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D.L. J-309-2005 ISSN 1699-6151 |
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Poema de amor. Aroa*
Me hubiera gustado regalarte una flor del jardín eterno,
esa que expele una fragancia que nunca se marchita
y deja la mano impregnada de recuerdos que no huyen
ante los avatares del sudor que moja sin cesar el cuero.
Hubiera querido probar contigo la pócima de Eleusis
cuando pararon tus latidos dulces y diminutos
en aquella sala perdida en el laberinto de la muerte
y donde con tanta frecuencia, deambula Perséfone.
Todo va quedando atrás, como el ritmo de la vida
y la ciencia da pasos gruesos de gigante y el corazón,
de forma rara y milagrosa, dulcemente, se apacigua.
Me sumerjo indómito en el rito iniciático del dogma
y me doy cuenta de que la verdad siempre se esconde,
aunque te quiero tanto, tanto, tanto, que eso, no importa
*Juan Carlos García-Ojeda Lombardo.
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