Claustro Poético Boletín virtual de poesía, edición trimestral. Nº 30. Otoño-2012 Asociación Cultural Claustro Poético
Director: Juan Carlos García-Ojeda Lombardo Coordinadores: Fernando R. Ortega Vallejo y Juan Antonio López Cordero |
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El mejor conductor de vida*
Me gusta conducirme por el libro de la naturaleza y reconducirme con el verso entre los labios, porque la poesía es el mejor conductor de vida.
Un buen libro nos vive por dentro y por fuera. Es el amigo dulce para el que le ahoga el tiempo. Es el compañero que llena soledades y silencios.
Aquel que ama a los libros sueña con la libertad. En las páginas de un libro es muy fácil sentirse libre, es la mente lo que hace al hombre sentirse hombre.
Mientras haya libros que llevarse a la boca, y palabras para engrandecer el corazón, habrá consuelo en las personas desconsoladas.
El autor siempre deja en los libros su propio espíritu. El buen lector toma el libro y lo hace suyo. Autor y lector en comunión, haciendo mundo.
Un mundo que ha sido creado para ser literatura. Un mundo recreado por los libros de expedición. Somos, al fin y al cabo, exploradores de abecedarios.
Cuando uno se hace buscador de diálogos, se ensimisma más con releer que con leer. Empaparse de verbos, realiza y rehace a la persona.
Y así, cada ser humano, forja su propia obra maestra. Las obras grandiosas, como la de un buen libro, nos hacen eternos a pesar de ser insignificantes.
Todos podemos ser guías de peregrinos. Todos podemos ser lo que queramos ser. Podemos viajar lejos con los libros y sentirnos libres.
Parte de mi pasión a esta libre andanza, se la debo a mi amor a la poesía sobre todas las cosas, encontré el poema, hallé la paz, conmigo va el verso.
Cada poema es único, cada libro es original. Somos libros abiertos, también libros cerrados. Cada autor busca algo, cada lector lo busca todo.
Protejamos los libros, son parte de nuestra vida, son los que nos permiten ver las diversas vidas y sendas. Ver lo que tenemos y lo que somos en este manual de savia.
Los libros son siempre el símbolo del eterno pensamiento, entre lo que es y lo que pudo ser, el amor y el deseo. Uno a uno todos somos un tomo en el cuerpo de la creación.
Seamos, pues, el alma del libro que se deja explorar, el alma que acompaña y acompasa los días, el alma que contesta a lo que sentimos y pensamos.
*Víctor Corcoba Herrero, 20 de abril de 2012. Envíanos tus poemas
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