Claustro Poético

Boletín virtual de poesía, edición trimestral. Nº 60. Primavera-2020

Asociación Cultural Claustro Poético

 

  Director: Juan Carlos García-Ojeda Lombardo

  Coordinador: Juan Antonio López Cordero

D.L. J-309-2005

ISSN 1699-6151

CONSEJO DE REDACCIÓN

Poemas

Arcilla

Deo volente

Ayer, quince de marzo

Estado de sitio

Piedra cautiva

Alcanzar una estrella

Rutina

Hacia dentro

Covid 19. Confinamiento (vídeo poema)

Homenaje a Gloria Fuertes (vídeo poema)

La primavera (vídeo poema)

Más allá del puente (vídeo poema)

Homenaje por todos los ancianos que han fallecido por el coronavirus en el mundo (vídeo poema)

El sublime tesoro de la misión

El trazo de nuestro pulso

En este mundo de sombras

En las manos de Dios cohabitamos

Entre el sí y el no

Este es el futuro que nos espera

La cercanía de Dios

 


Colaboraciones

El Bañuelo

 


Noticias

Certámenes de poesía abril-junio-2020

 


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Entre el sí y el no*


  

(Lo que ha de nacer es la civilización del amor

para poder HACER FAMILIA)

 

 

I.- UN SÍ AL AMOR ES UN NO AL DESAMOR

 

Quien no se ama, tampoco puede amar,

ni conocerse ni reconocerse en Dios,

que es el amor sobre todo lo demás;

y al ser sus hijos, hemos de amarnos,

porque él nos amó, hasta agonizar

en sufrimiento, por nuestros dolores.

 

Fiel al verbo, Cristo vive en nuestro yo,

sonríe y solloza con cada uno de nosotros,

nos mueve y nos conmueve el corazón,

nos pone en disposición de servir, de dar,  

de donarnos al hermano, de perdonarnos,

pues el gozo brota de un espíritu fraterno.

 

II.- UN SÍ A CRISTO ES UN NO A LA MUERTE

 

Toma cuerpo en mí ese Dios vivo,

que imprime fortaleza en su razón

creativa, que da sentido al cosmos

y emoción al ser, a través de un sí

al amor responsable y de un no

a la dura embestida de la muerte.

 

Somos vida más allá de la vida,

por siempre lo seremos en Jesús,

que se hizo luz en nuestra carne,

y presencia en nuestro caminar,

porque si con la cruz nos redimió,

con su venida nos abrió los cielos.

 

III.- DESAMOR Y MUERTE NO ADMITEN DUDA

 

Lo que nos resta quietud es el desamor,

el desafecto hacia el análogo en camino,

la falta de espacio y el desprecio al pobre,

esto nos impide palpitar por hacer el bien.

Cuando se deja de sentir la voz de Dios,

también la alegría de su paz se ausenta.

 

Alejados del Creador, todo es fenecer sin más.

No dejemos que el último paso se nos pase,

vayamos al encuentro, pongamos oído,

desprendámonos de mundo, unámonos.

Cedámonos a la llamada del verso en llama,

que enternecida el alma, el júbilo se eterniza.

  

        *Víctor Corcoba Herrero, 11 de enero de 2020.

 

 

 

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