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D.L. J-309-2005 ISSN 1699-6151 |
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El ojal*
Como narra el Nolano
en sus escritos,
cuando abroches el botón
no te equivoques
busca el primer ojal,
porque si yerras,
lo que vendrá
siempre después, será una ristra
de inexorables errores
que encadenados
marcarán la línea discontínua.
El maestro sabía lo que decía
pues, su vida
corrobora la malicia
de humanos entresijos y traiciones,
socavando la piedra sapiencial
de sus desvelos
Giordano trabajó
hilando fino
los esfuerzos del alma enfurecida
para encontrar la luz
que entumecida
se ocultaba
en los recodos de una Europa
adormilada.
Bruno conocía
el peligro
de abrochar en falso
el primer lazo,
y sin embargo arriesgó
su propia vida
por intentar dar conocimiento a un público
suicida.
Todo terminó en la pira
fantasmal
que consumió su cuerpo
más no su mente iluminada
Equivocó el ojal
donde ajustar su insignia,
pero, en las ascuas quedaron
su desdicha y la fuerza
incontestable de su enseña.
En el 423 aniversario de la muerte de Giordano Bruno el 16 de febrero de 1600.
*Juan Manuel de Faramiñán Gilbert.
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