Claustro Poético

Boletín virtual de poesía, edición trimestral. Nº 34. Otoño-2013

Asociación Cultural Claustro Poético

 

  Director: Juan Carlos García-Ojeda Lombardo

  Coordinadores: Fernando R. Ortega Vallejo y Juan Antonio López Cordero

D.L. J-309-2005

ISSN 1699-6151

CONSEJO DE REDACCIÓN

Poemas

Del amor a otras mujeres

El pasado

Letrilla de mi país

Mañana lenta

Poema dedicado a Lola Peña

Soy

Soy un hombre

Soy un hombre serpiente

Soy un león

Soy un pez

Soy una araña

Conocerse es el relámpago

La ciudad, la tarde y tú

Vendrá la Primavera y habrá flores

Al chocolate

Sola

Tu escalera

Dejarse moldear por el creador

Decepción amorosa en tres tiempos

Reconciliarse con el camino

Saber que existo y saber que vivo

Soy más que yo

Un testamento de amor

Versos para la vida

Volverse vida es como volverse amor

Yo soy el capitán de mis habitaciones interiores

A ras de agua

El balcón del mar

Ubicuidad


Colaboraciones

Miedo


Noticias

Premios de poesía octubre-diciembre 2013


Colaboran en este número


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Un testamento de amor*


    

En la morada de los muertos

reside nuestra propia historia,

la vivencia de que el silencio

lo purifica todo,

y la experiencia de que la soledad

es un auténtico infierno.

 

Necesitamos sentirnos amados,

los que aman saben perdonar.

Requerimos la visión de Dios

y ampararnos por su eternidad,

los que a Dios llevan nada les falta.

 

Sólo Jesus, que descendió

a nuestras miserias por ser Dios,

sabe de nuestro desvelo por ascender.

Tras la caída, levantarse es inevitable.

 

Tenemos que transformar

nuestra vida desde dentro,

crear en nosotros una vida nueva.

Que la vida es para amarse,

no para aborrecerse.

 

Sólo el auténtico amor nos eterniza.

Ama y vive en el amor enamorado.

El amor es más fuerte que la muerte.

La muerte es nada cuando el amor es mucho.

 

Nos hace falta renacer espiritualmente,

reencontrarnos con nuestra propia paz,

refundirnos en la firme confianza

de que Jesús, muerto en la cruz, resucita.

 

Con el anhelo de que tras el llanto

viene la calma, y que tras el desconcierto

llega la serenidad, es preciso evocar,

de que Jesus es nuestra esperanza,

porque su muerte nos ha legado

el primer testamento de amor jamás vivido.

 

 

        *Víctor Corcoba Herrero, 23 de marzo de 2013.

 

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