Claustro Poético Boletín virtual de poesía, edición trimestral. Nº 54. Otoño-2018 Asociación Cultural Claustro Poético
Director: Juan Carlos García-Ojeda Lombardo Coordinador: Juan Antonio López Cordero |
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El fantasma de Canterville, de Oscar Wilde*
"Más vale la pena en el rostro que la mancha en el corazón".-Miguel de Cervantes.
Oscar Wilde (Dublín, 1854 –París, 1900) Escritor británico. Hijo del cirujano William-Wilde y de la escritora Joana Elgee, comenzó su camino por las letras, como muchos escritores, en la poesía, cosechando grandes éxitos. Alternó sus estudios universitarios con viajes por el mundo: visitó Italia, Grecia y posteriormente Estados Unidos. En Estados Unidos ofreció varias conferencias en las que defendía su teoría del “arte por el arte”, que sentaba las bases de lo que posteriormente dio en llamarse dandismo. A su vuelta, Oscar Wilde hizo lo propio en universidades y centros culturales británicos, donde fue excepcionalmente bien recibido. También, visitó Francia. Con todos estos viajes abrió su mente a nuevas tendencias, e hizo amistad con escritores de la época. Su creatividad prosperó enormemente, y empezó a publicar cuentos y novelas. Se casó con Constance Lloyd, con la que tuvo dos hijos. Un acontecimiento cambió su vida y su carrera como escritor para siempre. En 1895, el marqués de Queenberry inició una campaña de difamación en periódicos y revistas, acusándolo de homosexual. Wilde, intentó defenderse contra el proceso difamatorio de Queenberry, aunque sin éxito. El 27 de mayo de 1895, Oscar Wilde fue condenado a dos años de prisión y trabajos forzados. La sentencia supuso la pérdida de todo aquello que había conseguido durante sus años de gloria. Recobrada la libertad, cambió de nombre y apellido (adoptó el de Sebastián Melmoth) y emigró a París, donde permaneció hasta su muerte. Solo póstumamente sus obras volvieron a representarse y editarse. Esta obra se compone de varios cuentos, el primero da nombre a la novela: EL FANTASMA DE CANTERVILLE La acción tiene lugar a finales del siglo XIX. Los habitantes de un viejo castillo inglés venden el castillo y las tierras a una familia estadounidense, informándoles, que en dicho castillo habita un fantasma. Pero, el Sr. Otis, estadounidense moderno y práctico, no cree en fantasmas, y adquiere los bienes, con fantasma incluido, bajo inventario. Después, comprueba que efectivamente el fantasma está incluido en el lote. Lejos de molestarse, esta familia se burla constantemente del fantasma, especialmente, los dos traviesos gemelos, de este modo, el viejo fantasma entra en depresión. Es el amor y la bondad de la hermosa Virginia, hija del matrimonio, quien salvará al fantasma. Este relato fue una acometida contra la sociedad inglesa, ridiculizándola, frente a la estadounidense con una mente más abierta y una inteligencia superior… EL CRIMEN DE LORD ARTHUR SAVILE. Lord Arthur acude a una fiesta, donde un quiromántico profesional Mr R. Podgers, al leer su mano, le dice que cometerá un asesinato. Lord Arthur piensa que esa línea del destino es un imperativo ineludible, un deber, antes de casarse con la bella Sybil Merton. Este cuento está enfocado a resaltar la estrechez de miras de la sociedad inglesa, frente a una mente más abierta que él había alcanzado con su mundología. También el gusto de los ingleses, y de una parte de la sociedad en general por la adivinación, quiromancia y el vaticinio. El relato fue un ataque frontal a la moral victoriana, puesto que ingleses son los personajes del relato. LA ESFINGE SIN SECRETO “Las mujeres están hechas para que se las ame y no para que se las comprenda…” — ¿A qué iba Lady Alboy a esa casa? — Mi querido Gerald— le respondí—, Lady Alboy era una mujer atacada de misterio. Alquilaba ese cuarto por el placer de ir a él, con el velo echado, y de imaginarse una heroína. Sentía una pasión loca por el secreto, aunque era una esfinge sin secreto. Necesitaba esos momentos de soledad, no comprendida por los hombres. Con el último relato EL MODELO MILLONARIO comprobamos que no se pueden hacer suposiciones, hay que tener el coraje para preguntar, y para comunicarte con los demás con la máxima claridad que se pueda, para evitar malentendidos. Las deducciones y conjeturas, a veces, no son ciertas. Las apariencias engañan. El estilo de Óscar Wilde es sencillo, su descripciones son maravillosas, poesía pura. Los relatos, aunque, aparentemente, parecen ingenuos tienen una segunda lectura muy profunda, y, como he escrito anteriormente, tenían un fin concreto.
Desnuda soy, desnuda digo: soñadora.
*Mª Loreto Sutil Jiménez Envíanos tus poemas
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