  Coordinador: Juan Antonio López Cordero

D.L. J-309-2005

ISSN 1699-6151

CONSEJO DE REDACCIÓN

Poemas

Retorno a la piedra

Gotas de esperanza

Llenas de aroma

Colapso

Nochebuena en Las Revueltas

Canción triste mirando a una torre

Un jardín de invierno

Baño de burbujas

Mi jardín tiene razones

Quiero ser una palabra en tu boca

Un miércoles de ceniza

Al castellano

César Vallejo

De lo que huye

El señorío del amor de Dios

En busca de una estrella para verse el alma

La contemplativa del verdadero amor

La espiritualidad del amor

La gloria de sentirse amado

La mística de la consolación

La potencia del yo en la soledad del tú

Soneto I (Ballesteros de la tarde)

Soneto II (Ballesteros de la tarde)

He roto

Lloraban tus ojos en mi conciencia

Al principio


Colaboraciones

El Tango de la Guardia Vieja, de Arturo Pérez Reverte

Puente sin camino


Noticias

Certámenes de poesía enero-marzo-2018


Colaboran en este número


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La contemplativa del verdadero amor*


 

(El referente de la Sagrada Familia como auténtica escuela de AMOR)

 

I.- JESÚS

 

Jesús camina siempre con nosotros,

vive en nosotros y por nosotros sufre,

muere en la cruz, haciéndose camino

en nuestro andar, ¡luz que nos guía!

 

Es necesario salir a su encuentro,

reencontrarse uno mismo, fundirse

con sus llagas hasta licuarse de amor,

que amar es vivir, ¡adorar al Dios vivo!

 

Nada me desvela tanto como venerarle,

convivir con mi soledad en su silencio,

escucharle, sentir su presencia en mí,

pues sólo él, ¡es el Dios de nuestra vida!

 

II.- MARÍA

 

María, que dio un rostro humano al verbo

divino, hasta engrandecernos como espíritu,

ofreciendo su gran corazón para dar posada

a Dios, y así, ¡nada es en Jesús sin su Madre!

 

Por ella, todo en esta tierra tiene un afecto

maternal de cercanía, que nos alienta y aviva,

que nos esperanza y fortalece, para continuar

viviendo la alegría, ¡reviviendo el efectivo gozo!

 

Ella nos da a su hijo, nos hace ver que Dios

nos ama hasta el extremo de donarse todo,

de dar la vida; y esto es grande, esto es hermoso,

como lo es el amor de madre, ¡el amor de María!

 

III.- JOSÉ

 

San José, el augusto esposo de María, irradia

la pureza de la hondura del lazo conyugal,

la custodia atenta de la vida de un Niño,

siempre en crecimiento, ¡en protección!

 

Ya en su tiempo, José fue un refugiado,

con María y Jesús, que hubieron de escapar

de Herodes, pues esta vida tiene sus tormentos,

y también sus aleluyas, ¡siempre en familia!

 

En la vida familiar de María y José, un Niño

ocupa el centro de sus quehaceres, irrumpe

la inocencia de los lloros y las risas, se recrean

y se crecen con él, ¡todo está centrado en Jesús!

 

                       *Víctor Corcoba Herrero, 6 de agosto de 2016.

 

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