Claustro Poético

Boletín virtual de poesía, edición trimestral. Nº 35. Invierno-2014

Asociación Cultural Claustro Poético

 

  Director: Juan Carlos García-Ojeda Lombardo

  Coordinadores: Fernando R. Ortega Vallejo y Juan Antonio López Cordero

D.L. J-309-2005

ISSN 1699-6151

CONSEJO DE REDACCIÓN

Poemas

Écfrasis de Fra Angelico

Écfrasis de la Adoración de los Magos de Murillo

¿Qué quie'es que te diga?

Sin matrimonio: rima en eco

Otoño

Te esperé

Los mosquitos

Una propuesta indecente

Decepción

Día a día; y nosotros cada día

Donarse es el pulso para bien gozar

En coalición vivimos mejor

Entre la verdad y el amor; ¡somos!

Plegarias con respuesta de Dios

Realmente somos, porque nadie es

Siete plegarias de un pecador

Complejos

Cristina

Autobús

Llegaste tú

Quiero llegar a ti

Quisiera hacerte a mi manera


Colaboraciones

El otero


Noticias

Premios de poesía enero-marzo 2014


Colaboran en este número


Nos anteriores

 

Año Primav. Verano Otoño Invier.
2005 0 1 2 3
2006 4 5 6 7
2007 8 9 10 11
2008 12 13 14 15
2009 16 17 18 19
2010 20 21 22 23
2011 24 25 26 27
2012 28 29 30 31
2013 32 33 34  

 

 

Te esperé*


 

 

 

Te esperé con la paciencia de los enamorados

y sentía que tus ojos, de embrujo palpitante,

me miraban, genial locura sofocante,

bello conjunto de gestos inspirados.

 

Recordaba tu cara de tez clara,

tu pelo como  trigo maduro,

recordaba, más aún, tu mirar seguro

y tu boca como fruta, que buscara.

 

Recordaba tus manos con locura

en la besana sensible, que es mi cuerpo,

labrando los rincones de mi huerto

con sensaciones plenas de ternura.

 

Recordaba tu piel, tersura sutil de terciopelo,

con el suave tacto de la seda,

que me invade con fuerza y me sosiega

como la simple caricia de tu pelo.

 

No estabas y te buscaba, ávidamente;

sufría y mi sufrimiento, grave y alocado,

sembraba de espinas  mi costado 

con un dolor amargo y lacerante.

 

Mis ojos buscaban, aturdidos,

en la penumbra de mi amarga espera

sin encontrar en tu alejada esfera

la emoción de los momentos más queridos.

 

Las horas de mi alma, vencidas por la espera,

sufrían, por la dicha del encuentro,

sin saber si el corazón, tembloroso por dentro,

encontraría la respuesta más sincera.

 

Te esperé sintiendo tu presencia,

enamorado de tus gestos muy presentes

y encontré que las caricias, hoy ausentes,

renacerían más fuertes que su ausencia.

 

Al fin nos encontramos, ¡ay amor!,

en la cálida alcoba, sin reparos,

y nos amamos, ¡qué podría contaros!,

con la pasión irresistible del dolor.

 

             *Francisco Teva Jiménez.

 

 

 

 

 

  

Envíanos tus poemas