Claustro Poético Boletín virtual de poesía, edición trimestral. Nº 63. Invierno-2021 Asociación Cultural Claustro Poético
Director: Juan Carlos García-Ojeda Lombardo Coordinador: Juan Antonio López Cordero |
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La derrota*
Se equivocó, hizo la elección errónea. Le avisó aquél que tanto daño le ocasionó, sin querer. Le avisó aquél que era imperfecto, como él… como todos. Le avisó aquél que siempre le quiso, a su manera. Y no le escuchó. Ahora se cumple la profecía. Se esperaba, se venía venir, se sabía.
"Cuando me paro a contemplar mi estado, y a ver los pasos por donde he venido, me espanto de que un hombre tan perdido a conocer su error haya llegado. Cuando miro los años que he pasado, la divina razón puesta en olvido, conozco que piedad del cielo ha sido no haberme en tanto mal precipitado. Entré por laberinto tan extraño, fiando al débil hilo de la vida el tarde conocido desengaño; mas de tu luz mi escuridad vencida, el monstruo muerto de mi ciego engaño, vuelve a la patria, la razón perdida." Cuando me paro a contemplar mi estado. Lope de Vega.
Ahora, cuando ya nada tiene sentido, pues se han quemado las naves, la cosecha y la esperanza, se planta ante el espejo y ve la imagen de un hombre viejo, derrotado; al que la vida azotó con látigo fiero. En el camino quedaron un rosario de esfuerzos y frustraciones, con los que la esperanza jugó, cumpliendo su papel.
Don Quijote. Gustavo Doré.
Mas el final no podía ser otro, más que la derrota humillante, la afrenta incisiva, el insulto soez… Los días se cegaron y las noches se hacen inmensas para un cerebro castigado, incapaz de reaccionar. Siente que ha dejado muy baja su dignidad, por evitar el enfrentamiento, y huyó de la tormenta llorando como un niño, porque no quería combatir.
"Derrota, mi derrota, mi audaz compañera: oirás mis cantos, mis gritos y silencios y nadie más que tú me hablará del batir de las alas, de la impetuosidad de los mares y de las montañas que arden en la noche, y sólo tú escalarás mi inclinada y rocosa alma." Derrota. khalil Gibran
Todo fue por una equivocación. Ahora, siente que, sobre él, el insulto gana sus prebendas, la ofensa presume de sus victorias, la soberbia avasalla impunemente y la deslealtad conquista vanidades. Las heridas se le hacen llagas, supuran, nunca cierran; son la huella de la atrocidad, lo que ha quedado de una historia en la que no hay culpables; quizás porque las cosas pasan siguiendo ese orden del caos que lo rige todo, incluidos los errores.
"Llegarán las horas en que las viejas heridas, esas que olvidamos hace tiempo, amenazarán con consumirnos. Llegarán los días en que ninguna balanza de la vida y los pesares podrá inclinarse hacia uno u otro plato. Trascurrirán las horas y pasarán los días. Pero una ganancia sí nos quedará: la mera persistencia." Consuelo. Hannah Arendt.
*Juan Antonio López Cordero.
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