Claustro Poético Boletín virtual de poesía, edición trimestral. Nº 33. Verano-2013 Asociación Cultural Claustro Poético
Director: Juan Carlos García-Ojeda Lombardo Coordinadores: Fernando R. Ortega Vallejo y Juan Antonio López Cordero |
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Guindaleza*
León Bravo
Guindaleza
Huele tan fuerte nuestra sala… En dónde viven las soledades, Sino en los ocres recuerdos.
I
Recuerdo Esas noches de verano calurosas, Donde tú jugabas a hilar guindas de cereza en tu boca, Y yo jugaba a no desear comerte a besos. A negar tus labios de silvestre fruta.
II
Corríamos por el campo. Yo un fugitivo, tú con la lengua de fuera Enseñando los racimos amarrados, Intentando tocarme con ellos. Hacíamos de las guindas como cepos. Si me tocabas, era atrapado; prisionero. Nunca te fijaste, Que me tropezaba con la argucia de un actor veterano. Tú ganas, llévame a las galeras.
III
La edad cambia, Los juegos también; El músculo no, Sólo se dilata. Rayábamos la playa, Haciendo electrocardiogramas. Partiendo juntos, trazábamos largas curvas en la arena. A veces se juntaban en una meseta nuestros dedos; Pero debíamos separarlos. Al rodar paralelos, Moríamos de paro cardíaco.
III
Grind Cuando nos desvivíamos en el baile, Sinuosidades metálicas de cobrizo combustible. Grind Devaneos, escaqueos de transido sudor. Pastillas de fuego eléctrico, luces de sulfuroso escaparate; Baile de endiosados demonios diletantes. Nada más importa; aquí muerte al arte Grind Y cuando devaneas y te eclipsas en mis brazos, Tu cabello entra en mi boca.
IV
No seguimos el cliché. El fideo que debía unirnos, Se rompió entre los platos. No somos perros de meliflua vida de acordeón; Sólo perros.
V
Propulsión, sinfonía y letargo de colores fúnebres, Los vomito sobre la tumba que te creo en este rincón. Aquí, alejado de la música y las personas. Todo un ramillete para ti. Mi brújula de vida trastabilla, Caigo sobre mi sentir kinestésico; He arruinado tus flores. Me recuerdo al moverme sobre el mal olor: Esto es el cuerpo cortado. Apoyo mis manos, me intento levantar y caigo sobre mi trasero. Mis manos llenas, Las levanto Y un fino pelillo se estira entre dos de mis dedos. Se torna, Se balancea, Persiste en un asco de alcohol; Lleno, grita.
VI
Cómo gobernar estos ocres recuerdos, Si no sabemos la fecha Ya que no tenemos un calendario; Las barcas surcan el cielo; el año está en un libro y tú día es el mismo que el mío. Estas piernas tembleques, Que raspaban sus rodillas por deseo Ahora se amarran del palo tallado, Aquél que nunca verá su cara germinada, Por los años cansados. Los candelabros del cuarto Donde estamos Se destiñen en las negras telarañas Que los corren de extremo a extremo. Fuertes cuerdas de olvido, Rematadas de espinosa apatía. Yo parado frente a ti con mi bastón; Tú en el sillón, cansada. Ahí yace nuestra guindaleza, Trozada en vapores solventados en dos olvidos, Permutaciones intransigentes de cariño.
*Rui Carverta.
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